Nikolai Feshin "apareció" frente a los visitantes de la Galería Tretyakov Traductor traducir

Ayer, 23 de mayo, la Galería Tretyakov organizó la inauguración de una exposición de las mejores obras de Nikolai Feshin, un artista kazan-estadounidense, cuyo don se originó en la Rusia zarista y fue perfeccionado en los Estados Unidos y numerosos viajes alrededor del mundo.

¿Podría el gran Repin haber sugerido que uno de los suyos, no los estudiantes más animados, se convertiría en el artista ruso más caro del siglo XXI? ¿Entendió el gobierno soviético qué gran creador estaba perdiendo el país al dejarlo emigrar al extranjero? Pero el excéntrico Nikolai Feshin estaba seguro de esto y miró sin miedo a la distancia, dedicando toda su alma a la única pasión verdaderamente fuerte: la pintura.

Las pinturas de Feshin son pinturas en el sentido pleno de la palabra. Cada imagen está tejida a partir de miles de tonos de color, representados por pinceladas perforadoras, dedicadas a la vida en su máxima expresión. Su forma de escribir es similar al impresionismo, pero con una especial tensión rusa. Las líneas nítidas y retorcidas se suavizan con una paleta de colores perfectamente combinados y tienen el único propósito: transmitir su visión a otras personas que no pueden ver la música de los colores.

Feshin es poco conocido en Rusia. En la época soviética, las reproducciones de sus obras se publicaron con moderación y principalmente en formato de libro de texto. Pero para los estadounidenses, él es la encarnación de su propia idea de talento real. El artista conquistó los Estados Unidos primero impactante, luego pintando. No es sorprendente que su fertilidad e innumerables trabajos creativos hasta el día de hoy puedan causar un feroz debate no solo por parte de los críticos, sino también por personas comunes y corrientes que valoran la pintura.

Con la facilidad de su pincel, la excelente manera de representar a personas reales, los visitantes de la Galería Tretyakov podrán conocerse hasta el 29 de julio de 2012. Quizás sus obras no puedan llamarse brillantes, pero en cada imagen brilla el Presente.

Eve Istr