Paul Delvaux (1897-1994). Un viaje fascinante y emocionante a los laberintos del subconsciente.
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Paul Delvaux, nativo de la pequeña ciudad belga de Anteyt, un talentoso pintor surrealista del siglo pasado, se graduó de la Real Academia de Bellas Artes de Bruselas. En la década de 1920, Delvaux era aficionado al postimpresionismo, luego se vio seriamente afectado por la pintura expresionista. El artista se familiarizó con el trabajo de los surrealistas en 1936, cuando ya tenía unos cuarenta años: quedó cautivado por la engañosa simplicidad de imágenes concretas específicas de Magritte y el desprendimiento metafísico de pinturas de De Chirico.
Una de las primeras pinturas surrealistas de Delvo, "Night Beauty" (1936), lleva la impronta de una preocupación arcaica, casi infantil, por la credibilidad de la imagen artística, que se manifiesta en detalles cuidadosamente dibujados en todos los planos de la pintura. Los héroes de Delvo, como los personajes de De Chirico, viven en un espacio surrealista especulativo, cuidadosamente construido y escrito. En sus pinturas, las mujeres siempre están desnudas y los hombres visten trajes formales.
La acción de las obras de Delvo se desarrolla lentamente, los ritmos son suaves: todo se asemeja a un sueño suave y extraño. A menudo, en sus pinturas aparece un esqueleto humano, una especie de "memento mori", un símbolo surrealista de la fragilidad del ser y la vanidad de los deseos humanos, la antítesis cruel de la belleza femenina, que exacerba aún más la atmósfera sombría y perturbadora de sus obras. de arte.
1940-1950: el pináculo de la actividad creativa de Delvo. En este momento, el artista pintó lienzos que le dieron fama: "Ciudad roja", "Opinión pública" (1948), "Tren nocturno" (1947), "Venus dormida" (1944). Una exposición retrospectiva de las obras del maestro, inaugurada en el Palacio de Bellas Artes de Bruselas, fue un éxito abrumador.
En 1950, la Escuela Nacional de Arquitectura y Arte de Bruselas invitó a Delvo a enseñar pintura monumental: el artista permaneció en este cargo hasta 1962. Oficialmente, Delvaux nunca fue miembro de ningún grupo surrealista, ni en Bélgica ni en París. Era un genio solitario y, tal vez, tal autonomía le dio la oportunidad de preservar y aumentar su personalidad original.
Sin embargo, uno no puede ignorar el hecho de que Andre Breton, la autoridad incuestionable del surrealismo, habló repetidamente de su trabajo y talento como artista en los términos más entusiastas. Fotos Delvo: un viaje fascinante y emocionante a los laberintos del subconsciente. El artista vivió una larga vida, desprovisto de conmociones cotidianas. A diferencia de muchos surrealistas, no participó en escándalos y acciones de alto perfil, pero llevó una vida tranquila de un provincial y un recluso, prefiriendo las clases de pintura a las declaraciones y declaraciones pegadizas.
Andrey Nikolaevich Malev