La historia del cine de acción:
desde los thrillers clásicos hasta las epopeyas de superhéroes
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Las películas de acción son un género cinematográfico caracterizado por escenas dinámicas de persecución, peleas, tiroteos, explosiones y acrobacias. A lo largo de más de un siglo de historia cinematográfica, el género ha experimentado cambios significativos, reflejando los avances técnicos, las influencias culturales y los cambios sociales de diferentes épocas. Desde las primeras películas mudas de aventuras hasta los éxitos de taquilla de superhéroes tecnológicamente avanzados de la actualidad, las películas de acción siempre han estado a la vanguardia de la innovación visual y narrativa en el cine.

2 Formación del género en la era sonora
3 El período clásico del cine de acción
4 Período posclásico
5 La era del cine de superhéroes
6 Subgéneros del cine de acción y formas híbridas
7 Diversidad geográfica y tradiciones locales
8 El legado y la importancia de las películas de acción
Definición y características del género
El género no tiene una definición clara entre los estudiosos del cine. Desde la década de 1980 se debate qué constituye exactamente una película de acción. Algunos académicos, como David Bordwell, han sugerido que las películas de acción deben considerarse como películas donde el espectáculo prevalece sobre la narrativa. Otros, como Geoff King, han argumentado que combinan armoniosamente escenas de espectáculo con una trama narrativa.
Los elementos característicos del género incluyen escenas de persecución, combates cuerpo a cuerpo, tiroteos, explosiones y acrobacias. Sin embargo, la esencia de una película de acción va más allá de un simple conjunto de elementos espectaculares. Como ha señalado el investigador Harvey O’Brien, la película de acción se entiende mejor como una fusión de forma y contenido, donde la acción, el movimiento y la tensión son los factores principales.
Las películas de acción suelen combinarse con otros géneros, creando híbridos: comedias de acción, thrillers de ciencia ficción y películas de terror. Esta hibridez se hizo especialmente evidente en el período posclásico, cuando las formas puras de género dieron paso a combinaciones más complejas. A juzgar por las nuevas películas de acción en KinoGo, todas las nuevas películas espectaculares combinan diversos géneros, y a los espectadores les encanta.
Los orígenes y la era del cine mudo
Los orígenes de las películas de acción se remontan a los inicios del cine. Aunque el término "película de acción" se utilizaba ya en la década de 1910, la definición moderna del género se forjó posteriormente. Los primeros ejemplos de películas con elementos de acción aparecieron durante la era del cine mudo y fueron películas de aventuras y series.
Se considera que el primer largometraje de artes marciales fue la película china "La quema del Templo del Loto Rojo", estrenada en 1928. Dirigida por Zhang Shichuan y producida por la Compañía Cinematográfica Mingxing, esta película muda fue pionera en el género de las artes marciales y la primera película de kung fu de la historia. Basada en una popular novela china, la película sigue a un grupo de artistas marciales que defienden su templo de los asaltantes.
En el cine occidental, la acción apareció en series y largometrajes de aventuras como El Fantasma (1943), Capitán América (1944) y Superman (1948). Estas primeras películas sentaron las bases para el desarrollo futuro del género.
Entre las películas mudas con elementos de acción más significativas se pueden destacar La máscara de hierro (1929) y Los tres mosqueteros (1921) con Douglas Fairbanks, El halcón marino (1924) con Milton Sills, El pirata negro (1926) y otras películas de aventuras de la época.
Cabe destacar la película soviética El acorazado Potemkin (1925), de Sergei Eisenstein. Aunque es difícil clasificarla como película de acción, la famosa escena de la Escalera de Odessa fue revolucionaria por su uso del montaje para orquestar la violencia e influyó en muchas películas de acción posteriores.
Formación del género en la era sonora
Con la llegada del cine sonoro, el género de acción encontró nuevas oportunidades de desarrollo. Los efectos de sonido de disparos, golpes y explosiones añadieron realismo a las escenas de acción, y los diálogos enriquecieron la personalidad de los personajes.
Uno de los primeros thrillers sonoros fue Chantaje (1929) de Alfred Hitchcock, la primera película sonora rodada en Gran Bretaña. A menudo reconocido como el director que dio forma al thriller moderno, Hitchcock creó películas que cautivaron al espectador con la realidad de los peligros que afrontaban los personajes.
La década de 1930 vio el auge de las películas de acción y aventuras, como Capitán Blood (1935), de Michael Curtiz, protagonizada por Errol Flynn. Esta película marcó el inicio de una de las grandes colaboraciones entre actores y directores en la historia del cine de acción.
Las películas de piratas y marineros se convirtieron en una parte importante del cine de acción de las décadas de 1930 y 1940. Películas como Capitán Blood presentaban esgrima dinámica y batallas navales, demostrando el dominio del espacio por parte de los directores y la coreografía de las escenas de lucha.
Los westerns también hicieron contribuciones significativas al género. La diligencia (1939) de John Ford estableció un nuevo estándar para los westerns, y su escena del ataque de los apaches se convirtió en un modelo de montaje dinámico y acción intensa en pantalla.
En la década de 1940, el impacto de la Segunda Guerra Mundial propició el surgimiento de películas bélicas con elementos de acción. Películas como "Murieron con las botas puestas" (1941), de Raoul Walsh, incluían escenas de batalla a gran escala que sentaron las bases para el cine bélico futuro.
La creación de la película de acción moderna
El cine de acción moderno comenzó a tomar forma durante el período del Nuevo Hollywood de finales de los años 1960 y 1970. Este período vio un cambio de los héroes clásicos a personajes más complejos: antihéroes, que operaban fuera de la ley y las convenciones sociales.
La película Bullitt de 1968, protagonizada por Steve McQueen, introdujo la imagen de un policía duro que protege a la sociedad de la corrupción sistémica. La película es especialmente famosa por su innovadora escena de persecución en coche por las calles de San Francisco, que elevó el listón para las futuras escenas de acción.
Esta tendencia se desarrolló aún más en películas sobre policías solitarios y justicieros, como Harry el sucio (1971) y El deseo de muerte (1974), en las que el orden se restablece solo mediante la fuerza y la acción de personajes antisociales que están dispuestos a actuar cuando la sociedad es impotente.
Las persecuciones de coches se convirtieron en un elemento importante del cine de acción durante este período. Películas como "Contacto en Francia" (1971) enfatizaron la fusión del hombre y la máquina, donde los conductores y los vehículos actuaban como uno solo. Esta tendencia culminó en la película de acción postapocalíptica "Mad Max 2" (1981).
En la década de 1970, el cine de acción occidental comenzó a verse influenciado por las artes marciales orientales, especialmente con la aparición de estrellas como Bruce Lee. Películas como El Puño de la Furia (1972) introdujeron al público occidental nuevas formas de coreografía de acción y artes marciales.
A finales de la década de 1970, habían surgido los elementos clave que definirían el período clásico de películas de acción de la década de 1980: héroes solitarios luchando contra el sistema o enemigos todopoderosos, persecuciones y tiroteos de ritmo rápido, combates cuerpo a cuerpo y enfrentamientos épicos entre el bien y el mal.
El período clásico del cine de acción
La década de 1980 se considera la época dorada del cine de acción, conocida como el "período clásico". Esta década vio al género alcanzar su máximo auge, con sus elementos clave claramente definidos y reconocibles.
Este período se caracterizó por el surgimiento de un nuevo tipo de héroe: guerreros musculosos e indestructibles, encarnados por actores como Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger, Chuck Norris y Dolph Lundgren. Estos personajes a menudo actuaban como justicieros (Arma Letal, 1987), policías solitarios (Die Hard, 1988) o guerreros mercenarios (Comando, 1985).
Siguiendo la tendencia de fusionar al hombre y las armas, las películas de los 80 presentaban héroes que portaban armas, habían sido entrenados para serlo (American Ninja, 1985) o estaban dotados de tecnología (RoboCop, 1987). Los personajes de esta época se enfrentaban a antagonistas claros, que a menudo simbolizaban fuerzas geopolíticas específicas de la Guerra Fría.
La estructura narrativa de las películas clásicas de acción de los 80 giraba en torno a una historia de tres actos centrada en la supervivencia, la resistencia y la venganza. Con raíces en la narrativa clásica, en particular en las artes marciales y el western, las tramas presentaban la dura prueba física del héroe, sus lesiones y su triunfo final.
Productores como Joel Silver y productoras como The Cannon Group, especializadas en la producción de películas de acción de diversos presupuestos, desempeñaron un papel fundamental en el desarrollo del género. Gracias a sus esfuerzos, decenas de películas de acción se estrenaban cada año, satisfaciendo la creciente demanda del público.
Entre las películas icónicas de este período se encuentran las series Rambo y Rocky con Stallone, Terminator y Depredador con Schwarzenegger, Duro de Matar con Bruce Willis y Desaparecido en Combate con Chuck Norris. Estas películas definieron la estética y el estilo del cine de acción durante décadas.
Influencia oriental y películas de acción de Hong Kong
Paralelamente al desarrollo del cine de acción hollywoodense en las décadas de 1970 y 1980, el cine de acción oriental, y especialmente el de Hong Kong, ejerció una influencia significativa en el género. Esta influencia se convirtió en un factor determinante del período posclásico en la historia del cine de acción.
El cine de acción de Hong Kong tiene profundas raíces en las culturas china y hongkonesa, incluyendo la ópera china, las tradiciones narrativas y los principios estéticos. Los cineastas hongkoneses han combinado estos elementos con influencias de Hollywood y el cine japonés para crear una forma culturalmente distintiva que desde entonces ha alcanzado un amplio reconocimiento internacional.
Las primeras películas de acción de Hong Kong favorecían el estilo wuxia, enfatizando el misticismo y el manejo de la espada, pero esta tendencia fue reprimida políticamente en la década de 1930 y reemplazada por películas de kung fu, que mostraban artes marciales más realistas y sin armas, a menudo con héroes populares como Wong Fei Hung.
La agitación cultural de la posguerra dio lugar a una segunda ola de películas wuxia caracterizadas por una violencia altamente acrobática, seguida de las películas de kung fu más duras que se convirtieron en el sello distintivo del estudio Shaw Brothers.
La década de 1970 vio un renacimiento del cine de kung fu, impulsado por el ascenso y la repentina muerte de Bruce Lee. En la década de 1980, le sucedieron Jackie Chan, quien popularizó el uso de la comedia, las acrobacias peligrosas y los escenarios urbanos modernos en las películas de acción, y Jet Li, cuyas auténticas habilidades de wushu atrajeron tanto al público oriental como al occidental.
El trabajo innovador de directores y productores como Tsui Hark y John Woo trajo más diversidad con el surgimiento de géneros como películas de acción de gánsteres y "masacre heroica" y películas de "gun fu", así como la introducción de temas de tríadas y sobrenaturales.
A finales de los 80 y principios de los 90, el cine de acción de Hong Kong comenzó a ejercer una influencia significativa en el cine de acción occidental. Directores como John Woo se trasladaron a Hollywood, incorporando la estética y las técnicas de acción orientales al cine estadounidense.
Período posclásico
La tercera etapa en la evolución del cine de acción, denominada período posclásico, abarca la década de 1990 y principios de la década de 2000. Se caracteriza por el predominio de la cinematografía oriental y su estética, principalmente la técnica de alambre de las películas de acción de Hong Kong, así como el uso cada vez más activo de gráficos por computadora.
Este período coincidió con el fin de la Guerra Fría en 1991, lo que condujo a un declive del machismo manifiesto en las películas de acción, reemplazado por elementos autorreferenciales y paródicos, que aparecieron de forma destacada en películas como El último gran héroe (1993).
O’Brien describió este período como "suave", donde los "cuerpos duros" de la era clásica fueron reemplazados por gráficos de computadora, como en Terminator 2: El Juicio Final (1991). Esto se combinó con la ansiedad milenarista y temas apocalípticos, presentes en películas como Día de la Independencia (1996) y Armagedón (1998).
Las películas de acción de este período comenzaron a presentar escenarios cada vez más irreales y exigieron personajes más claramente superheroicos. Las adaptaciones de cómics se hicieron cada vez más populares. Un acontecimiento importante fue el estreno de Matrix (1999), que, según Adam Sternbergh de Vulture, estaba influenciada por los cómics, la ciencia ficción ciberpunk, el anime japonés y las películas de acción de Hong Kong.
Sternberg también atribuye a Matrix, con su uso de gráficos por computadora, la redefinición del cine de acción, creando el modelo para los éxitos de taquilla de superhéroes modernos. Cree que inspiró el renacimiento de los superhéroes a principios del siglo XXI.
Un acontecimiento significativo en el género fue el estreno de Blade (1998) de Marvel, una película de superhéroes más oscura que combinaba elementos de acción tradicionales. El personaje principal poseía poderes vampíricos y un arsenal de armas. El éxito de Blade se considera el inicio del éxito cinematográfico de Marvel y un catalizador para futuras adaptaciones de cómics.
Renacimiento de formas clásicas y nuevas tendencias
La cuarta fase en la evolución del género llegó después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, que provocaron un retorno a las formas tempranas del género en oposición a los elementos fantásticos del período posclásico.
Tras el estreno de Kill Bill: Volumen 1 (2003) y Kill Bill: Volumen 2 (2004) de Quentin Tarantino, que reinventaron los tropos de las películas de acción de los años 70, ha habido un resurgimiento de las narrativas de venganza en películas como The Brave One (2007) y Taken (2008).
O’Brien señaló que las películas de Tarantino representaban una interpretación posmoderna de temas que evitaba la ironía en favor de "reinvenciones cinéfilas de las convenciones del género". El género cerró el círculo, reviviendo las películas de su época clásica con Duro de Matar (2007) y Rambo (2008), que presentaban personajes que navegaban por el mundo moderno al tiempo que reconocían su edad.
La culminación de esta tendencia fue Los Mercenarios (2010), que reunió a estrellas de acción de diferentes generaciones en un solo proyecto, lo que puede verse como una especie de homenaje al período clásico del género.
Las décadas de 2000 y 2010 presenciaron un resurgimiento del género de acción histórica. Películas como Gladiador (2000), Troya (2004), 300 (2006) y El Reino de los Cielos (2005) combinaron ambientaciones históricas con técnicas modernas de acción y efectos especiales generados por computadora.
Las películas de James Bond también han experimentado una transformación. A partir de Casino Royale (2006), protagonizada por Daniel Craig, el personaje de Bond se relanzó oficialmente como un héroe posguerra fría. Las nuevas películas de Bond se han vuelto más crudas y realistas, conservando al mismo tiempo los elementos característicos de la franquicia.
El género de espías en su conjunto estaba experimentando un renacimiento con franquicias como Misión: Imposible, protagonizada por Tom Cruise; Jason Bourne, protagonizada por Matt Damon; y Kingsman, protagonizada por Colin Firth. Estas películas aportaron una nueva perspectiva al thriller de espías, combinando elementos del periodo clásico con visuales modernos y tramas más complejas.
La era del cine de superhéroes
El acontecimiento más importante en la historia del cine de acción del siglo XXI fue la aparición y el dominio de las películas de superhéroes. Si bien las historias de superhéroes se popularizaron en los cómics y se adaptaron a series de televisión a mediados del siglo XX, la era moderna del cine de superhéroes comenzó en la década del 2000.
Los primeros ejemplos del cine de superhéroes incluyen películas animadas y series de cine como Mandrake the Magician (1939), The Shadow (1940), Las aventuras del Capitán Marvel (1941), Batman (1943), El fantasma (1943), Capitán América (1944) y Superman (1948).
En el año 2000 se estrenó X-Men, seguida del rotundo éxito de Spider-Man (2002) de Sam Raimi. Estas películas demostraron que las adaptaciones de cómics podían ser tanto un éxito comercial como aclamadas por la crítica, y allanaron el camino para una nueva ola de películas de superhéroes.
El verdadero punto de inflexión llegó en 2008 con el estreno de Iron Man, que dio origen al Universo Cinematográfico de Marvel (UCM). Ese mismo año, El Caballero de la Noche, de Christopher Nolan, recibió una gran aclamación de la crítica y se convirtió en la primera película de superhéroes en recaudar más de mil millones de dólares en todo el mundo.
La década de 2010 presenció el éxito continuo de las películas de superhéroes, tanto a nivel cultural como económico, lo que impulsó el subgénero a nuevas alturas. Tras insinuar la Iniciativa Vengadores en Iron Man y El Increíble Hulk, Marvel estrenó Thor en mayo de 2011, seguida de Capitán América: El Primer Vengador en julio de 2011.
El estreno de Los Vengadores en 2012 consolidó el dominio del cine de superhéroes en el género de acción. La película recaudó más de 1.500 millones de dólares y recibió críticas positivas de la crítica y el público. Demostró la posibilidad de crear un universo cinematográfico compartido con personajes e historias entrelazadas.
Desde entonces, el MCU ha estrenado varias películas cada año, cada una de las cuales se ha convertido en un hito en el mundo del cine. Paralelamente, el Universo Extendido de DC ha ido desarrollándose con películas como El Hombre de Acero (2013), Batman v Superman: El Amanecer de la Justicia (2016) y Mujer Maravilla (2017).
Las películas de superhéroes se han convertido no solo en parte del género de acción, sino en su forma dominante. Combinan elementos de acción, ciencia ficción, fantasía e incluso comedia, creando obras híbridas únicas que atraen a un público masivo.
Innovaciones técnicas en las películas de acción modernas
Las películas de acción modernas se caracterizan por el uso de tecnología avanzada que permite la creación de escenas de acción cada vez más impactantes y realistas. Los gráficos por computadora, los efectos digitales y las innovadoras técnicas de filmación han expandido las posibilidades del género mucho más allá de lo que era posible en el pasado.
Las imágenes generadas por computadora (CGI) se han convertido en parte integral del cine de acción moderno. Si bien en la década de 1990 se utilizaban principalmente para crear efectos o personajes individuales, en las décadas de 2000 y 2010 se pueden crear mundos enteros y escenas de acción complejas mediante CGI.
La película Matrix (1999) presentó el innovador efecto "tiempo bala", que permitía a los espectadores ver la acción desde ángulos previamente imposibles. Este efecto ha sido ampliamente copiado y adaptado en películas de acción posteriores.
En la década del 2000, la tecnología de captura de movimiento permitió a los actores interpretar físicamente personajes generados por computadora. Andy Serkis fue pionero en esta tecnología con sus papeles como Gollum en la trilogía de El Señor de los Anillos y César en la nueva saga cinematográfica de El Planeta de los Simios.
El uso de drones para fotografía aérea ha abierto nuevas posibilidades para crear escenas de acción dinámicas, permitiendo ángulos de cámara y movimientos que serían imposibles o extremadamente costosos con equipos tradicionales.
La gradación digital de color ha permitido la creación de estilos visuales únicos para diferentes películas. Por ejemplo, la serie John Wick, protagonizada por Keanu Reeves, presenta una paleta de colores neón y una iluminación estilizada que se ha convertido en parte del estilo característico de la franquicia.
A pesar de los avances tecnológicos, muchas películas de acción modernas se esfuerzan por mantenerse fieles a las tradiciones del género combinando efectos especiales y acrobacias reales. Directores como Christopher Nolan (Origen, Batman: El Caballero de la Noche) y George Miller (Mad Max: Furia en la Carretera) son conocidos por preferir los efectos especiales a los digitales siempre que sea posible.
Tom Cruise, estrella de la franquicia Misión: Imposible, se ha hecho famoso por realizar muchas de las acrobacias peligrosas en sus películas, incluyendo colgarse del exterior de un avión mientras despega en Misión: Imposible - Nación Secreta (2015) y saltar en paracaídas desde 25.000 pies en Misión: Imposible - Fallout (2018).
Subgéneros del cine de acción y formas híbridas
El género cinematográfico de acción se caracteriza por su gran flexibilidad y su capacidad para combinarse con otros géneros y formar diversas formas híbridas. Esta hibridez se hizo especialmente evidente en el período posclásico, cuando las formas puras del género dieron paso a combinaciones más complejas.
Uno de los subgéneros más importantes es el cine de artes marciales, una categoría amplia en sí misma. Incluye películas de kung fu centradas en las artes marciales chinas, películas wuxia que representan las fantásticas aventuras de los maestros de la espada en la antigua China, películas de karate popularizadas en Japón y Occidente, y películas de acción y comedia a menudo asociadas con estrellas como Jackie Chan.
Géneros relacionados incluyen el gun fu (una combinación de artes marciales y tiroteos), las películas de samuráis y los dramas históricos japoneses jidaigeki. En el cine occidental, estos incluyen películas de justicieros, películas de acción policial y thrillers de espías.
Las películas de acción histórica son otro subgénero importante, que combina un entorno histórico con escenas de acción dinámicas. Entre ellas se incluyen películas sobre legionarios romanos (Gladiator), caballeros medievales (Kingdom of Heaven), vikingos (Northerner) y samuráis (Seven Samurai).
Las comedias de acción como las series Arma Letal, Hora Punta y Hot Shots combinan escenas de acción intensas con elementos cómicos, a menudo centrados en un dúo de compañeros desiguales.
Las películas de acción de ciencia ficción como Terminator, Matrix y Distrito 9 sitúan historias de acción en mundos futuros de fantasía, explorando cuestiones tecnológicas y sociales a través de la lente de una narración de ritmo rápido.
Las películas de acción y fantasía como El Señor de los Anillos, Harry Potter (especialmente las últimas películas de la serie) y Piratas del Caribe incorporan elementos de acción a mundos ficticios de magia y maravillas.
Las películas de superhéroes, que se han convertido en la forma dominante del cine de acción en la década de 2010, son en sí mismas un género híbrido, que combina elementos de acción, ciencia ficción, fantasía e incluso comedia dependiendo del personaje y la franquicia en particular.
El impacto cultural de las películas de acción
Las películas de acción han tenido un impacto significativo en la cultura popular y la sociedad en su conjunto. No solo reflejan las tendencias culturales y sociales de su época, sino que también las moldean activamente, creando nuevas imágenes, ideales y valores.
Los héroes de acción a menudo se convierten en íconos culturales, personificando los ideales de su época. En la década de 1980, eran hombres musculosos y machistas como Stallone y Schwarzenegger, quienes encarnaban la masculinidad agresiva de la Guerra Fría. En las décadas de 1990 y 2000, dieron paso a personajes más vulnerables y multifacéticos, y en la década de 2010, los superhéroes se convirtieron en símbolos de los valores modernos de diversidad e inclusión.
Las películas de acción también influyen en los estereotipos de género. Mientras que antes las mujeres solían ser solo objetos a salvar, las películas de acción modernas presentan cada vez más personajes femeninos fuertes. Películas como Kill Bill con Uma Thurman, Wonder Woman con Gal Gadot, Black Widow con Scarlett Johansson y Captain Marvel con Brie Larson presentan a las mujeres como heroínas de acción de pleno derecho.
Las películas de acción también sirven como plataforma para debatir cuestiones sociales y políticas. Por ejemplo, la trilogía de El Caballero de la Noche de Christopher Nolan explora temas como el terrorismo, la vigilancia y las libertades civiles en un mundo posterior al 11-S. Capitán América: Civil War aborda cuestiones de derecho internacional y la responsabilidad de los superhéroes.
La influencia de las películas de acción trasciende el cine, influyendo en otros medios. Los videojuegos suelen tomar prestadas tramas, personajes y estética de las películas de acción, y algunos juegos, como la serie Call of Duty, evocan el cine bélico moderno en su estilo visual.
La moda y el estilo también se ven influenciados por las películas de acción. Desde las chaquetas de cuero de Arnold Schwarzenegger en Terminator hasta las capas negras de Matrix, las películas de acción suelen marcar tendencia y moldear la estética visual de su época.
El impacto económico de las películas de acción es difícil de sobreestimar. Siguen siendo uno de los géneros cinematográficos más rentables, especialmente en el mercado internacional. Las películas de superhéroes de Marvel y DC recaudan regularmente miles de millones de dólares en taquilla mundial, lo que las convierte en componentes vitales de la industria cinematográfica moderna.
Diversidad geográfica y tradiciones locales
Aunque Hollywood domina la producción mundial de películas de acción, el género tiene una rica tradición en otros países, cada uno con sus propias características culturales y elementos estilísticos.
El cine de Hong Kong, como se ha señalado, tuvo un impacto revolucionario en el género. Directores hongkoneses como John Woo, Tsui Hark y Ringo Lam crearon un estilo único de cine de acción, caracterizado por coreografías virtuosas en las escenas de lucha, el uso de dos armas y una violencia estilizada.
El cine japonés tiene una larga tradición de películas de samuráis (jidaigeki). Directores como Akira Kurosawa (Los siete samuráis, El guardaespaldas) crearon películas de acción que posteriormente inspiraron películas occidentales como Los siete magníficos y La guerra de las galaxias.
Las películas y series de televisión japonesas de tokusatsu, incluyendo las franquicias Ultraman y Kamen Rider, representan un tipo único de contenido de superhéroes que ha influido en el género a nivel mundial. Tras el éxito de la serie de televisión Kamen Rider Kuga, comenzó una nueva era para la franquicia, que dio lugar a la producción de películas anuales de Kamen Rider.
El cine surcoreano ha producido varias películas de acción destacadas en las últimas décadas, como Oldboy, Sympathy for Mr. Vengeance, de Park Chan-wook, y Memories of Murder, de Bong Joon-ho. Estas películas se distinguen por su crudo realismo, crítica social y coreografías de lucha innovadoras.
El cine indio, especialmente Bollywood, ha desarrollado su propio estilo distintivo de cine de acción, que a menudo incorpora elementos de melodrama, comedia y los infaltables números musicales. En los últimos años, películas como Dhoom y la serie Krrish han demostrado la creciente influencia del cine de acción de Hollywood y del este asiático en el cine indio.
El cine tailandés, protagonizado por artistas como Tony Jaa (Ong Bak), retrata el arte marcial tradicional del Muay Thai en el contexto de películas de acción modernas, a menudo con un uso mínimo de CGI y un énfasis en acrobacias reales.
El cine francés ha dado origen a su propia escuela de películas de acción, a menudo con elementos de parkour, como en Distrito 13 y Yamakasi. El director Luc Besson y su compañía EuropaCorp se han convertido en actores clave en la producción internacional de películas de acción, con éxitos como la saga Transporter y Venganza.
El cine ruso también ha recurrido al género de acción en los últimos años, creando películas como Guardianes de la noche, Guardianes del día, La isla habitada, Los defensores y Mayor Grom: Doctor de la plaga, intentando combinar elementos de la acción de Hollywood con las realidades y la mentalidad rusas.
El futuro de las películas de acción
El género cinematográfico de acción continúa evolucionando, adaptándose a las nuevas capacidades tecnológicas, las tendencias culturales y las expectativas del público. Diversas tendencias actuales pueden ofrecer una idea de su posible desarrollo futuro.
La innovación tecnológica seguirá desempeñando un papel clave en la evolución del cine de acción. La realidad virtual y aumentada, la inteligencia artificial para crear efectos visuales más realistas y la tecnología de campos de luz para capturar escenas en 3D tienen el potencial de cambiar la forma en que se crean y se experimentan las escenas de acción.
El uso de la tecnología de volumen virtual, como se vio en The Mandalorian y The Batman (2022), podría convertirse en el estándar para crear entornos realistas, reemplazando las pantallas verdes tradicionales y permitiendo a los actores y directores ver entornos virtuales en tiempo real mientras filman.
El reenvejecimiento digital y la resurrección de actores con ayuda de CGI, como en El irlandés de Martin Scorsese o las películas de Star Wars, podrían hacer posible envejecer o rejuvenecer personajes, así como traer de vuelta a la pantalla a actores muertos, lo que plantea cuestiones éticas complejas.
Plataformas de streaming como Netflix, Amazon Prime Video y Disney+ participan cada vez más en la producción de películas y series de acción originales. Esto podría generar una mayor diversidad de contenido, ya que los servicios de streaming buscan atraer a diferentes públicos y no se limitan a los requisitos de un estreno en cines.
La globalización cinematográfica continúa difuminando las fronteras entre las tradiciones cinematográficas nacionales. Las colaboraciones internacionales se están convirtiendo en la norma, en lugar de la excepción, lo que da lugar a una hibridación de estilos e influencias culturales en el cine de acción.
Es probable que la diversidad y la inclusión desempeñen un papel cada vez más importante en el cine de acción. Esto incluye no solo una mayor presencia de personajes y actores femeninos de diferentes orígenes étnicos, sino también una diversidad de historias, puntos de vista y contextos culturales.
Los temas ambientales podrían cobrar mayor relevancia en futuras películas de acción, lo que refleja la creciente preocupación por el cambio climático y los problemas ambientales. Las películas de catástrofes, que a menudo se entremezclan con el género de acción, ya han comenzado a explorar estos temas.
La producción virtual puede hacer que la realización de películas de acción sea más sustentable al reducir la necesidad de viajes internacionales y filmaciones en locaciones, además de reducir la huella de carbono general de la producción cinematográfica.
El legado y la importancia de las películas de acción
Las películas de acción ocupan un lugar especial en la historia del cine. No solo son uno de los géneros más populares y de mayor éxito comercial, sino que también sirven como plataforma para la innovación técnica y narrativa, influyendo en otros géneros y medios de comunicación.
Desde un punto de vista técnico, las películas de acción suelen ser pioneras en nuevas tecnologías y técnicas cinematográficas. Desde la edición revolucionaria de El acorazado Potemkin de Eisenstein hasta el efecto bala de Matrix, las películas de acción continuamente expanden los límites de lo posible en la narrativa visual.
Culturalmente, los héroes de acción se convierten en símbolos de su época, reflejando y moldeando ideas sobre el heroísmo, la masculinidad, la feminidad y los valores morales. Los cambios en la imagen de los héroes de acción — desde los invencibles machos de los años 80 hasta los personajes más vulnerables y éticamente complejos de la actualidad — reflejan la evolución de las ideas sociales sobre la fuerza, el poder y la responsabilidad.
El impacto económico de las películas de acción en la industria cinematográfica es difícil de sobreestimar. Los grandes presupuestos, los actores estelares, los efectos especiales y el marketing global convierten a las superproducciones de acción actuales en elementos clave del modelo de negocio de los grandes estudios y en un importante producto de exportación cultural, especialmente para el cine estadounidense.
A pesar de las críticas de que el espectáculo se impone demasiado al contenido, las mejores películas de acción demuestran que el espectáculo puede ser un recurso narrativo, no una mera distracción. Como ha señalado el académico Geoff King, el espectáculo en las películas de acción puede ser un vehículo para la narración, no un obstáculo.
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