Historia del género de terror:
desde Gustav Karl Liebe hasta los éxitos de taquilla modernos
Traductor traducir
El género de terror surgió de cuentos, mitos y leyendas antiguos en los que seres sobrenaturales infundían miedo en oyentes y lectores. Con el tiempo, estos elementos del folclore se transformaron en obras estructuradas que exploraban los miedos humanos más profundos. La evolución del género abarca la literatura, el cine y otros medios, creando una rica historia de expresiones artísticas del miedo.
2 Los primeros años del terror en el cine
3 La revolución del terror de los años 1960 y 1970
4 La Edad de Oro: El terror de los años 70 y 80
5 Transformación del género en las décadas de 1990 y 2000
6 Terror moderno: nuevas tendencias y éxitos de taquilla
Orígenes del género en la literatura
El desarrollo formal del género de terror comenzó en el siglo XVIII con la aparición de la novela gótica. El castillo de Otranto (1764), de Horace Walpole, se considera la primera obra de este género. Las novelas góticas se caracterizaban por sus lugares oscuros, sucesos misteriosos y una constante sensación de ansiedad.
Los primeros teóricos del miedo
Pocas personas conocen la contribución del escritor e investigador alemán Gustav Karl Liebe, quien trabajó a finales del siglo XVIII y principios del XIX. En sus tratados, analizó la naturaleza del miedo como fenómeno psicológico y su impacto en la psique humana. Liebe consideraba el horror como una forma de catarsis, que permitía experimentar emociones extremas sin peligro real.
Su teoría del "miedo controlado" anticipó muchos estudios modernos sobre la función terapéutica del género de terror. Además, Liebe experimentó con relatos cortos destinados a evocar respuestas emocionales específicas en los lectores. Este enfoque fue innovador para su época y anticipó el desarrollo del terror psicológico en el futuro.
época gótica
La novela gótica de los siglos XVIII y XIX sentó las bases de la literatura de terror moderna. Las obras de Anne Radcliffe, Matthew Gregory Lewis y Mary Shelley constituyeron los elementos centrales del género. Frankenstein, o el moderno Prometeo (1818), de Mary Shelley, combinó la tradición gótica con la ciencia ficción para crear el arquetipo de un monstruo artificial que se rebela contra su creador.
Edgar Allan Poe y el terror psicológico
Edgar Allan Poe revolucionó el género del terror al trasladar el énfasis de las manifestaciones externas de lo sobrenatural a los estados internos de miedo y locura. Sus cuentos "La caída de la casa Usher" (1839), "La máscara de la muerte roja" (1842), "El corazón delator" (1843), "El gato negro" (1843) y "El barril de amontillado" (1846), así como su novela "La narración de Arthur Gordon Pym de Nantucket" (1838) y el poema "El cuervo" (1845), sentaron las bases del terror psicológico moderno.
Poe fue el primero en incorporar activamente elementos psicológicos en sus obras. Exploró los temas de la locura, la culpa y la paranoia, que posteriormente se convertirían en temas centrales del género de terror. Su influencia se extendió a casi todos los escritores de terror posteriores.
Finales del siglo XIX – principios del siglo XX
A finales del siglo XIX, el género de terror había evolucionado en diversas direcciones. En Gran Bretaña, Bram Stoker publicó Drácula (1897), obra que consolidó la imagen del vampiro en la cultura popular y exploró temas como la sexualidad, la religión y el progreso científico.
En Estados Unidos, Robert Chambers publicó El rey de amarillo (1895), una colección que tuvo una fuerte influencia en el desarrollo del horror cósmico, un subgénero que floreció en las obras de H.P. Lovecraft.
Lovecraft, quien escribió en la primera mitad del siglo XX, creó su propia mitología del horror cósmico. Se basaba en la idea de que la humanidad es solo una parte insignificante de un universo vasto e incomprensible habitado por criaturas ancestrales que superan la comprensión humana. Sus obras La llamada de Cthulhu (1928), La sombra sobre Innsmouth (1936) y Fuera del tiempo (1936) tuvieron una influencia descomunal en el desarrollo del género.
Los primeros años del terror en el cine
El cine ha abordado temas de miedo y ansiedad desde sus inicios. A finales del siglo XIX, los primeros cineastas, como Georges Méliès, experimentaron con la representación de imágenes sobrenaturales y aterradoras.
Cine mudo
Una de las primeras películas de terror de pleno derecho fue la película expresionista alemana El gabinete del Dr. Caligari (1920), de Robert Wiene. Utilizó decorados distorsionados y ángulos de cámara inusuales para crear una atmósfera de ansiedad y locura.
Otras películas de terror importantes del periodo mudo incluyen Nosferatu: Una sinfonía de terror (1922) de F. W. Murnau, una adaptación no oficial de Drácula, El fantasma de la ópera (1925) con Lon Chaney, y El gato y el canario (1927). Estas películas desarrollaron un lenguaje visual del terror que sigue vigente en la actualidad.
La era de los monstruos clásicos
En 1931, Universal estrenó dos películas que definieron el género: Drácula, protagonizada por Bela Lugosi, y Frankenstein, protagonizada por Boris Karloff. Estas películas marcaron el comienzo de la era de los monstruos clásicos, una serie de películas que crearon imágenes cinematográficas icónicas.
Frankenstein fue el primer gran éxito de taquilla del género de terror, con una recaudación de 12 millones de dólares. Su éxito demostró el potencial comercial del género y dio lugar a una serie de películas clásicas de monstruos, como La Momia (1932), El Hombre Invisible (1933), La Novia de Frankenstein (1935) y El Hombre Lobo (1941).
Estas películas crearon imágenes arquetípicas de monstruos que siguen siendo reconocibles e influyentes hasta nuestros días. También establecieron muchas convenciones del género: la atmósfera gótica, monstruos trágicos que evocan tanto miedo como compasión, y la confrontación entre la ciencia y lo sobrenatural.
Posguerra y horror atómico
Tras la Segunda Guerra Mundial, el género de terror comenzó a reflejar nuevos temores sobre la era atómica y la Guerra Fría. ¡Ellos! (1954), sobre hormigas gigantes mutadas por la radiación, Godzilla (1954) e Invasión de los ladrones de cuerpos (1956) emplearon elementos del terror para expresar la ansiedad ante la amenaza nuclear, el comunismo y el conformismo.
En la década de 1950 y principios de la de 1960, el estudio británico Hammer Film Productions reavivó el interés por el terror gótico con una serie de películas protagonizadas por Drácula, Frankenstein y otros monstruos clásicos, con vibrantes colores y representaciones más explícitas de la violencia y la sexualidad. Películas protagonizadas por Christopher Lee y Peter Cushing, como La maldición de Frankenstein (1957) y Drácula (1958), fueron éxitos de taquilla y tuvieron una influencia significativa en el género.
La revolución del terror de los años 1960 y 1970
Horror psicológico
En 1960, Alfred Hitchcock estrenó Psicosis, que revolucionó el género de terror. Hitchcock llevó el terror a un entorno moderno y cotidiano y creó un nuevo tipo de villano: un hombre psicológicamente inestable y sin poderes sobrenaturales. Psicosis recaudó 50 millones de dólares, convirtiéndose en la película de terror más taquillera de su época.
A finales de la década de 1960, se produjeron películas que trascendieron los límites del género. La semilla del diablo (1968), de Roman Polanski, explotó la paranoia urbana y los temores religiosos en la historia de una mujer que teme que su hijo nonato esté destinado a los satanistas. La película recaudó más de 33 millones de dólares y se convirtió en un fenómeno cultural.
El nacimiento de la película de zombis moderna
La noche de los muertos vivientes (1968), de George A. Romero, creó el concepto moderno del zombi y utilizó el género de terror para abordar cuestiones sociales y políticas. Aunque inicialmente fue destrozada por la crítica, desde entonces se ha convertido en un clásico y ha tenido una profunda influencia en el género.
Horror religioso
En 1973, El Exorcista, de William Friedkin, estableció un nuevo estándar para el cine de terror al combinar imágenes impactantes con profundos temas emotivos y religiosos. La película recaudó más de 430 millones de dólares en todo el mundo y se convirtió en un fenómeno cultural, desatando la histeria colectiva y el debate religioso.
El nacimiento de los slashers
En 1974, La matanza de Texas de Tobe Hooper introdujo un enfoque más crudo y realista del terror, mientras que Halloween (1978) de John Carpenter estableció el género slasher: películas sobre asesinos en serie que acechan a sus víctimas (generalmente jóvenes). Halloween se rodó con un presupuesto de 300.000 dólares, pero recaudó 70 millones de dólares a nivel mundial, demostrando que las películas de terror de bajo presupuesto podían ser enormemente rentables.
La Edad de Oro: El terror de los años 70 y 80
Las décadas de 1970 y 1980 se consideran a menudo la "época dorada" del cine de terror. Este período vio surgir numerosas franquicias y directores icónicos que definieron el género durante décadas.
Éxitos de taquilla de terror
Steven Spielberg creó el primer auténtico éxito de taquilla de terror del verano con Tiburón (1975). La película recaudó más de 470 millones de dólares en todo el mundo y estableció un nuevo estándar para las películas de terror de gran presupuesto.
En 1976, La profecía ofreció otra versión del terror religioso y, en 1979, Alien, de Ridley Scott, combinó el terror con la ciencia ficción, creando una de las franquicias más influyentes en la historia del cine.
La era de los slashers
Los 80 fueron la era de las películas de terror y los efectos especiales de maquillaje. Franquicias como Viernes 13 (a partir de 1980), Pesadilla en Elm Street (1984) y The Evil Dead (1981) definieron la estética de la década. Jason Voorhees, Freddy Krueger y otros asesinos en pantalla se convirtieron en iconos de la cultura pop.
Paralelamente al mainstream estadounidense, se desarrolló el cine de terror italiano, representado por las obras de Dario Argento, Lucio Fulci y Mario Bava. Estos directores crearon una estética específica que influyó en el cine de terror mundial.
Horror familiar
Producida por Spielberg y dirigida por Tobe Hooper, Poltergeist (1982) combinó elementos tradicionales de películas de fantasmas con efectos especiales modernos y drama familiar, recaudando más de 121 millones de dólares.
Gremlins (1984) y Beetlejuice (1988) combinaron el terror con la comedia, ampliando la audiencia del género y demostrando su diversidad y flexibilidad.
Transformación del género en las décadas de 1990 y 2000
El género de terror pasó por un período de transformación en la década de 1990. Después de que el género slasher saturara el mercado en la década de 1980, el público comenzó a exigir nuevos enfoques e ideas.
Terror y drama
El Silencio de los Inocentes (1991) combinó el terror con el thriller y el drama, ganando cinco importantes Premios de la Academia y recaudando más de 275 millones de dólares en todo el mundo. La película elevó la visibilidad del género y demostró su potencial artístico.
En 1994, Entrevista con el vampiro adaptó la popular novela de Anne Rice y recaudó más de 223 millones de dólares, presentando una imagen más compleja y romantizada del vampiro.
El resurgimiento del slasher
Scream (1996), de Wes Craven, revitalizó el género slasher al añadir elementos de autoconciencia y parodia. Lanzó una exitosa franquicia e influyó en toda una generación de películas de terror.
Puntos de inflexión del género
En 1999, El Sexto Sentido y El Proyecto de la Bruja de Blair, de M. Night Shyamalan, demostraron diferentes enfoques para reinventar el género. El Sexto Sentido, con su famoso giro argumental, recaudó más de 672 millones de dólares y se convirtió en un fenómeno cultural. El Proyecto de la Bruja de Blair, con un presupuesto de 60.000 dólares, recaudó casi 250 millones, creando un subgénero de películas de terror de falso documental.
La influencia del terror asiático
En la década de 2000, la influencia del terror asiático dio lugar a remakes estadounidenses como The Ring (2002) y The Grudge (2004), que aportaron una nueva estética y un énfasis en la atmósfera en lugar de la violencia abierta.
Repensando el formato
La película Silent Hill (2006), basada en el videojuego homónimo, demostró la creciente influencia de la cultura de los videojuegos en el cine de terror. Durante la misma época, directores como Rob Zombie (House of 1000 Corpses, 2003) y Eli Roth (Hostel, 2005) crearon una nueva ola de terror extremo caracterizada por la violencia gráfica y una atmósfera oscura.
Soy leyenda (2007), protagonizada por Will Smith, combinó elementos de ciencia ficción postapocalíptica con terror y recaudó más de 585 millones de dólares, convirtiéndose en una de las películas de terror más taquilleras de su época.
Terror moderno: nuevas tendencias y éxitos de taquilla
La década de 2010 vio un renacimiento del género de terror, tanto a nivel comercial como artístico, con la aparición de nuevos directores talentosos que aportaron ideas y enfoques nuevos.
Franquicias de terror sobrenatural
James Wan, con las franquicias El Conjuro (2013) e Insidious, creó una nueva ola de películas de terror sobrenatural que combinaban los tradicionales sustos repentinos con una mitología elaborada y una gran resonancia emocional. El Conjuro recaudó más de 320 millones de dólares con un presupuesto de 20 millones, y su secuela, El Conjuro 2 (2016), recaudó aún más, con 322 millones.
Adaptaciones cinematográficas de la literatura
En 2017, la adaptación cinematográfica de la novela It de Stephen King batió récords históricos entre las películas de terror, recaudando 704 millones de dólares a nivel mundial. La secuela It: Capítulo Dos (2019) también tuvo resultados impresionantes, recaudando 473 millones de dólares.
Horror social
Jordan Peele demostró cómo el terror puede utilizarse para abordar problemas sociales y raciales con ¡Huye! (2017) y Nosotros (2019). ¡Huye! recaudó más de 255 millones de dólares con un presupuesto de 4,5 millones y fue nominada a varios premios Óscar, incluyendo el de Mejor Película.
Nuevos conceptos
Un lugar tranquilo (2018), de John Krasinski, introdujo el concepto original de monstruos que reaccionan al sonido y recaudó más de 340 millones de dólares con un presupuesto de 17 millones. Su éxito dio lugar a una secuela y una precuela.
En 2018, una nueva versión de Halloween, que ignoró todas las secuelas anteriores y sirvió como seguimiento directo de la película original de 1978, recaudó casi 260 millones de dólares y reavivó el interés en la franquicia clásica.
Terror de autor
Con Hereditary (2018) y Midsommar (2019), Ari Aster se ha convertido en uno de los líderes del movimiento del "horror sublime": películas de terror con énfasis en la atmósfera, el simbolismo y los temas existenciales.
Últimas tendencias
En 2022, Smile recaudó más de 217 millones de dólares con un presupuesto de 17 millones de dólares, lo que demuestra la continua viabilidad comercial del género.
2023 trajo el éxito de la película Five Nights at Freddy’s, basada en el popular videojuego, que recaudó casi 297 millones de dólares.
No se puede comentar Por qué?