Cómo el color influye en nuestra percepción de la publicidad:
la ciencia detrás de ello
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Pero, ¿qué dice la ciencia sobre cómo afecta el color a la percepción de la publicidad? En este análisis, examinaremos el impacto del color desde diversas perspectivas psicológicas y neurológicas. Analizaremos cómo evolucionan los significados de los colores en las distintas culturas, así como la forma en que los anunciantes aprovechan estos efectos para optimizar sus campañas.
El poder psicológico del color
La psicología del color, el estudio de cómo los colores influyen en el comportamiento humano, ofrece información valiosa para las estrategias publicitarias. Los seres humanos tendemos a asociar determinados colores con emociones o conceptos específicos. Estas asociaciones están tan arraigadas en nuestra psicología que a menudo afectan a nuestras elecciones sin que nos demos cuenta.
Por ejemplo, el rojo suele provocar sentimientos de urgencia, emoción o incluso peligro. Por eso, muchas cadenas de comida rápida o de liquidación, como McDonald’s, utilizan el rojo en sus marcas. Por otro lado, el azul se asocia ampliamente con la calma, la confiabilidad y el profesionalismo, por lo que los bancos y las empresas tecnológicas lo utilizan con frecuencia.
Pero el color no funciona de manera aislada. Es el contexto el que amplifica su efecto. El mismo tono de rojo puede hacer que una persona se sienta con energía, mientras que otra puede sentirse estresada, dependiendo del entorno que la rodea o incluso de sus propias experiencias. Los estudios de neuromarketing exploran cómo los colores, cuando se combinan con formas, imágenes y mensajes particulares, generan reacciones emocionales complejas.
Cómo los colores desencadenan respuestas emocionales
El color, en su forma más simple, es una señal. Capta la atención y prepara el terreno para el mensaje que sigue. Un anuncio en amarillo puede evocar sentimientos de felicidad u optimismo, mientras que el mismo anuncio en negro puede cambiar el tono hacia la sofisticación o la elegancia.
Esta conexión emocional no es solo teórica: numerosos estudios confirman que el color puede evocar respuestas emocionales distintas. En un experimento del Institute of Color Research, más del 90 % de las compras impulsivas estaban influenciadas por el color del envase. Otra investigación de la Universidad de Loyola descubrió que el color aumenta el reconocimiento de marca hasta en un 80 %. Estos hallazgos subrayan cómo el color se convierte en algo más que un simple elemento de diseño: juega un papel clave en la toma de decisiones del consumidor.
Pero los efectos emocionales del color van más allá de despertar sentimientos. También pueden afectar el valor percibido de un producto o servicio. Las marcas de lujo, como Chanel o Rolex, suelen recurrir a colores apagados como el negro y el dorado, que sugieren exclusividad, lujo y alto valor. Por otro lado, los tonos brillantes y vibrantes pueden indicar asequibilidad o diversión, y atraer a un público más informal y joven.
Diferencias culturales y de color en la percepción de la publicidad
Es fundamental recordar que la percepción del color no es universal. Si bien el azul puede transmitir confianza en las culturas occidentales, en algunas partes del mundo puede asociarse con el duelo o la tristeza. De manera similar, el rojo en algunas culturas representa buena suerte o celebración, mientras que en otras simboliza peligro o advertencia.
Estas asociaciones culturales son fundamentales para que los anunciantes las tengan en cuenta a la hora de expandirse a los mercados internacionales. Un color que funciona bien en un país puede ser un completo error en otro. Por ejemplo, mientras que el blanco simboliza la pureza en muchas sociedades occidentales, en algunas culturas asiáticas se lo vincula tradicionalmente con la muerte y el duelo. Comprender estos matices es fundamental para las empresas que intentan diseñar estrategias de marketing globales.
El papel del contraste: cómo las combinaciones de colores afectan la interacción
Tan importantes como los colores individuales son las combinaciones de colores que se utilizan en los anuncios. El contraste entre colores puede mejorar o perjudicar el efecto general. Las investigaciones demuestran que los colores contrastantes suelen captar la atención de forma más eficaz que las combinaciones armoniosas. Por eso, los anuncios llamativos (aquellos con un alto contraste) tienen más probabilidades de destacar en un panorama publicitario ajetreado.
Tomemos, por ejemplo, el uso omnipresente del rojo y el blanco en los anuncios publicitarios. El rojo capta la atención y evoca energía, mientras que el blanco ofrece un fondo neutro que ayuda a que el rojo destaque. La combinación crea un anuncio visualmente impactante que atrae la mirada del espectador casi instantáneamente. Un enfoque similar podría implicar combinar un color cálido, como el naranja, con un color frío, como el azul, para crear un equilibrio visual atractivo.
En algunos casos, los contrastes sutiles pueden ser más efectivos. Los tonos suaves y pastel de verde y rosa pueden transmitir una sensación de calma, mientras que los tonos más oscuros de verde combinados con dorado pueden sugerir lujo o riqueza. Comprender el efecto de estos contrastes puede ayudar a los anunciantes a diseñar campañas más personalizadas e impactantes.
Los colores y su impacto en grupos demográficos específicos
La edad, el género e incluso las preferencias individuales pueden influir en la forma en que percibimos el color. Los distintos grupos demográficos suelen responder a los colores de maneras específicas, y comprender estos patrones puede ayudar a los anunciantes a orientar mejor sus audiencias.
El atractivo del color para el público más joven
Los consumidores más jóvenes, en particular los adolescentes y los veinteañeros, tienden a ser más receptivos a los colores llamativos y vibrantes. Los tonos brillantes de rojo, azul y verde suelen resultarles atractivos, ya que estos colores transmiten energía y entusiasmo. Al crear campañas para un público más joven, los anunciantes suelen inclinarse por colores de alto impacto que reflejan innovación, diversión y singularidad. Por ejemplo, las marcas de tecnología que se dirigen a la generación Z pueden utilizar verdes y azules neón para transmitir modernidad y creatividad.
Percepción de género y color
Las preferencias de color también varían según el género, aunque estas distinciones no suelen ser tan claras como podríamos suponer. Los estudios han demostrado que las mujeres suelen inclinarse por tonos más suaves, como los pasteles y los tonos apagados, mientras que los hombres suelen sentirse más atraídos por colores primarios más atrevidos. Sin embargo, esta tendencia está lejos de ser rígida y muchas campañas publicitarias recientes difuminan estas líneas, ofreciendo un espectro más amplio de opciones de color que atraen a ambos sexos.
Marcas como Dove han sacado partido de esta comprensión matizada al ofrecer una amplia gama de opciones de color que reflejan percepciones diversas y cambiantes de la belleza. Por ejemplo, sus anuncios suelen utilizar una combinación de tonos cálidos y neutros que transmiten una sensación de inclusión y bienvenida, y atraen eficazmente a un público amplio.
La neurociencia del color: por qué es algo más que superficial
Desde un punto de vista neurológico, el color influye directamente en el procesamiento de emociones y estímulos por parte de nuestro cerebro. Las investigaciones han demostrado que ciertos colores activan áreas específicas del cerebro. El rojo, por ejemplo, puede estimular el hipotálamo, la región encargada de regular emociones como el miedo y la agresión. Esto explica por qué el rojo es tan eficaz para crear una sensación de urgencia, especialmente en anuncios relacionados con las ventas.
De manera similar, el azul estimula el sistema nervioso parasimpático del cerebro, lo que ayuda a inducir la calma y la relajación. Esto explica por qué las empresas de sectores como la atención sanitaria, las finanzas y la tecnología suelen utilizar el azul en sus marcas: sugiere estabilidad y fiabilidad.
Para los anunciantes, comprender estos desencadenantes neuronales puede mejorar la eficacia de las elecciones de color. Al alinear colores específicos con estados emocionales o cognitivos deseados, las marcas pueden aumentar la interacción e influir en el comportamiento.
El arte de utilizar el color en el diseño publicitario
Si bien la ciencia del color se basa en la psicología y la neurociencia, su uso en el diseño publicitario es un arte. Un anuncio bien diseñado combinará las opciones de color con otros elementos (como la fuente, las imágenes y el diseño) para crear una experiencia visual armoniosa. Tanto los especialistas en marketing como los diseñadores deben equilibrar todos estos factores para producir un anuncio que no solo capte la atención, sino que también comunique el mensaje correcto.
Por ejemplo, una marca de autos de lujo podría usar colores intensos y profundos como el negro, el dorado y el plateado para transmitir un estatus social elevado. El diseño del anuncio podría incluir líneas elegantes y un diseño minimalista, lo que reforzaría aún más la imagen de sofisticación de la marca. Por el contrario, un anuncio de un producto ecológico podría usar tonos verdes y terrosos, combinados con imágenes de la naturaleza, para evocar una sensación de sostenibilidad y conciencia ambiental.