Exposición de obras de Irina y Viktor Glukhov "En busca del color y la forma" en la Academia Rusa de las Artes Traductor traducir

La Academia Rusa de las Artes presenta una exposición de obras de un tándem creativo: académicos de la Academia Rusa de las Artes, el Artista del Pueblo de la Federación Rusa Viktor Alexandrovich Glukhov y la Artista de Honor de la Federación Rusa Irina Maksimovna Glukhova. El proyecto continúa la serie de exposiciones de dinastías artísticas en las salas de la Academia de Prechistenka y muestra pinturas y obras gráficas, muchas de las cuales han sido creadas recientemente por los autores y presentadas al público por primera vez.

Viktor Glukhov se graduó de la facultad de arte y gráfica del Instituto Pedagógico Estatal de Moscú que lleva el nombre de VI IN AND. Lenin, donde sus maestros en diferentes años fueron VP Efanov, Yu.E. Vinogradov, KM Maksimov, VA Dreznina, AP Surovtsev, quienes hicieron una contribución significativa a las bellas artes soviéticas.

En la pintura del maestro, en sus bocetos, bocetos y dibujos, la percepción espiritualmente lírica del mundo circundante está coloreada por un sentimiento de fe romántica en la bondad, en el poder transformador del arte. El artista siempre es sincero en sus acciones y sueños. Escribe obras que están conectadas con su sentido de la vida, cosmovisión filosófica. Al estar lejos de la coyuntura de la demanda y las tendencias novedosas, Glukhov sigue siendo un fiel seguidor de las tradiciones de la escuela de arte realista rusa, su singularidad y originalidad de color.

El artista tiene una amplia mirada creativa, para él la pintura es la comprensión de la armonía del universo. Con igual interés y entusiasmo, el maestro pinta paisajes y naturalezas muertas, retratos y composiciones argumentales de gran formato en las que su mundo interior se abre al diálogo con el espectador. A pesar de la modestia de los motivos sustantivos de la trama, la simplicidad y la claridad de sus pinturas, la trama dramática de las obras se siente profundamente en ellas.

Los colores de la paleta del maestro están lejos de la sonoridad bravura y la variedad, son más bien prolongados, requieren una percepción reflexiva y significativa, como si hicieran eco del pulso del artista, sus dudas, razonamientos sobre el bien y el mal, la belleza y la utilidad. En sus lienzos, la partitura colorística determina tanto la profundidad del espacio como los planos semánticos, reflejando la gama sensual de su naturaleza.

Una parte especial de la creatividad multifacética de V. Glukhov es el tema de la infancia, los ecos de sus propios recuerdos de la infancia y las realidades de la vida actual de sus nietos y sus compañeros. En estas pinturas, cada detalle tiene su propio propósito, juguetes hechos de papel y algodón, de madera de la era post industrial, que, por así decirlo, marcan hitos en la historia. Estos detalles, fragmentos, incluidos en el contexto de la composición con el niño jugando, crean un ambiente especial cuando de repente el pasado entra en el presente y se refleja en el futuro.

En cada una de sus obras, el artista parece interrogarse a sí mismo y, al mismo tiempo, se vuelve hacia nosotros con una pregunta, queriendo sentir una respuesta directa en la mente y el corazón de sus espectadores. Para él, la verdad de la vida y la verdad del arte están lejos de ser la misma cosa. Y esto también se manifiesta en su romanticismo e idealismo. El autor tiene muchas personas de ideas afines, y cada exhibición personal del maestro agrega nuevos y leales asociados a su número.

La exposición de Viktor Alekseevich y su musa y esposa Irina Maksimovna aporta nuevas entonaciones a la imagen creativa de estos artistas. El destino decretó que conociera a su futura esposa, siendo su profesora en Hudgraf. Entonces nació una nueva dinastía: sus hijos Maxim y Alexander también se dedicaron al arte.

Irina Glukhova siempre ha anhelado la emancipación creativa, que se ha convertido en la estrella guía de su trabajo. Poco a poco, la superación de la atracción de la naturaleza se convirtió en un significado especial de la búsqueda de un lugar en el arte. De las obras de realismo natural, pasa a un estudio en profundidad de la teoría del color y la forma, ve en la pintura como tal forma de visualización de la materia, el valor intrínseco del colorido y la dramaturgia musical.

La artista comprende y revela por sí misma la compleja expresividad sinfónica de los colores, la estructura cromática construida sobre gradaciones de relaciones tonales, esto le da una gran libertad de autoexpresión emocional. La música de color se extiende del blanco al negro, entre los cuales ve una paleta de colores con cuerpo. Y en esto el autor encuentra la liberación de la realidad objetiva, el camino al mundo de la fantasía y la imaginación.

El maestro crea una serie de obras gráficas y pictóricas, que se agrupan en exposiciones según el principio de sonoridad de combinaciones o contrastes cromáticos. Se caracteriza por una espiritualidad sublime, abstracta, construye su propio mundo especial, diferente al que estamos acostumbrados. El trabajo de Irina está dominado por el contrapunto de la estética de lo no objetivo creado por ella. Actualmente, el artista trabaja mucho en acuarela. Las láminas gráficas se colocan en la exposición de las salas de tal forma que se asemejan a las instalaciones de la autora, dotando a sus obras de variabilidad y movilidad interna.

La exposición conjunta de dos maestros de diferente naturaleza confirma el significado de la ley de la unidad de los opuestos. Viktor e Irina Glukhov se complementan e influyen impulsivamente entre sí. Tal utopía romántica acerca a los esposos, además, los relaciona de manera sincrética, inexplicable. Nos abren diferentes aspectos de la realidad, revelan su multifacética inconsistencia y misterio.