Birchwood Arhip Kuindzhi (Kuindschi) (1842-1910)
Arhip Kuindzhi – Birchwood
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Pintor: Arhip Kuindzhi (Kuindschi)
Ubicación: The State Tretyakov Gallery, Moscow (Государственная Третьяковская галерея).
"Maestro de la luz" es el apodo que otros artistas dan a Quindzhi. Su inusual talento para representar la luz de forma tan realista que parece que está fotografiando en lugar de pintando siempre ha sido un secreto para ellos. Incluso hoy en día, muchos artistas contemplan sus cuadros sin saber cómo podrían representar la luz de la luna o la luz del sol y entrecerrar los ojos mientras los miran. La obra El bosque de abedules fue pintada en 1879.
Descripción del cuadro de Arkhip Kuindzhi El bosque de abedules
"Maestro de la luz" es el apodo que otros artistas dan a Quindzhi. Su inusual talento para representar la luz de forma tan realista que parece que está fotografiando en lugar de pintando siempre ha sido un secreto para ellos. Incluso hoy en día, muchos artistas contemplan sus cuadros sin saber cómo podrían representar la luz de la luna o la luz del sol y entrecerrar los ojos mientras los miran.
La obra El bosque de abedules fue pintada en 1879. El lienzo representa un día luminoso, radiante y, con la luz del sol, chispeante. Todo a su alrededor está tranquilo y silencioso, y puedes sentir una alegría y un placer indescriptibles.
La representación del rincón de madera de abedul absorbido en el juego de los "conejitos" es tan magistral que uno se convierte involuntariamente en testigo de un espectáculo insólito: los rayos de sol se entretejen en las ramas de abedul colgantes y "cabalgan" sobre ellas arrastrados por el ligero viento del verano. Y parece que si escuchas con atención puedes oír el susurro de las hojas y el canto de los pájaros, el piar de los saltamontes en la hierba alta y suave. El contraste del color verde y sus matices nos permite experimentar la profundidad y la exuberancia del bosque de abedules.
Luego nos trasladamos al arroyo, que con su corriente fresca y refrescante nos lleva a las profundidades del lienzo, donde ya no podemos verlo. Sin embargo, la sensación de frescura y pureza crea un fuerte contraste entre el calor del verano y el saludable frescor de las aguas claras del arroyo.
Para añadir densidad y profundidad al bosque, el artista dibuja siluetas oscuras sobre el fondo lejano, pero no les da ninguna forma concreta, lo que sugiere que aquí, frente a sus ojos, lo más importante se extiende como sobre la palma.
Quindzhi logra esa sutileza de los efectos de luz con la ayuda de una composición de colores y contrastes bien combinados. Uno puede sentir la luz en la oscuridad tan finamente. Por eso, el autor prefiere combinar los tonos oscuros con los claros, para que destaquen sobre el fondo de los otros en su profundidad y pureza. El bosque oscuro nos da la oportunidad de percibir el cielo azul y los troncos casi brillantes de los abedules.
El artista se siente maravillado por los paisajes rusos, porque es el bosque ruso el que está lleno de pensamientos y esperanzas, deseos y oraciones, que se sienten muy claramente cuando uno se adentra en esta maravillosa naturaleza.
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Comentarios: 8 Ответы
А. И. Куинджи только березы и березовые рощи пишет???
ну вроде да...
они ему нравятся
Хорошая, яркая картина )))
Мне очень понравилось!!!
нет, не только берёзы. Но картины потрясающие как фотография
где найти небольшое сочинение березовая роща
Очень мне нравится данная картина. С детства. Помню много рассматривал её репродукцию в каком-то журнале. А так же там был небольшой экскурс в биографию Архипа Ивановича. С тех пор являюсь поклонником его творчества.
No se puede comentar Por qué?
La obra presenta una arboleda de abedules, dominada por los troncos blancos y delgados que se elevan verticalmente en un espacio relativamente abierto. El suelo es un prado verde claro, interrumpido por un pequeño curso de agua sinuoso que atraviesa el centro de la composición hacia el fondo. La luz parece difusa, filtrándose a través del follaje y creando sombras alargadas sobre el césped.
El artista ha empleado una paleta de colores sobria, con predominio de verdes oscuros y marrones terrosos en contraste con los blancos pálidos de los troncos. Se observa un tratamiento detallado de las texturas de la corteza de los árboles, mientras que el follaje se sugiere más bien que se define con precisión. La perspectiva es sutil, creando una sensación de profundidad sin recurrir a técnicas exageradas.
La composición se caracteriza por su equilibrio y simetría, aunque no estrictos. Los abedules actúan como elementos verticales repetitivos, estableciendo un ritmo visual que guía la mirada del espectador hacia el interior del paisaje. La presencia del agua sugiere movimiento y vida, mientras que los árboles pueden interpretarse como símbolos de crecimiento, renovación o incluso fragilidad.
Subyacentemente, la pintura evoca una atmósfera de quietud y melancolía. El espacio abierto y la luz tenue sugieren soledad y contemplación. La ausencia de figuras humanas o animales intensifica esta sensación de aislamiento y permite al espectador proyectar sus propias emociones en el paisaje. La obra podría interpretarse como una reflexión sobre la naturaleza, la transitoriedad de la vida o la búsqueda de paz interior. El tratamiento realista del entorno contrasta con un cierto aire onírico que impregna toda la escena, invitando a una lectura más profunda y simbólica.