Bathing horses. 1905 Valentin Serov (1865-1911)
Valentin Serov – Bathing horses. 1905
Editar atribución
Descargar a tamaño completo: 1000×737 px (0,1 Mb)
Pintor: Valentin Serov
A primera vista, el cuadro no es pretencioso y no requiere ninguna interpretación. Un joven bañando a un caballo, ¿qué puede ser más sencillo? Y probablemente cualquier otro pintor lo habría reproducido como un simple boceto, inacabado y de escaso valor artístico, que representa una escena doméstica involuntaria. Cualquier otro artista habría hecho lo mismo, pero no Serov, cuyo pincel permitió crear una verdadera obra maestra, desde el punto de vista pictórico y psicológico.
Descripción del cuadro de Valentin Serov Bañando a un caballo
A primera vista, el cuadro no es pretencioso y no requiere ninguna interpretación. Un joven bañando a un caballo, ¿qué puede ser más sencillo? Y probablemente cualquier otro pintor lo habría reproducido como un simple boceto, inacabado y de escaso valor artístico, que representa una escena doméstica involuntaria.
Cualquier otro artista habría hecho lo mismo, pero no Serov, cuyo pincel permitió crear una verdadera obra maestra, desde el punto de vista pictórico y psicológico. Incluso alguien que no esté familiarizado con la obra de Serov comprenderá que el cuadro esconde un contenido profundo, algo que se oculta tras un boceto aparentemente ordinario.
La atmósfera del cuadro penetra en el anhelo de juventud del autor, en el brillo de sus sensaciones.
Fíjate bien: el joven que trabaja tiene prisa. Su mirada no se centra en el caballo, obedientemente parado y esperando su lavado. No, está mirando en algún lugar en la distancia - en algún lugar, tal vez, donde sus amigos se están bañando y retozando. El animal, que la mayoría de nosotros asocia con estas mismas nociones, y el mar establecen implícitamente motivos de libertad y rebeldía. Esta última es bastante tranquila, sólo tiene un ligero descanso, y esto le da al cuadro una nota de pacificación, hace que no sea tan sombrío.
El cielo, es cierto, empieza a tomar un tinte violeta, pero esto es un signo de la inminente caída del sol y no del mal tiempo. Así que el trabajo del chico debería terminar pronto; un par de movimientos y el hombre y el animal estarán en reposo. No se puede pasar por alto que el autor está igualmente acertado con los personajes y el paisaje marino, representado con sorprendente precisión y viveza.
Por supuesto, para impresionar al espectador, Serov tuvo que pensar cuidadosamente en la forma de escribir, para hacerla más vigorosa. Sólo entonces los conocedores agradecidos de su obra sentirán la penetrante añoranza del artista por días más felices ya pasados.
Кому понравилось
Пожалуйста, подождите
На эту операцию может потребоваться несколько секунд.
Информация появится в новом окне,
если открытие новых окон не запрещено в настройках вашего браузера.
Necesitas iniciar sesión
Для работы с коллекциями – пожалуйста, войдите в аккаунт (abrir en nueva ventana).



















Comentarios: 1 Ответы
Вот дивная картина. Перл. Сколько в ней вечного, сколько юных сил. Полное слияние в нечто Единое: море, небо, кони, люди. Я эту картину люблю особенно. Краски колорит бесподобно. Кисть ппросто виртуозна. Никакой вымученности. Кажется писана на вдожновении на одном порыве как свежий порыв чистого морского воздуха. Сколько сил и добра всё прибывает и прибывает в тебя. когда на неё все смотришь и смотришь. С каждой неторопливой прибегающей волной. Вечная молодость. Жизнь и жить не самое плохое дело. Есть в жизни такие моменты.
No se puede comentar Por qué?
La obra presenta una escena costera dominada por un caballo castaño que se encuentra parcialmente sumergido en el agua. El animal ocupa el centro del lienzo y su presencia es imponente, destacando por su musculatura y tamaño. Su pelaje brilla con reflejos rojizos bajo la luz tenue del cielo nublado.
En primer plano, a la izquierda, una figura humana de espaldas se inclina sobre el agua, posiblemente lavando o cuidando al caballo. La desnudez de esta figura introduce un elemento de vulnerabilidad y conexión directa con la naturaleza. El tratamiento pictórico de la figura es menos detallado que el del caballo, sugiriendo una importancia secundaria en la composición.
El mar ocupa gran parte del espacio visual, representado mediante pinceladas rápidas y texturizadas que evocan movimiento y espuma. La paleta cromática se centra en tonos terrosos, grises y azules apagados, creando una atmósfera melancólica y brumosa. Se percibe un horizonte lejano con la presencia de otras figuras humanas diminutas, lo que sugiere un contexto social más amplio pero difuso.
La luz incide directamente sobre el caballo, resaltando su forma y volumen, mientras que la figura humana permanece en penumbra. Esta diferencia en la iluminación podría interpretarse como una jerarquización simbólica entre el animal y el ser humano.
Subtextos potenciales: La escena sugiere una relación de trabajo o cuidado entre el hombre y el animal, pero también puede evocar un simbolismo más profundo relacionado con la fuerza instintiva de la naturaleza frente a la fragilidad humana. La desnudez del individuo podría interpretarse como una representación de la pureza o la conexión primordial con el entorno natural. El mar, en su vastedad e imprevisibilidad, actúa como un recordatorio de las fuerzas elementales que escapan al control humano. La atmósfera general de soledad y quietud invita a la reflexión sobre la condición humana y su lugar en el mundo natural.