Golgotha ​​ Nikolay Ge (1831-1894)

Descripción del cuadro "Gólgota" de Nikolai Ge

El cuadro "Gólgota", fue una de las últimas obras de Nikolai Ge y, según los críticos, quedó inacabada. El pintor trató de impregnar su obra de un profundo sentido moral.

En el centro del cuadro se encuentra Cristo y dos ladrones. Cada personaje está impregnado de sus propios rasgos de carácter. Así, el autor mantiene un diálogo con el espectador, insinuando sutilmente los acontecimientos y revelando el estado de ánimo de cada uno de los personajes. El Hijo de Dios es vencido por la desesperación, se retuerce las manos. Tiene los ojos cerrados y la cabeza echada involuntariamente hacia atrás.

Desde detrás de Jesús, el culpable se asoma con las manos atadas. Su boca está entreabierta y sus ojos se abren por sí solos, horrorizados. A la derecha se encuentra el joven, antes ladrón, ahora mártir, que se aparta con tristeza. Uno no puede dejar de notar cómo el autor contrasta sus personajes. Todas las figuras están inmóviles, como si estuvieran congeladas en previsión de lo inevitable.

A la izquierda, una mano opresora aparece a la vista, señalando el inicio de la ejecución. La figura de Jesús irradia desesperanza, anticipa una muerte larga y dolorosa. Ya se ha colocado una cruz a sus pies. Nikolai Ge muestra con extrema precisión cómo Cristo es traicionado y enviado a una vergonzosa ejecución. El artista con toda su naturaleza comprendió que el Hijo de Dios fue ejecutado injustamente. La tarea que se propuso el autor fue transmitir al espectador que Cristo, con su acto, expió los pecados de toda la raza humana y dio a la humanidad una oportunidad de salvación, sacrificando su vida.

Se le reprochó su descuido de las formas y su abuso de los colores contrastados. Tal vez fuera el único método capaz de expresar los sentimientos del artista.

Ge pintaba con sus característicos trazos amplios y no temía utilizar colores diametralmente opuestos en sus cuadros. Le animaba la idea con características morales más que con matices religiosos. Por eso representó a Cristo como un símbolo de abnegación, en nombre de la salvación de las almas. La esperanza de toda la vida de Nikolai Geh era que, a través del arte, la humanidad entrara en razón y el mundo se reformara.