The Empire of Flora Nicolas Poussin (1594-1665)
Nicolas Poussin – The Empire of Flora
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Pintor: Nicolas Poussin
Ubicación: Old Masters Picture Gallery (Gemäldegalerie Alte Meister), Dresden.
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Una de las obras más famosas de Nicolas Poussin, El Reino de la Flora, es una poetización de las imágenes realizadas en pintura. Con el tiempo, los colores del cuadro se han desvanecido un poco, pero originalmente esta obra maestra del arte irradiaba luz. Se puede ver incluso ahora; lo principal es notar el inmaculado color azul del cielo y el placer con el que Apolo cabalga su juguetón cuarteto en la distancia. Volviendo nuestra atención a la escena central del cuadro, no podemos dejar de destacar el herma de Príapo, el antiguo dios que custodiaba los jardines y traía la fertilidad.
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Descripción del cuadro El Reino de la Flora de Nicola Poussin
Una de las obras más famosas de Nicolas Poussin, El Reino de la Flora, es una poetización de las imágenes realizadas en pintura. Con el tiempo, los colores del cuadro se han desvanecido un poco, pero originalmente esta obra maestra del arte irradiaba luz. Se puede ver incluso ahora; lo principal es notar el inmaculado color azul del cielo y el placer con el que Apolo cabalga su juguetón cuarteto en la distancia.
Volviendo nuestra atención a la escena central del cuadro, no podemos dejar de destacar el herma de Príapo, el antiguo dios que custodiaba los jardines y traía la fertilidad. Frente a nosotros se encuentra la figura de un árbol, del tipo de las hierbas que se colocaban en la antigüedad. A continuación vemos un árbol envuelto en vegetación, los chorros esmeralda de una fuente. En el fondo hay una pérgola con vegetación y flores.
En el centro del cuadro se encuentra Flora, la diosa de la floración primaveral, bailando graciosamente con una hermosa corona de flores en la cabeza. En primer plano, a la derecha, se encuentra la mítica heroína Smilaka, que parece rodear con sus tiernos brazos a su amado Crocus. Detrás de la pareja de enamorados vemos a Adonis con sus perros, sosteniendo una lanza. Adonis está herido de muerte, pero está muy tranquilo con su herida. Después de su muerte, por deseo de su amada Afrodita, de las gotas de su sangre crecen magníficas flores de anémona. A la izquierda de Adonis se encuentra Geocynthus, que fue asesinado por un disco de hierro a manos de su amigo Apolo. Apolo, apenado, convirtió las gotas de sangre de su amigo en Geocynthus. El geocinto representado en el cuadro mira con tristeza estas flores.
A la izquierda, en primer plano, vemos al Narciso enamorado de sí mismo admirando su reflejo y a la ninfa Eco sosteniendo un ánfora. Detrás de Narciso vemos a Clytia, que, según la tradición, fue castigada por su padre por adulterio. Estuvo inmóvil durante mucho tiempo, observando día a día los movimientos del sol, y después se enterró en la tierra y se convirtió en un heliotropo. La imagen del extremo izquierdo es la de Áyax, que en un ataque de locura enviado por Atenea golpeó a una manada de toros, al despertar el guerrero no pudo soportar la vergüenza y se suicidó clavándose la espada.
No se puede pasar por alto el círculo de Cupidos que sigue fielmente a su diosa Flora, que colma a sus invitados de hermosas flores.
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Análisis de la pintura
La composición presenta una escena dinámica y exuberante poblada por numerosas figuras humanas, aparentemente mitológicas, en un jardín idealizado. En el centro, una figura femenina, vestida con ropas fluidas de color verde, extiende sus brazos sosteniendo una corona floral; su gesto sugiere una ofrenda o coronación. A su alrededor se agrupan diversas figuras masculinas y femeninas en posturas variadas: algunos parecen estar entregando flores, otros contemplan a la figura central con reverencia, mientras que otros interactúan de manera más íntima.
La escena transcurre frente a una arquitectura clásica fragmentada –columnas, arcos– integrada en un paisaje natural rico en vegetación y agua. Un estanque o fuente sirve como punto focal secundario, reflejando la luz y añadiendo profundidad a la composición. En el fondo, se vislumbra una elevación montañosa coronada por una cuadriga tirada por caballos alados, lo que sugiere un elemento celestial o divino.
La paleta cromática es rica y cálida, dominada por tonos terrosos, dorados y verdes, con contrastes sutiles que resaltan la musculatura de los cuerpos y el brillo de las telas. La luz incide sobre las figuras principales, creando sombras dramáticas que enfatizan su volumen y movimiento.
Subtextos potenciales:
La abundancia floral y la presencia de figuras mitológicas sugieren una celebración de la fertilidad, la primavera o el poder de la naturaleza. El gesto de coronación podría aludir a un ritual de iniciación, un reconocimiento de autoridad o la personificación de una divinidad asociada con las flores y los jardines. La arquitectura clásica evoca la tradición grecorromana, estableciendo una conexión entre el mundo natural y la cultura idealizada del pasado.
La presencia de cupidos en primer plano refuerza la temática amorosa y sensual implícita en la escena. El paisaje idílico podría interpretarse como un locus amoenus, un espacio utópico donde se cultivan los placeres y las virtudes. La cuadriga celestial introduce una dimensión trascendental, sugiriendo que la celebración tiene lugar bajo la mirada de los dioses o en un plano superior de existencia. En general, la pintura parece explorar temas relacionados con el amor, la belleza, la fertilidad y la armonía entre la naturaleza y la humanidad.