Denial of confession (before confession) Ilya Repin (1844-1930)
Ilya Repin – Denial of confession (before confession)
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Pintor: Ilya Repin
Ubicación: The State Tretyakov Gallery, Moscow (Государственная Третьяковская галерея).
"Rechazo a la confesión" se inspiró en un poema llamado "La última confesión" que se publicó en una revista clandestina donde Repin lo leyó. Tras largos y tortuosos intentos de esbozar una composición, de plasmar una ilustración perfecta, Repin se alejó de la ilustración y pasó a su propia interpretación del tema. En el poema, el sacerdote discute con un revolucionario condenado a muerte. Enfadado, sintiéndose justo, responde violentamente a las llamadas al arrepentimiento, y esta llama se quema. En Repin el argumento se sustituye por el silencio.
Descripción del cuadro de Ilya Repin "Rechazo a la confesión".
"Rechazo a la confesión" se inspiró en un poema llamado "La última confesión" que se publicó en una revista clandestina donde Repin lo leyó. Tras largos y tortuosos intentos de esbozar una composición, de plasmar una ilustración perfecta, Repin se alejó de la ilustración y pasó a su propia interpretación del tema.
En el poema, el sacerdote discute con un revolucionario condenado a muerte. Enfadado, sintiéndose justo, responde violentamente a las llamadas al arrepentimiento, y esta llama se quema.
En Repin el argumento se sustituye por el silencio. El sacerdote se aferra a su cruz, preparándose para cumplir con sus deberes de la mejor manera. No exhorta, no ruega, ni suplica, ni argumenta - simplemente espera a ver qué decide el condenado, y en general, no le importa si se arrepiente, o maldice a Dios con todas las maldiciones conocidas. Es sólo un trabajo. Ni siquiera hay interés en la postura del sacerdote, y mucho menos en el calor del predicador.
El revolucionario también es reacio a involucrarse en la discusión. Los discursos acalorados no tienen que ver con él, está cansado y no ve sentido en discutir con otro engranaje del sistema. Está agotado. Lleva un guardapolvo sucio y andrajoso, la barba y el pelo largo sin cortar, con aspecto descuidado. Lleva mucho tiempo sentado y, sin embargo, mantiene su presencia de ánimo. Retrocede ante el sacerdote, el más mínimo movimiento de su barbilla, su postura, su silencio dicen "no", no queriendo ni arrepentirse ni predicar. Sólo quiere que le dejen en paz y hacer lo que hay que hacer.
Los colores de la imagen son turbios. La celda es oscura y apenas hay luz en ella. Todo lo que se ve son dos figuras, congeladas la una contra la otra, sin piedad para convencerse de nada, y una simple litera de prisionero, en la que no hay nada que la haga especial y pertenezca a este prisionero en particular.
El "rechazo de la confesión" es un rechazo no sólo del arrepentimiento, sino también de la argumentación, ya que el rechazo tiene lugar en total silencio.
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La escena representada se desarrolla en un espacio íntimo y sombrío, posiblemente el interior de una celda o recinto cerrado. Dos figuras dominan la composición: un hombre sentado, visiblemente angustiado, y otra figura de pie que parece ejercer algún tipo de autoridad religiosa o judicial.
El personaje sentado presenta una expresión facial marcada por el sufrimiento; su rostro está demacrado, con barba descuidada y ojos hundidos, sugiriendo agotamiento físico y emocional. Su postura es encorvada, casi fetal, transmitiendo desesperación y vulnerabilidad. Viste ropas oscuras y desgastadas, lo que podría indicar una condición de pobreza o encarcelamiento. Sus manos, aunque no completamente visibles, parecen estar en actitud defensiva o suplicante.
La figura de pie, vestida con un atuendo formal y oscuro –incluyendo un tocado–, se presenta como imponente y distante. Sostiene un objeto pequeño en la mano, posiblemente una cruz u otro símbolo religioso, que utiliza para dirigirlo hacia el personaje sentado. Su rostro es difícil de discernir debido a la iluminación tenue, pero su postura erguida y su mirada fija sugieren severidad y juicio.
La paleta cromática es extremadamente limitada, dominada por tonos oscuros y apagados: grises, marrones y negros predominan, creando una atmósfera opresiva y claustrofóbica. La luz parece provenir de una fuente indeterminada, iluminando parcialmente los rostros de ambos personajes y acentuando sus expresiones.
Subtextos potenciales: la pintura sugiere un momento crucial en la vida del personaje sentado, posiblemente relacionado con un acto de contrición o un intento de redención fallido. El rechazo implícito en la actitud de la figura de pie podría simbolizar la falta de misericordia, la imposibilidad de encontrar consuelo espiritual o la condena social. La oscuridad circundante y el ambiente sombrío refuerzan la sensación de desesperanza y aislamiento. Se intuye una lucha interna profunda, un conflicto entre la culpa y la búsqueda del perdón, que se ve frustrada por la autoridad representada en la figura de pie. El contraste entre las figuras –uno vulnerable y otro imponente– enfatiza la dinámica de poder y la falta de equilibrio en la relación.