Sunset, Rouen. (1898) Camille Pissarro (1830-1903)

Análisis de la pintura
En esta obra, el autor plasma una escena crepuscular sobre un río amplio. El sol, casi en el horizonte, irradia una luz intensa que se refleja en las aguas y colorea las nubes con tonos anaranjados, rosados y violáceos. La pincelada es suelta y vibrante, creando una atmósfera dinámica y cambiante.
El primer plano está ocupado por embarcaciones oscuras, siluetas de barcos que parecen flotar sobre el agua. Se distinguen figuras humanas diminutas en la orilla, sugiriendo actividad portuaria o un paseo vespertino. En segundo plano, se observa una línea urbana difusa, con edificios y estructuras industriales que se desdibujan bajo la luz del atardecer. La presencia de chimeneas humeantes indica una ciudad activa, posiblemente un centro comercial o industrial.
La paleta cromática es rica en contrastes: los tonos cálidos del sol y el cielo se contraponen a las sombras frías del río y las construcciones. Esta oposición acentúa la sensación de profundidad y crea un juego de luces que enfatiza la fugacidad del momento.
Más allá de la representación literal de un paisaje, la pintura parece evocar una reflexión sobre la transformación constante de la naturaleza y el impacto de la actividad humana en ella. La luz crepuscular podría simbolizar el fin de un ciclo o la transición hacia un nuevo estado. La presencia de la industria sugiere una relación ambivalente entre progreso y deterioro ambiental. El río, como elemento central, actúa como un espejo que refleja tanto la belleza natural como las consecuencias del desarrollo urbano. Se percibe una melancolía sutil en la atmósfera general, quizás relacionada con la pérdida de la luz o la inevitabilidad del cambio.