Gauguin (13) Paul Gauguin (1848-1903)
Paul Gauguin – Gauguin (13)
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Pintor: Paul Gauguin
Colores brillantes y ricos en contrastes en el tema de la vida mesurada de un pueblo alejado de la civilización y la enigmática inscripción en la esquina inferior del cuadro: "Motamoe". Se trata del cuadro Paisaje con pavos reales, realizado por Gauguin en 1892 en la isla de Tahití, en el Pacífico, en la cúspide de su talento artístico. Al igual que otras obras de la época, Paisaje tiene un colorido inusual y está realizado mediante la superposición de muchas capas de pintura al óleo.
Descripción del cuadro de Paul Gauguin Paisaje con pavos reales
Colores brillantes y ricos en contrastes en el tema de la vida mesurada de un pueblo alejado de la civilización y la enigmática inscripción en la esquina inferior del cuadro: "Motamoe". Se trata del cuadro Paisaje con pavos reales, realizado por Gauguin en 1892 en la isla de Tahití, en el Pacífico, en la cúspide de su talento artístico.
Al igual que otras obras de la época, Paisaje tiene un colorido inusual y está realizado mediante la superposición de muchas capas de pintura al óleo. La composición se construye apilando varios planos. Justo delante del espectador hay dos figuras de pavos reales que caminan entre flores y grandes piedras. A continuación, un joven en proceso de parto, con un instrumento para cortar árboles clavado en la espalda. Más arriba hay una cabaña y dos figuras femeninas.
La mitad superior del cuadro está ocupada por paisajes de ascensiones a montañas, picos y acantilados. Un cocotero sorprendentemente alto y curvado atraviesa el fondo de las colinas y se extiende con su pico hacia el cielo.
Los pavos reales, a juzgar por el título del cuadro, son sus protagonistas; una hembra pequeña y rojiza, y un macho más grande y de color azul oscuro con el plumaje plegado. Pero uno tiene la impresión de que la opulencia y la belleza de la cola abierta del pavo real se expresan en los colores abigarrados de todo el cuadro.
El segundo título de la obra se traduce como "muerte".
Gauguin explicaba tan paradójica designación para un cuadro floreciente de colores vivos por el hecho de que los temas de la vida isleña que observaba estaban matando al hombre civilizado que había en él.
"Paisaje con pavos reales" nos transmite las impresiones del artista sobre el exotismo que vio durante su paseo, con la ayuda de medios pictóricos lo sumerge en un estado de sueño colorido, de fantasía, de ensueño. Paul Gauguin ha realizado un cuadro maravilloso, caleidoscópico y ecléctico de un rincón aislado de la tierra donde el hombre convive armoniosamente con el mundo natural.
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La obra presenta una escena en un paisaje exuberante, presumiblemente tropical, dominado por tonalidades cálidas y terrosas. El artista ha empleado una pincelada gruesa y visible, que confiere a la composición una textura rica y una sensación de movimiento.
En primer plano, se distingue una figura masculina desnuda, con un tono de piel oscuro, en actitud contemplativa o ritualista; levanta ambos brazos hacia el cielo. A su lado, un pavo real despliega su plumaje iridiscente, añadiendo un elemento de exotismo y simbolismo. La presencia del ave puede interpretarse como una alusión a la vanidad, la belleza efímera o incluso la fertilidad.
El fondo está poblado por densa vegetación, árboles altos y formas montañosas que se difuminan en la distancia. Se vislumbran otras figuras femeninas, aunque menos definidas, integradas en el paisaje como parte de su entorno natural. La luz parece filtrarse a través del follaje, creando sombras y contrastes que acentúan la profundidad espacial.
La paleta cromática es intensa, con predominio de verdes oscuros, ocres, amarillos y rojos anaranjados. Esta elección de colores contribuye a generar una atmósfera cálida, sensual y misteriosa. La composición no se centra en un punto focal único; más bien, invita al espectador a recorrer la escena y descubrir sus múltiples elementos.
Subtextos potenciales sugieren una reflexión sobre el paraíso perdido, la conexión entre el hombre y la naturaleza, o la exploración de culturas consideradas primitivas por el artista. La representación del cuerpo masculino desnudo en un contexto natural puede interpretarse como una búsqueda de autenticidad y una crítica a las convenciones sociales occidentales. El ambiente general evoca una sensación de quietud, introspección y espiritualidad.