img752 Edvard Munch (1863-1944)
Edvard Munch – img752
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Pintor: Edvard Munch
Las estrellas siempre han atraído a Munch, sirviendo de misterioso objeto de su culto creativo. Pintó varios cuadros unidos por un tema común. Una de ellas es la Noche estrellada. No sólo uno, sino varios. Munch tenía una característica: pintar sus lienzos en diferentes variaciones. Y así fue con este cuadro. La "Noche estrellada" de 1922 está representada en una noche de invierno iluminada por la luna.
Descripción del cuadro Noche estrellada de Edvard Munch
Las estrellas siempre han atraído a Munch, sirviendo de misterioso objeto de su culto creativo. Pintó varios cuadros unidos por un tema común. Una de ellas es la Noche estrellada. No sólo uno, sino varios. Munch tenía una característica: pintar sus lienzos en diferentes variaciones. Y así fue con este cuadro.
La "Noche estrellada" de 1922 está representada en una noche de invierno iluminada por la luna. Esta vista le era familiar al artista, ya que es el cielo desde la ventana de su casa. Sin embargo, esto no mermó el amor de Munch por el misterioso cielo estrellado.
Esto se aprecia en la forma en que el autor pinta los detalles de su obra: los ventisqueros bajo los pies se perfilan con descuido, sin especial atención, mientras que el cielo con estrellas brillantes capta la atención por completo.
Al mismo tiempo, Munch no busca la soledad. Llena el cuadro con la luz procedente de las ventanas de las casas lejanas, lo que añade algo de calidez al tema. Se mezcla con la luz de la luna y esta fusión es la base del embrujo y el misterio.
Las explosiones azules y verdes brillantes que predominan en el cielo nocturno aumentan la vitalidad y la apertura emocional de la obra.
Uno puede sentir que el pintor no se esforzó por lograr la luminosidad de los sentimientos al pintar el mundo que lo rodeaba. Más bien apesta a calma y cordialidad, y te hace reflexionar profundamente sobre la extrañeza del ser. A pesar de la aparente sencillez y la manera infantil de pintar, un verdadero conocedor comprende que el cuadro es obra de un maestro, un profesional y un genio.
Según sus contemporáneos, Munch fue arte toda su vida. Su vida personal no funcionó. Además, tras varios contratiempos, Munch sufrió una psicosis depresiva, de la que fue tratado durante mucho tiempo en un hospital especializado. El talento de Munch era incuestionable, a pesar de su estado de ánimo. El artista murió en su propia silla con un volumen de Dostoievski en las manos.
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La obra presenta una escena nocturna dominada por tonalidades frías y oscuras, principalmente azules y violetas. El cielo ocupa una parte significativa del lienzo, con pinceladas turbulentas que sugieren movimiento y una atmósfera agitada. Se distinguen formas circulares luminosas, posiblemente estrellas o lunas, dispersas en la negrura celestial.
En el primer plano, se observa lo que parece ser la barandilla de un puente o balcón, representada con líneas angulosas y colores sombríos. Esta estructura actúa como un marco que separa al espectador del paisaje nocturno. Debajo de esta barrera, se vislumbra una extensión blanca, probablemente nieve, que cubre el terreno.
En la distancia, se identifican edificios con ventanas iluminadas, las cuales contrastan con la oscuridad circundante y sugieren la presencia de vida en medio de la soledad del paisaje invernal. Las formas de los edificios son simplificadas, casi abstractas, lo que contribuye a una sensación general de inquietud y desasosiego.
La pincelada es expresiva y vigorosa, con trazos gruesos y empastados que enfatizan la intensidad emocional de la escena. La ausencia de detalles precisos y la distorsión de las formas sugieren un interés en transmitir sensaciones subjetivas más que una representación realista del entorno.
Subtextos potenciales:
La obra evoca sentimientos de aislamiento, melancolía y angustia existencial. El cielo turbulento y los colores fríos pueden interpretarse como símbolos de la inestabilidad emocional o la desesperación. La presencia de las luces en las ventanas sugiere una búsqueda de consuelo o conexión humana en medio de la oscuridad.
La barandilla en el primer plano podría representar una barrera psicológica, separando al individuo del mundo exterior y sumiéndolo en su propia introspección. El paisaje invernal, con su nieve y oscuridad, puede simbolizar la frialdad emocional o la muerte. En general, la pintura transmite una sensación de alienación y soledad profunda, invitando a la reflexión sobre la condición humana y la fragilidad de la existencia.