Vasily Perov – Amateur
Ubicación: The State Tretyakov Gallery, Moscow (Государственная Третьяковская галерея).
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La escena representada se desarrolla en el interior de un taller, presumiblemente artístico, aunque con una atmósfera doméstica marcada. En primer plano, dos figuras ocupan la mayor parte del espacio: un hombre mayor y una mujer joven. El hombre, sentado en una silla ornamentada, sostiene a un bebé en brazos; su expresión facial denota cansancio, frustración e incluso cierta resignación. Su mirada está fija en el lienzo que la mujer trabaja frente a él.
La mujer, de pie ante el caballete, parece concentrada en su labor pictórica. Sin embargo, su gesto –la mano levantada como si estuviera evaluando o corrigiendo algo– sugiere una duda o inseguridad. El contraste entre la postura relajada y casi derrotada del hombre y la actitud activa de la mujer es notable.
El caballete exhibe un cuadro en proceso, con trazos incipientes que no permiten discernir el tema exacto, pero sí sugieren un intento de retrato. La paleta de colores utilizada por la mujer parece limitada, predominando tonos oscuros y terrosos.
En el fondo, se observan elementos que refuerzan la idea de un espacio habitado: una mesa con objetos personales (fotografías enmarcadas), cuadros colgados en la pared y cortinas que delimitan el área. La iluminación es tenue, creando sombras que acentúan la sensación de intimidad y melancolía.
Subtextos posibles:
La pintura parece explorar las dinámicas familiares y los roles de género dentro del contexto artístico. El hombre podría representar al maestro o mentor, mientras que la mujer encarnaría a una alumna o esposa intentando desarrollar su talento. La presencia del bebé introduce la complejidad de conciliar la vida personal con la ambición profesional.
La expresión facial del hombre sugiere una crítica implícita a las expectativas sociales y la dificultad para alcanzar el éxito artístico. Su postura derrotada podría interpretarse como un reflejo de la frustración ante la falta de reconocimiento o la incapacidad de transmitir su conocimiento. La duda en la mirada de la mujer, por otro lado, plantea interrogantes sobre la autenticidad del arte y la presión para cumplir con ciertos estándares estéticos.
En general, la obra transmite una atmósfera de introspección y ambigüedad, invitando al espectador a reflexionar sobre las tensiones entre el deseo creativo, las responsabilidades familiares y las convenciones sociales. La escena no se presenta como un momento triunfal, sino más bien como un instante de vulnerabilidad y cuestionamiento personal.