The Twilight Moon Isaac Ilyich Levitan (1860-1900)
Isaac Ilyich Levitan – The Twilight Moon
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Pintor: Isaac Ilyich Levitan
Ubicación: State Russian Museum, St. Petersburg (Государственный Русский Музей).
El cuadro "Crepúsculo. La Luna" es un cuadro de esa época de la obra de Isaac Levitan, en la que sus cuadros dependían totalmente del estado de ánimo y de las emociones que imperaban en el alma del autor. Los tonos melancólicos y sombríos prevalecieron en "Paisaje de humor" durante todos los últimos años de la vida del artista, reflejando todas las penas y decepciones de su alma solitaria. Tarde de otoño.
Descripción del cuadro de Isaac Levitan "Twilight Moon. Luna".
El cuadro "Crepúsculo. La Luna" es un cuadro de esa época de la obra de Isaac Levitan, en la que sus cuadros dependían totalmente del estado de ánimo y de las emociones que imperaban en el alma del autor. Los tonos melancólicos y sombríos prevalecieron en "Paisaje de humor" durante todos los últimos años de la vida del artista, reflejando todas las penas y decepciones de su alma solitaria.
Tarde de otoño. Gran parte del paisaje lo ocupa el cielo azul pálido con nubes grises, que parecen aún más brillantes en el reflejo de la superficie tranquila e inmóvil del río. La luna, soberana de la noche, ya ha aparecido en el luminoso cielo, sin esperar a su compañera nocturna las estrellas. Incluso su reflejo en el río es borroso y tembloroso, como si dudara: "¿No es demasiado pronto? Y el centro del cuadro, en horizontal, está lleno de los principales atributos del paisaje otoñal: árboles amarillentos y oscurecidos.
El tenue sol que aún no ha desaparecido en el horizonte ilumina estas coronas doradas, rojas y verde oscuro, dando a la imagen una cuota de alegría luminosa. Todo en la imagen está quieto, sólo se aprecia una ligera ondulación en el río, en el que el bosque se refleja de forma diferente a la luna. Se funde en una espesa paleta de amarillos y naranjas y espera tranquilamente la llegada de la noche. Sólo dos árboles completamente amarillentos se alzan solitarios, separados de la densa arboleda: uno cerca de la orilla y el otro más cerca del bosque en la distancia.
¿Qué estado de ánimo evoca el cuadro? Es difícil decidirlo sin verlo en detalle. No se puede decir que la melancolía otoñal llene por completo este lienzo, pero hay algo que evoca un poco de pesadez en el alma. Y no es el cielo sombrío, ni el sol que se desvanece, ni los árboles que pierden sus hojas, sino algún tipo de estado de ánimo especial que transmite el cuadro. Así, sin recurrir a la exageración de la tristeza del paisaje otoñal, Levitan ha conseguido que ese estado de ánimo, que se produce en esta época del año al menos una vez en todo el mundo, se reproduzca plenamente en este cuadro.
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Comentarios: 1 Ответы
Совершенно потрясающий художник. Обожаю Левитана. Я считаю, Левитан – гений. Самый настоящий. Его живопись поистине шедевральна.
PS – стояла в очереди на его выставку 4 часа. Не жалею :)
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La obra presenta una escena nocturna dominada por un cuerpo de agua extenso y tranquilo. El cielo ocupa una parte significativa del lienzo, exhibiendo tonalidades grises azuladas que sugieren el crepúsculo o las primeras horas de la noche. Una luna llena, brillante y redonda, se sitúa en el centro superior del encuadre, siendo la fuente principal de iluminación.
En la orilla opuesta, una línea de vegetación densa conformada por árboles y arbustos define el horizonte. Los tonos terrosos y ocres predominan en esta sección, indicando posiblemente un estado otoñal o invernal de la naturaleza. La pincelada es suelta y difusa, creando una atmósfera nebulosa y melancólica.
El agua refleja la luz lunar, generando un camino brillante que se extiende hacia el espectador. Las ondulaciones sutiles en la superficie del lago añaden dinamismo a la composición, aunque manteniendo una sensación general de calma y quietud. La presencia de algunos árboles más esbeltos, con sus reflejos distorsionados, rompe la uniformidad de la línea costera.
Subtextualmente, la pintura evoca temas relacionados con la soledad, la introspección y la fugacidad del tiempo. La luna, símbolo tradicionalmente asociado a lo misterioso y lo emocional, intensifica esta atmósfera contemplativa. El paisaje desolado y los colores apagados sugieren una reflexión sobre la naturaleza efímera de la existencia y la belleza encontrada en la quietud y el silencio. La ausencia de figuras humanas o animales acentúa la sensación de aislamiento y permite al espectador proyectar sus propias emociones y experiencias en la escena representada. La obra podría interpretarse como una meditación visual sobre la relación entre la luz y la oscuridad, lo visible y lo invisible, y la conexión del individuo con el entorno natural.