Part 2 Louvre – Jan van Eyck -- Madonna of Chancellor Rolin
На эту операцию может потребоваться несколько секунд.
Информация появится в новом окне,
если открытие новых окон не запрещено в настройках вашего браузера.
Для работы с коллекциями – пожалуйста, войдите в аккаунт (abrir en nueva ventana).
Поделиться ссылкой в соцсетях:
No se puede comentar Por qué?
Frente a él, se encuentra una mujer sentada sobre un trono, envuelta en un manto rojo intenso. En su regazo, abraza a un niño pequeño desnudo, quien extiende su mano hacia el espectador. La figura femenina irradia serenidad y nobleza. A la derecha de esta escena central, parcialmente visible, se distingue una criatura alada, presumiblemente un ángel, que parece observar la interacción entre los dos personajes principales.
El espacio arquitectónico es notable. Se trata de un loggiato con tres arcos ojivales que enmarcan un paisaje urbano detallado y extenso. El suelo está cubierto por un intrincado mosaico geométrico. La luz entra a través de las ventanas, iluminando selectivamente a los personajes y creando contrastes marcados entre luces y sombras.
La representación del paisaje exterior es particularmente significativa. Se perciben edificios, árboles y figuras humanas en la distancia, lo que sugiere una ciudad próspera y activa. El nivel de detalle en la arquitectura y el entorno natural denota un interés por la precisión realista.
Subyace a esta escena una clara jerarquía visual. La posición central de la mujer con el niño, su vestimenta y la presencia del ángel sugieren su importancia religiosa. El hombre arrodillado parece ser un benefactor o patrocinador que se presenta ante la Virgen y el Niño. Su riqueza y estatus social quedan patentes en su atuendo y la ubicación dentro del espacio arquitectónico.
La composición general, con sus elementos simbólicos y su meticulosa atención al detalle, apunta a una representación de piedad, devoción y posiblemente un acto de encomienda o donación religiosa. La inclusión del paisaje urbano podría interpretarse como una afirmación del poder económico y político del comitente de la obra, quien se sitúa en el contexto de su propia ciudad y entorno social. El uso de la luz no solo enfatiza las figuras principales sino que también puede simbolizar la gracia divina.