First Communion Pablo Picasso (1881-1973) Period of creation: 1889-1907
Pablo Picasso Period of creation: 1889-1907 – First Communion
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A pesar de su genialidad, a Picasso no le gustaba que nadie le dijera lo que tenía que hacer. Inmediatamente se puso muy irritable. Durante su estancia en la escuela, el joven genio fue encerrado muy a menudo en una sala especial de aislamiento (una habitación con un banco y paredes blancas) por su comportamiento repugnante. Incluso esta vez, el joven Picasso trató de utilizarla sabiamente: siempre intentaba pintar en esta habitación, porque nadie le distraía de su ocupación favorita. A lo largo de su vida artística, Picasso fue siempre diferente en cada uno de sus periodos.
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Cuadro "Primera Comunión" de Pablo Picasso
A pesar de su genialidad, a Picasso no le gustaba que nadie le dijera lo que tenía que hacer. Inmediatamente se puso muy irritable. Durante su estancia en la escuela, el joven genio fue encerrado muy a menudo en una sala especial de aislamiento (una habitación con un banco y paredes blancas) por su comportamiento repugnante. Incluso esta vez, el joven Picasso trató de utilizarla sabiamente: siempre intentaba pintar en esta habitación, porque nadie le distraía de su ocupación favorita.
A lo largo de su vida artística, Picasso fue siempre diferente en cada uno de sus periodos. Como él mismo dijo, todo el mundo tiene derecho a cambiar. El artista pasó a la historia del arte como creador del cubismo.
En 1896, un alumno de la Escuela de Bellas Artes, situada en La Lonja, termina su ya famosa obra: "La primera comunión". Fue creado para la Exposición de Bellas Artes de Barcelona.
Representa a su hermana Lola recibiendo la Sagrada Comunión, así como a su padre y a su madre. Con sus primeros cuadros Primera Comunión y Conocimiento y Misericordia, que pintó a los 15 años.
La vida creativa de Pablo Picasso puede dividirse en periodos de color, es decir, las épocas en las que pintaba utilizando determinados colores y formas. Los más conocidos son el rosa, el azul, el cubista, el negro, el clásico y otros períodos.
Hay tres museos en el mundo que llevan el nombre de Picasso: en Málaga, París y Barcelona. Sus cuadros son actualmente los más caros en las subastas de arte. Hay más de 20.000 obras suyas en museos de todo el mundo.
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La escena representada se desarrolla en el interior de un templo, presumiblemente una iglesia católica, a juzgar por los elementos iconográficos presentes. El foco central lo ocupa una niña, vestida con un traje blanco inmaculado y un velo floral que le cubre la cabeza, arrodillada en actitud orante. En sus manos sostiene un libro abierto, posiblemente un misal o un manual de preparación para la comunión.
A su lado, un sacerdote joven, ataviado con vestimentas litúrgicas rojas y blancas, observa a la niña con atención. La luz parece concentrarse sobre ambos personajes principales, resaltando sus figuras y enfatizando el carácter sagrado del momento. Detrás de la niña se encuentra una figura masculina adulta, presumiblemente su padre, cuya expresión denota solemnidad y quizás cierta emoción contenida. En segundo plano, a la izquierda, se vislumbra otra figura infantil que observa la escena con discreción.
El autor ha empleado una paleta de colores cálidos y terrosos, predominando los tonos ocres, marrones y dorados, lo cual contribuye a crear una atmósfera íntima y reverente. La iluminación es difusa pero efectiva, generando contrastes sutiles que acentúan la volumetría de las figuras y la riqueza de los detalles en el altar y los elementos decorativos del templo.
Subyacentemente, la pintura explora temas relacionados con la fe, la iniciación religiosa y la transmisión de valores familiares. La comunión, como sacramento central de la religión católica, simboliza la incorporación a la comunidad cristiana y el fortalecimiento espiritual del individuo. La presencia del padre sugiere la importancia del rol familiar en la educación religiosa y el acompañamiento en los momentos clave de la vida.
La postura orante de la niña y la mirada atenta del sacerdote evocan sentimientos de devoción, pureza e inocencia. El ambiente general transmite una sensación de recogimiento y solemnidad, invitando a la reflexión sobre la trascendencia espiritual y el significado profundo de este rito religioso. La composición, aunque sencilla, resulta equilibrada y armoniosa, contribuyendo a reforzar la impresión de serenidad y paz interior que emana la escena.