Sir Frank Bernard Dicksee – La Belle Dame Sans Merci
Ubicación: Museum & Art Gallery, Bristol.
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En esta obra se presenta una escena de clara inspiración medieval o fantástica. Observamos a un caballero, ataviado con armadura completa –aunque sin yelmo, que descansa en el suelo–, mirando fijamente a una mujer montada sobre un corcel oscuro. La dama, vestida con un largo ropaje rosado y adornada con flores en el cabello, le devuelve la mirada con intensidad.
El entorno es un paisaje exuberante, casi onírico, con vegetación densa y colinas onduladas que se difuminan hacia un horizonte crepuscular. La luz tenue y dorada sugiere una hora del día liminal, posiblemente al atardecer o en el amanecer, lo cual refuerza la atmósfera de misterio y ensueño.
La postura del caballero es particularmente llamativa: su cuerpo parece relajado, casi abandonado, pero sus manos se aferran a la dama con un gesto que oscila entre la súplica y la rendición. Su rostro expresa una mezcla de fascinación y vulnerabilidad. La mujer, en contraste, mantiene una actitud serena y dominante; su mirada es penetrante y su expresión resulta ambigua, sugiriendo tanto atracción como indiferencia.
La presencia del caballo, imponente y oscuro, actúa como un contrapunto a la delicadeza de la dama y la fragilidad del caballero. Su color sombrío podría simbolizar fuerzas ocultas o peligros latentes. El ropaje rosado de la mujer, por su parte, evoca ideas de belleza idealizada, amor cortés y quizás también engaño.
Subyacentemente, la pintura parece explorar temas como el poder femenino, la seducción, la pérdida del control y la fragilidad humana frente a lo desconocido. La escena sugiere una relación desigual, donde el caballero se encuentra cautivado por una figura enigmática que podría representar tanto la salvación como la perdición. El abandono de su armadura –símbolo de protección y virilidad– refuerza esta idea de vulnerabilidad y entrega total. La composición general, con la dama en posición elevada sobre el caballo y el caballero postrado a sus pies, enfatiza aún más este desequilibrio de poder.