Paul Cezanne – cezanne3
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La obra presenta un paisaje montañoso dominado por una paleta cromática fría y terrosa. En primer plano, se distingue un grupo de árboles delgados, casi esqueléticos, con ramas retorcidas que ascienden hacia el cielo. Su coloración varía entre tonos ocres, grises azulados y toques verdosos, sugiriendo la aridez o quizá el final del otoño.
El terreno que se extiende hacia el fondo está construido mediante pinceladas horizontales y oblicuas en una gama de marrones, amarillos y ocres, creando una sensación de profundidad y textura. Se perciben líneas sinuosas que podrían representar caminos, senderos o accidentes geográficos menores. La aplicación del color no busca la representación mimética, sino más bien la expresión de volúmenes y formas a través de la modulación tonal.
En el horizonte, se alzan montañas imponentes, delineadas con trazos irregulares y sombreados en tonos azules y grises. Estas montañas no son representadas con gran detalle; su presencia es más sugerida que definida, lo cual acentúa su monumentalidad y distancia. El cielo, ocupando una parte significativa de la composición, se caracteriza por pinceladas amplias y difusas en tonos azul pálido y blanco, transmitiendo una atmósfera serena pero ligeramente melancólica.
La ausencia de figuras humanas o elementos arquitectónicos centra la atención exclusivamente en el paisaje natural. La obra parece explorar la relación entre la forma y el espacio, así como la percepción subjetiva del entorno. Se observa un interés particular por la estructura subyacente del terreno y las montañas, lo que sugiere una búsqueda de orden y estabilidad dentro de la naturaleza aparentemente caótica.
La pincelada visible y la simplificación de las formas anticipan movimientos artísticos posteriores, alejándose de la representación tradicional para enfocarse en la expresión individual del artista y la exploración de los elementos formales de la pintura. La composición general transmite una sensación de quietud y contemplación, invitando al espectador a reflexionar sobre la belleza austera y la fuerza silenciosa del paisaje.