Rembrandt Harmenszoon Van Rijn – The Blinding of Samson
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La escena representada es de una brutalidad explícita y se desarrolla en un espacio interior oscuro, apenas iluminado por una fuente de luz que focaliza la acción principal. Un hombre corpulento, despojado de sus vestimentas y encadenado, yace postrado en el suelo, víctima de un ataque violento. Su rostro está parcialmente oculto, pero se percibe su sufrimiento a través de la tensión muscular y la postura de sumisión.
Alrededor del hombre, una multitud de figuras participa activamente en su tortura. Un individuo, vestido con ropas suntuosas y un turbante, parece dirigir el acto, sosteniendo una daga o cuchillo en alto. Otros personajes, algunos ataviados con armaduras y cascos, se involucran directamente en la agresión, mientras que otros observan con expresiones de indiferencia o incluso curiosidad morbosa.
La composición es dinámica y caótica, con un fuerte contraste entre las zonas iluminadas y las sombras profundas. Este claroscuro acentúa el dramatismo de la escena y dirige la atención del espectador hacia los detalles más relevantes: las manos que sujetan al hombre, las armas afiladas y los rostros atormentados.
La paleta cromática es limitada, dominada por tonos terrosos, ocres y rojos oscuros, lo que contribuye a crear una atmósfera opresiva y angustiante. La textura de la pintura es rica y detallada, con un tratamiento realista de las figuras y los objetos.
Subtextualmente, la obra sugiere temas como la traición, la humillación, la pérdida de poder y la vulnerabilidad humana. El hombre encadenado podría representar una figura heroica caída en desgracia, despojada de su fuerza y sometida a la crueldad de sus enemigos. La presencia de espectadores indiferentes o complacientes plantea interrogantes sobre la naturaleza de la violencia y la responsabilidad individual frente al sufrimiento ajeno. La iluminación selectiva puede interpretarse como un símbolo de la verdad revelada en medio de la oscuridad, o quizás como una metáfora del juicio divino. El ambiente claustrofóbico y la falta de esperanza refuerzan la sensación de desesperación y fatalidad que impregna toda la composición.