A Peterhof en el Meteorito Traductor traducir
Un viaje a Peterhof desde San Petersburgo en el Meteor es una forma maravillosa de conocer una de las propiedades imperiales más emblemáticas de Rusia. El viaje en sí es un puente entre la modernidad y la historia. El Meteor, un hidroplano de alta velocidad, es el principal medio de transporte para muchos visitantes, tanto locales como extranjeros. Ofrece no solo un viaje rápido sino también un paseo panorámico por el Golfo de Finlandia. La conexión directa por agua a Peterhof desde San Petersburgo tiene profundas raíces históricas, ya que las rutas fluviales eran el principal modo de transporte de la aristocracia rusa.
Paseo marítimo
El Meteor sale de los muelles de San Petersburgo, cerca del Palacio de Invierno y el Hermitage, lo que permite a los viajeros echar un último vistazo a la ciudad antes de dirigirse al oeste, hacia Peterhof. El viaje suele durar entre 30 y 45 minutos, dependiendo del clima y de las condiciones del agua. Durante el trayecto, los pasajeros disfrutan de las vistas del río Nevá que desemboca en el golfo de Finlandia y ven amplios horizontes que contrastan con la densidad arquitectónica del centro de San Petersburgo.
El diseño del hidroplano, que permite que la embarcación "flote" sobre el agua, proporciona un viaje más suave y rápido que otras formas de transporte acuático. La embarcación utiliza soluciones técnicas para minimizar la resistencia al levantar el casco fuera del agua a altas velocidades. Este método reduce el tiempo de viaje y proporciona un viaje relativamente estable incluso en condiciones difíciles, aunque los fuertes vientos y olas aún pueden afectar la comodidad.
Acercarse a Peterhof desde el agua es un gran espectáculo, como lo fue durante el reinado del zar Pedro I y los emperadores rusos posteriores. Peterhof, a menudo llamado el "Versalles ruso", fue concebido originalmente como residencia costera de Pedro I. Diseñado para rivalizar con los palacios europeos, el complejo ("Petrodvorets") es un vasto complejo de jardines, fuentes y estructuras palaciegas que sirvieron como símbolo de la creciente influencia de Rusia bajo el reinado de Pedro I.
Peterhof
Al desembarcar del Meteor, los visitantes entran en el amplio Parque Inferior, que se extiende a lo largo de la costa y está salpicado de elaboradas fuentes y estatuas. El parque en sí fue cuidadosamente diseñado para integrarse a la perfección con el paisaje natural, al tiempo que muestra la destreza tecnológica de la Rusia moderna temprana a través de sus complejos sistemas hidráulicos. Las fuentes de Peterhof son el aspecto más famoso de la finca. No funcionan con bombas, sino con un sistema alimentado por gravedad que se alimenta de manantiales y embalses cercanos.
La más reconocible es la Gran Cascada, un sistema de fuentes gigantesco que desciende desde el Gran Palacio hasta el mar. En su centro hay una estatua de Sansón luchando contra un león, que simboliza la victoria de Rusia sobre Suecia en la Gran Guerra del Norte. Las fuentes de Peterhof, con sus estatuas doradas y sus chorros de agua, son más que un simple adorno; son un testimonio de la maestría de la ingeniería hidráulica en la Rusia del siglo XVIII. El cuidado meticuloso que se pone en mantener este sistema es motivo de orgullo para los custodios de la finca, que se aseguran de que funcione hoy como lo hacía hace siglos.
Los viajeros que visitan Peterhof en el Meteorito suelen programar su visita para que coincida con la ceremonia anual de cierre de las fuentes, una tradición que comenzó en la época soviética y que continúa hoy como un importante evento cultural. La celebración suele tener lugar a mediados de septiembre y marca el final de la temporada de verano en Peterhof. La celebración se distingue por su solemnidad: las fuentes se apagan en un ambiente ceremonial, con música, un espectáculo de luces y fuegos artificiales.
Fiesta de clausura de la fuente
El cierre de las fuentes no es sólo un acto práctico de mantenimiento estacional, sino un evento festivo que atrae a grandes multitudes. El evento suele comenzar a primera hora de la tarde, cuando la luz del día se va apagando y tiñe de dorado el terreno de la finca. Los visitantes se reúnen en la Gran Cascada y, a medida que las fuentes se apagan gradualmente, comienza una serie de actuaciones musicales. La ceremonia suele incluir música clásica rusa, obras de compositores como Tchaikovsky y Rimsky-Korsakov, lo que crea un sentimiento de orgullo nacional y continuidad histórica.
El festival culmina con una secuencia coordinada en la que las fuentes se van apagando una a una, comenzando por las pequeñas fuentes periféricas y avanzando hacia la Gran Cascada. A medida que los últimos chorros de agua vuelven a caer en la piscina, se crea una atmósfera reflexiva, que marca la transición estacional del luminoso verano a la calma del otoño. Los fuegos artificiales que siguen sirven como nota festiva, iluminando el palacio y los jardines con colores brillantes, en contraste con el cielo que se oscurece.
Aunque el cierre de las fuentes marca el final de la temporada turística más concurrida de Peterhof, la finca permanece abierta a los visitantes durante los meses de otoño e invierno. Sin embargo, los viajes en el Meteor se limitan a los meses más cálidos, cuando el Golfo de Finlandia está libre de hielo. En los meses más fríos, se deben utilizar rutas alternativas como autobuses o trenes desde San Petersburgo para llegar a Peterhof, pero estos medios de transporte carecen del atractivo histórico y paisajístico de los viajes por agua.
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