Ataques de pánico Traductor traducir
La psicología cubre muchas formas complejas de comportamiento humano, incluidos los trastornos relacionados con la ansiedad, uno de los cuales son los ataques de pánico. Un ataque de pánico es un ataque intenso e inesperado de miedo o aprensión, a menudo acompañado de síntomas físicos. Esta experiencia puede ser debilitante, ya que puede generar conceptos erróneos sobre la salud y el bienestar de uno y, en algunos casos, afectar significativamente las actividades diarias.
Los ataques de pánico no son un diagnóstico en sí mismos, sino más bien un síntoma de varias afecciones subyacentes, la más común de las cuales es el trastorno de pánico, un tipo de trastorno de ansiedad. Otras posibles causas incluyen agorafobia, fobia social, síndrome de abstinencia de sustancias o trastorno de ansiedad generalizada. Es importante señalar que, aunque los ataques de pánico pueden ser una característica de estos trastornos, su presentación y gravedad pueden variar significativamente de persona a persona.
La etiología de los ataques de pánico es multifacética y desempeñan un papel tanto la predisposición genética como los factores ambientales. Las investigaciones sugieren que los cambios en los sistemas de neurotransmisores, particularmente la serotonina y la norepinefrina, pueden contribuir al desarrollo de estos episodios. Además, se han propuesto teorías psicológicas como la mala interpretación de las sensaciones corporales o las respuestas de miedo aprendidas para explicar la aparición de los ataques de pánico.
Los síntomas físicos de un ataque de pánico suelen ser tan dolorosos como la angustia emocional. Pueden incluir latidos cardíacos rápidos, sudoración, temblores, dificultad para respirar, dolor en el pecho, náuseas, mareos, escalofríos o sofocos y hormigueo o entumecimiento en las extremidades. Es importante enfatizar que aunque estos síntomas pueden parecerse a los de un ataque cardíaco, los ataques de pánico no son físicamente peligrosos.
El diagnóstico de los ataques de pánico y los trastornos relacionados se basa principalmente en los autoinformes de los síntomas, entrevistas clínicas y evaluaciones psicológicas. El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) describe los criterios para un ataque de pánico, que incluye un ataque repentino de miedo o malestar intenso, acompañado de al menos cuatro síntomas físicos o cognitivos, y que dura desde unos minutos hasta un hora.
El tratamiento para las personas que sufren ataques de pánico recurrentes y trastornos relacionados es multifacético y a menudo incluye intervenciones tanto farmacológicas como psicológicas. Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y otros antidepresivos se recetan habitualmente para aliviar los síntomas. La terapia cognitivo-conductual, una forma de psicoterapia, también es un enfoque eficaz para abordar los patrones de pensamiento desadaptativos y las respuestas de miedo asociadas con los ataques de pánico.
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