Estética de la performance:
los límites del arte y la realidad en la década de 1970
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La performance, como forma especial de expresión artística, amplió significativamente las ideas sobre los límites entre el arte y la realidad, convirtiéndose en uno de los fenómenos más influyentes en la práctica artística de la década de 1970. Fue durante este período que se institucionalizó la performance y su reconocimiento por parte de las estructuras museísticas y la comunidad académica, lo que condujo a la formación de nuevos enfoques estéticos para la percepción y evaluación de los eventos artísticos.
2 Fundamentos teóricos de la estética de la performance
3 Performance y teatro de los años 70
4 Desdibujando las fronteras entre el arte y la realidad
5 Tipos de prácticas performativas en los años 70
6 Problemas estéticos y éticos de la performance
7 La influencia de la performance en la cultura contemporánea
El surgimiento de la performance como práctica artística
La performance (del inglés performance: ejecución, presentación, representación) es una forma de arte moderno, un género de representación teatral y artística, en el que las obras representan las acciones de un artista o grupo en un lugar y tiempo determinados. Cualquier situación que incluya cuatro elementos básicos puede atribuirse a la performance: tiempo, lugar, el cuerpo del artista y la relación entre el artista y el espectador. Esta es la diferencia entre la performance y formas de bellas artes como la pintura o la escultura, donde la obra está determinada por el objeto exhibido.
El surgimiento de la performance se asocia con los problemas de la pintura de vanguardia: la superación del espacio pictórico de un cuadro, la construcción como tendencia principal del arte vanguardista. Los orígenes de la performance se remontan a las prácticas de performances callejeras de los futuristas, el clown de los dadaístas y el teatro Bauhaus. El término "performance" fue aplicado por primera vez a su obra-acción por el compositor y filósofo estadounidense John Cage en 1952, quien representó "4’33" en escena. Como dirección artística, la performance surgió en la década de 1960 en la obra de artistas como Yves Klein, Vito Acconci, Hermann Nitsch, Chris Burden, Yoko Ono y Joseph Beuys.
Roselee Goldberg, en su libro Performance Art, señala: «La performance cobró reconocimiento en la década de 1970. En aquel entonces, el conceptualismo, que priorizaba la producción de ideas más que la de obras de arte, estaba en auge, y la performance se convirtió a menudo en una demostración de estas ideas o en su materialización. Así, la performance se convirtió en la forma de arte más visible de la época». Grandes centros de arte internacionales empezaron a contar con espacios para la performance, los museos a patrocinar festivales, las escuelas de arte a ofrecer cursos de performance y surgieron revistas especializadas.
Principios básicos del arte escénico
La diferencia fundamental entre la performance y otras formas de arte reside en su proceso y su carácter de acontecimiento. La performance no crea un objeto, sino un evento que se desarrolla en el tiempo y el espacio con la participación directa del artista y el público.
El cuerpo del artista se convierte en el principal instrumento y material del arte. Como señaló Yves Klein, no se puede pintar a partir de modelos, sino a través de sus cuerpos: ordena a modelos desnudos que se revuelquen en pintura azul y luego presionen sus cuerpos contra lienzos preparados. Esta corporeidad de la performance cambia radicalmente la relación entre el artista y su obra: el artista no crea algo separado de sí mismo, sino que se convierte en parte de la obra.
Una obra de arte en una performance pierde su materialidad, se disuelve y encuentra su lugar en los participantes del proceso: artistas y espectadores. La performance presta mucha atención a la corporalidad; apela más a la percepción sensorial que a la racional, lo que la diferencia de las bellas artes y la escultura.
Fundamentos teóricos de la estética de la performance
El giro performativo en la estética está conectado con la reconsideración del rol y el significado de la corporeidad en el arte. La tactilidad y la corporeidad se convierten en categorías importantes de la estética performativa. Como se señala en el artículo «Estética táctil en la moda vestimentaria», el desarrollo de la estética táctil, cuya esencia reside en la combinación de belleza y utilidad, no se produjo a lo largo de un largo período histórico, dado que existía una actitud desdeñosa hacia el tacto como el sentido más bajo.
El artículo «La estética como práctica de igualdad» intenta rastrear el desarrollo de la estética desde una orientación hacia la cognición sensorial hasta una práctica artística que sirve como crítica intelectual de la sociedad. De esta forma, la estética se convierte en una práctica de igualdad, algo que Kant ya comprendió en su antinomia del gusto, al descubrir en ella el elemento del «sentimiento común» (sensus communis), que no puede reducirse a ninguna manifestación individual de sensualidad.
Cuando se introduce el sensus communis como principio básico de la estética de la igualdad, los conceptos filosóficos son sustituidos por imágenes afectivas que influyen en el público, y se pierde la distinción entre la percepción sofisticada y la ingenua. Al igual que el entusiasmo revolucionario de las masas, estas son imágenes de acción transversales a las instituciones establecidas, incluidas las democráticas, que afirman la igualdad como uno de sus valores. Pero la igualdad no es un valor, sino un principio práctico que, para convertirse en un principio de pensamiento, debe dominar el potencial crítico del arte.
La estética de la performatividad de Erika Fischer-Lichte
En su libro "La estética de la performatividad", Erika Fischer-Lichte propone una nueva teoría estética capaz de describir e interpretar adecuadamente el arte de la performance. Entiende la performance como un evento artístico independiente con esencia propia. Fischer-Lichte examina el arte de la performance con la misma atención que la ciencia en relación con las formas de arte tradicionales, explora los orígenes de la performance y su existencia contemporánea, y concluye en la necesidad de crear una nueva estética capaz de describirla e interpretarla.
En los capítulos finales de su libro, el autor formula los conceptos básicos de la nueva estética, destinada no sólo a interpretar performances y “acontecimientos” individuales, sino también a comprender más profundamente la naturaleza performativa de la cultura contemporánea en su conjunto.
Los conceptos clave de la estética de la performatividad son:
- Acontecimiento – la performance no crea un objeto, sino un acontecimiento que se desarrolla en el tiempo y el espacio con la participación del artista y el público.
- Corporeidad – el cuerpo del artista se convierte en el medio del arte, lo que cambia la idea tradicional de la separación entre el artista y su obra.
- La presencia es una cualidad especial de estar aquí y ahora, que crea un efecto estético específico.
- La liminalidad es un estado de transición, de estar entre dos mundos, de difuminar las fronteras entre diferentes categorías y estados.
Performance y teatro de los años 70
La relación entre la performance y el teatro en la década de 1970 es un fenómeno complejo y multifacético. Como se señala en el estudio “Performance and Soviet Theatre in the 1970s-80s”, el encuentro del teatro ruso con la performance suele atribuirse a finales de la década de 1980 y principios de la de 1990. Sin embargo, la experimentación con la corporeidad del actor y su espacio compartido con el público, la creación de una realidad escénica “aquí y ahora”, el interés por la materialidad de la voz del actor… todo esto no fue ajeno al teatro ruso de las últimas tres décadas del siglo XX, desde Yuri Lyubimov hasta Anatoly Vasiliev y sus alumnos.
Nuevas tendencias en la actuación
La actuación soviética de la década de 1970 muestra tendencias en sintonía con la estética de la representación. Como se indica en el estudio, la característica más importante de la actuación es la expansión de los límites de la creatividad. El actor se convierte en un artista que participa en todo el proceso de creación de una obra. Encuentra la base para la búsqueda de nuevos medios de expresión en la dramaturgia, que proporciona material para revelar la esencia de los fenómenos vitales, y en la concepción del director de la obra, que determina la dirección del arte teatral.
Se produce una cierta ruptura de los límites de la creatividad, expandiendo su alcance. Sin embargo, esto no excluye la claridad de las posiciones de los actores en el arte ni la manifestación de rasgos estilísticos. Muchos actores se convierten en artistas de una temática específica, representándola en imágenes de diversa índole, lo que enfatiza la intencionalidad y la profunda trascendencia de su arte.
A finales de los años 50 y principios de los 60, se consolidó el principio de la creatividad intelectual, cuyo logro más importante fue el nacimiento del actor-pensador, que aportaba generalizaciones filosóficas y profundas reflexiones morales al espectador. En los años 70, los actores comenzaron a esforzarse por enriquecer la racionalidad de la creatividad con un sutil psicologismo, una inmersión en la esfera emocional y poética, y un análisis profundo del mundo interior del ser humano.
Una de las características más importantes del arte teatral es el deseo del actor de autoexpresión. Se manifiesta a través de una actitud entusiasta ante los problemas agudos de la vida, la capacidad de defender los principios morales, de denunciar la indiferencia filistea y la filosofía del compromiso. La fuerza artística de la representación y la trascendencia de la acción escénica dependen en gran medida de la personalidad del actor. Una representación veraz de la realidad se combina con una evaluación clara de los fenómenos vitales por parte del intérprete.
Un aspecto crucial para el arte actoral de los años 70 es que las fronteras entre el arte y la realidad se difuminan tanto que se olvidan las convenciones de la actuación. Esto evoca directamente la estética de la performance, que se caracteriza por la difuminación de las fronteras entre el arte y la realidad.
Desdibujando las fronteras entre el arte y la realidad
Uno de los aspectos clave de la estética de la performance es la difuminación de las fronteras tradicionales entre el arte y la realidad. A diferencia de las formas de arte representativo, la performance crea una situación de presencia e interacción inmediatas.
Transformación del papel del espectador
La performance transforma radicalmente el rol del espectador en el proceso artístico. Aunque los espectadores no participen directamente en lo que sucede, su posición habitual como observadores se ve alterada. Puede que no se sienta empatía por una obra de arte, pero es mucho más difícil distanciarse del sufrimiento físico del artista, que ocurre aquí y ahora. Los espectadores se vuelven más activos interiormente.
Los espectadores se enfrentan a cuestiones no solo estéticas, sino también éticas: cualquiera puede acercarse y, de alguna manera, ayudar al artista, aliviar su situación o incluso detener la actuación. A menudo, la actuación provoca deliberadamente al espectador a la acción, lo coloca en una posición incómoda y lo obliga a tomar decisiones.
Esta nueva relación entre artista y espectador crea una dinámica especial de interacción que se integra al evento artístico. El espectador ya no es solo un consumidor de arte, sino un participante activo en su creación.
Materialidad e inmaterialidad en el desempeño
Una obra de arte en el contexto de la performance pierde su materialidad tradicional, disolviéndose y encontrando su lugar en los participantes del proceso: artistas y espectadores. La performance presta mucha atención a la corporeidad; apela a la percepción sensorial más que a la racional, lo que la diferencia de las bellas artes y la escultura.
En la performance, el propio cuerpo del artista se convierte en material y medio de expresión. Esto transforma radicalmente la relación entre el artista y su obra. En el arte tradicional, el artista crea un objeto independiente de sí mismo. En la performance, el artista no crea algo independiente de sí mismo, sino que se convierte en parte de la obra.
Tipos de prácticas performativas en los años 70
La performance como forma artística está representada por diversos tipos y direcciones, cada una de las cuales tiene sus propias características y rasgos.
Actuación existencial
Este tipo de performance incluye "Hombre/Mujer, Incidente de Violencia" (1985) de Bruce Nauman y "Barroco Balcánico" de Marina Abramovic. Su rasgo característico es el deseo de una manifestación extrema de sadismo táctil, movilidad activa y un escenario bien pensado, expresado en una fijación rígida del final.
En la performance existencial, el artista a menudo se somete a desafíos físicos e incluso al peligro, explorando los límites de la resistencia y la paciencia humanas. Este tipo de performance plantea preguntas sobre la naturaleza del dolor, el sufrimiento, la violencia y su lugar en la experiencia humana.
Arte corporal
El arte corporal es un movimiento artístico escénico en el que el cuerpo del artista se convierte en el material y medio principal del arte. Puede incluir diversas manipulaciones del cuerpo: desde su decoración y transformación (p. ej., con maquillaje, vestuario o tatuajes) hasta formas de intervención más radicales, como la perforación, la escarificación y la modificación corporal.
El arte corporal explora la relación entre el cuerpo y la identidad, entre lo físico y lo mental, entre lo natural y lo cultural. A menudo aborda cuestiones de género, sexualidad, normas culturales y tabúes relacionados con el cuerpo.
Acontecimiento
Los happennings se caracterizan por un mayor grado de improvisación y participación del público. En un happenning, el artista crea una situación o evento, pero no controla completamente su desarrollo, dejando espacio para las acciones y reacciones espontáneas del público.
Los acontecimientos suelen tener lugar en lugares públicos e involucran a transeúntes al azar, difuminando los límites entre el arte y la vida cotidiana. Crean situaciones que exigen una reacción inmediata y la participación activa de los participantes.
Desempeño político
La performance política utiliza medios artísticos para expresar ideas políticas y criticar las instituciones sociales. Este tipo de performance suele tener un enfoque social o político claramente expresado y busca generar resonancia pública.
La performance política puede ser una forma de protesta, un acto de desobediencia civil o una forma de visibilizar problemas sociales. Suele tener lugar en espacios públicos y utiliza acciones simbólicas para transmitir un mensaje político.
Problemas estéticos y éticos de la performance
La performance como forma de arte plantea muchos problemas estéticos y éticos complejos que requieren una reflexión seria.
Ética de la interacción entre artista y espectador
En el arte tradicional, la relación entre artista y espectador se rige por convenciones establecidas: el artista crea la obra y el espectador la percibe, estando física y temporalmente separados. El arte de performance rompe esta convención al crear una situación de interacción directa entre artista y espectador en un espacio y tiempo comunes.
Esto puede generar situaciones éticas complejas, especialmente cuando la performance implica elementos de riesgo, violencia, intimidad o violación de las normas sociales. Por ejemplo, una performance puede colocar al espectador en la posición de presenciar violencia o sufrimiento, lo que genera un dilema ético: ¿debe intervenir para detener el sufrimiento del artista o permanecer como un observador pasivo, respetando la intención artística?
Corporalidad y dolor en la performance
Muchas performances famosas incluyen elementos de incomodidad física o incluso dolor, lo que plantea interrogantes sobre los límites del arte y la ética de tales prácticas. Si un artista se somete voluntariamente al sufrimiento físico como parte de una obra artística, ¿cuál es el estatus de este sufrimiento? ¿Es simplemente un medio para lograr un efecto artístico o tiene un valor y un significado independientes?
Esta pregunta se relaciona con la cuestión más amplia de la ética de la autolesión en el arte. Tradicionalmente, en la cultura occidental existe un tabú contra causarse daño físico intencionalmente, y este tabú se viola a menudo en la performance. Esto crea una tensión entre las evaluaciones estéticas y éticas: una acción que puede ser estéticamente significativa y expresiva puede ser simultáneamente éticamente problemática.
Responsabilidad social del artista
La performance suele actuar como una forma de crítica social, abordando problemas sociales urgentes. En este contexto, surgen preguntas sobre la responsabilidad social del artista y la eficacia del arte como herramienta para el cambio social.
Si una actuación implica acciones que normalmente se considerarían poco éticas o ilegales, ¿el contexto artístico exime al artista de las restricciones éticas y legales habituales? Esta pregunta es especialmente relevante para la actuación política, que a menudo incluye elementos de desobediencia civil o protesta.
La influencia de la performance en la cultura contemporánea
El arte de performance ha tenido una influencia significativa en varios aspectos de la cultura contemporánea, yendo más allá del arte en sí y penetrando en diversas esferas de la actividad humana.
La performatividad como paradigma cultural
En su libro "La estética de la performatividad", Erika Fischer-Lichte formula los conceptos básicos de una nueva estética que busca no solo interpretar performances y "eventos" individuales, sino también comprender mejor la naturaleza performativa de la cultura contemporánea en su conjunto. Esto indica que la performatividad se está convirtiendo en un paradigma cultural que trasciende las prácticas artísticas individuales y penetra en diversas esferas de la cultura.
La performatividad como paradigma cultural significa que muchos fenómenos de la cultura contemporánea adquieren las características de la performance: acontecimiento, corporeidad, presencia, implicación del espectador o participante, difuminación de los límites entre el arte y la vida.
Influencia en otras artes
La performance ha influido en el teatro, transformando las ideas sobre el rol del actor y el público, sobre la estructura de la acción teatral y sobre el espacio teatral. El teatro contemporáneo utiliza a menudo elementos de la performance: la inmediatez de la acción, la implicación del público, la difuminación de los límites entre el escenario y el auditorio, entre el actor y su papel.
La performance también ha influido en la danza, en particular en la danza contemporánea y la danza teatro. Ideas sobre el cuerpo como medio artístico, el movimiento como forma de comunicación, la espontaneidad y la improvisación son elementos que la performance ha incorporado a la danza.
La música también se ha visto influenciada por la performance, especialmente en corrientes como la música experimental y electrónica, el arte sonoro y el noise. Las ideas sobre el sonido como material, sobre el proceso de creación musical como acto performativo, sobre la eliminación de las fronteras entre compositor, intérprete y oyente: todo esto está conectado con la estética de la performance.
Bajo la influencia de la performance, el arte visual se ha vuelto más procesual, corpóreo y temporal. Prácticas como la instalación, el arte ambiental y el land art suelen incluir elementos performativos y requieren la participación activa del espectador.
Performance y cultura mediática
La performance también es una parte importante de la cultura mediática moderna. En la era de las redes sociales y las tecnologías digitales, muchas formas de autopresentación y comunicación adquieren un carácter performativo. Selfies, vlogs, transmisiones en directo: todas ellas pueden considerarse formas de performance, en las que una persona se convierte tanto en artista como en obra de arte.
El futuro de la performance como forma artística está ligado al desarrollo de la tecnología y los medios, a los cambios en el ámbito social y cultural, y a las nuevas formas de experiencia y comunicación humana. La realidad virtual y aumentada, la inteligencia artificial, la biotecnología: todo esto crea nuevas oportunidades para el arte escénico y plantea nuevas preguntas sobre las fronteras entre el arte y la vida, entre lo humano y lo no humano, entre lo real y lo virtual.
La performance como forma artística difumina las fronteras tradicionales entre el arte y la realidad, entre el artista y el espectador, entre la obra y su proceso de creación. Esto la convierte en un objeto particularmente interesante para la investigación estética, pero también dificulta su comprensión teórica.
Estas características fueron especialmente evidentes en la performance de la década de 1970, que se convirtió en una etapa importante en el desarrollo de esta forma artística. Durante este período, la performance fue reconocida como una forma integral del arte contemporáneo, se integró a la corriente artística dominante y obtuvo apoyo institucional.
La performance de los años 70 está estrechamente vinculada al conceptualismo y sus ideas sobre la prioridad de la idea sobre la materialidad, la desmitificación del arte y la crítica a las instituciones artísticas. Refleja también los problemas sociales y políticos de la época y explora cuestiones de identidad, poder, corporalidad y género.
La estética de la performance incluye conceptos clave como la acontecer, la corporeidad y la presencia, que reflejan su naturaleza procesual, temporal y corpórea. Estos conceptos conforman una nueva estética que puede describir y explicar adecuadamente el fenómeno de la performance.
La performance ha tenido un impacto significativo en diversas formas de arte y cultura en general. La performatividad se ha convertido en una característica importante de la cultura moderna, penetrando en diversas esferas de la actividad humana y transformando las ideas sobre la creatividad artística, la comunicación y la interacción social.
La estética de la performance abre nuevos horizontes para el estudio del arte y su relación con la vida, para repensar los conceptos tradicionales de estética y para crear nuevas formas de experiencia y comunicación artística. También plantea importantes cuestiones éticas sobre los límites del arte, la responsabilidad del artista, el rol del espectador, el significado de la corporeidad y el dolor en el arte.
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