Antique world maps HQ – Abraham Ortelius - Map of the world, 1601
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El Océano Atlántico domina visualmente la composición, mientras que Asia se extiende considerablemente hacia el este, mostrando una comprensión limitada de las dimensiones reales del Pacífico. Las regiones polares están representadas con figuras alegóricas y motivos decorativos, sugiriendo un conocimiento especulativo más que empírico de estas áreas.
En los márgenes superiores e inferiores, se incluyen cartelas ornamentales con textos en latín; estos no solo cumplen una función estética sino también informativa, posiblemente incluyendo citas bíblicas o referencias a la autoridad divina sobre el mundo representado. La presencia de barcos y monstruos marinos en los océanos refleja tanto las exploraciones marítimas de la época como las creencias populares sobre los peligros y lo desconocido que aguardaban más allá de las costas conocidas.
El uso del color es notable: tonos ocres, verdes y azules predominan, con detalles dorados que resaltan ciudades importantes o accidentes geográficos relevantes. La caligrafía utilizada para nombrar lugares y regiones es elaborada y ornamental, indicando un alto grado de cuidado en la producción del mapa.
Subyacentemente, el documento revela una visión eurocéntrica del mundo. La prominencia dada a Europa y su ubicación central sugieren una perspectiva donde este continente se considera el centro del universo conocido. La representación de otras regiones, especialmente América, denota un proceso de descubrimiento y apropiación territorial en curso, así como la imposición de nombres y categorías occidentales sobre culturas y geografías preexistentes. La inclusión de elementos fantásticos y alegóricos apunta a una mezcla entre conocimiento científico incipiente y concepciones míticas del mundo. En definitiva, el mapa no es solo un registro geográfico sino también una declaración política y cultural de la época.