Idylle Gustav Klimt (1862-1918)
Gustav Klimt – Idylle
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Pintor: Gustav Klimt
Ubicación: Wien Museum, Vienna (Wien Museum Karlsplatz, Museen der Stadt Wien).
Los cuadros de Klimt son profundamente simbólicos: son difíciles de leer de un vistazo, hay que pensar en ellos, especular, hacer hipótesis y rechazarlos. Y lo más emocionante es que no hay una sola pista que se aplique a todo el mundo. Cada uno es libre de interpretarlos como quiera, según su visión del mundo y de la vida. Al fin y al cabo, todo el mundo tiene distintas prioridades y una forma diferente de percibir la realidad. Por lo tanto, es poco probable que "Idyllia" le parezca a alguien verdaderamente idílico.
Descripción del cuadro Idyllia de Gustav Klimt
Los cuadros de Klimt son profundamente simbólicos: son difíciles de leer de un vistazo, hay que pensar en ellos, especular, hacer hipótesis y rechazarlos. Y lo más emocionante es que no hay una sola pista que se aplique a todo el mundo. Cada uno es libre de interpretarlos como quiera, según su visión del mundo y de la vida. Al fin y al cabo, todo el mundo tiene distintas prioridades y una forma diferente de percibir la realidad.
Por lo tanto, es poco probable que "Idyllia" le parezca a alguien verdaderamente idílico. En el centro del cuadro hay una madre acariciando a sus hijos, una escena dulce, casta y agradable a la vista. Celebra la vida, el eterno renacimiento y la continuidad, la felicidad, la paz y la alegría de la maternidad.
La mujer es amable, los niños inclinan curiosamente sus cabezas rizadas hacia ella. Pero alrededor de esta hermosa escena hay ansiedad y crepúsculo. Esto se demuestra incluso en la paleta elegida y la luminosidad de los colores: en el centro del cuadro son cálidos y salpican de colores y crean una impresión extremadamente agradable. En cambio, los colores de los bordes son apagados, descoloridos y dominados por los tonos oscuros.
Los dos jóvenes miran a la madre y a sus hijos expectantes y tristes. Como si estuvieran esperando que todo se rompa, para irse al infierno y quedarse allí. Están sentados sobre piedras que parecen lápidas, y las flores, en las que descansa el círculo central del cuadro, parecen ramos llevados a las tumbas en recuerdo de los muertos. Y a partir de aquí cada uno es libre de interpretarlo como quiera.
Se verá la muerte, que espera eternamente que la vida le dé paso y le permita llevarse a la madre y a los hijos, y las flores depositadas en sus lápidas. Algunos dicen que fuera de la familia sólo hay cenizas y falta de vida y sentido. Algunos no pensarán en absoluto en cuestiones tan elevadas y se limitarán a maravillarse con la forma en que los niños juegan con su madre.
Eso es lo que quería el creador, que cada persona interpretara a su manera y que cada uno encontrara algo diferente en su cuadro.
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Comentarios: 1 Ответы
Красиво все.
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La obra presenta una composición central enmarcada por elementos decorativos y dos figuras masculinas a los lados. En el núcleo, se observa una escena íntima: una mujer joven, desnuda, está sentada sobre un pedestal o estructura rocosa baja, sosteniendo a un niño pequeño que parece ofrecerle una fruta. La mujer mira al infante con ternura, mientras éste extiende la mano hacia ella. El fondo de esta escena es un paisaje arbolado difuminado, sugiriendo un entorno natural y tranquilo.
A ambos lados de este grupo central se sitúan dos figuras masculinas también desnudas, en posturas que recuerdan a atalantes o guardianes. Cada uno sostiene una guirnalda floral que rodea la escena principal, enfatizando su importancia y protegiéndola. Las flores parecen ser rosas, un símbolo tradicional de amor, belleza y perfección.
La paleta cromática es cálida, con tonos ocres, dorados y rojizos predominantes en las figuras humanas y el marco decorativo. El contraste entre la luminosidad de los cuerpos desnudos y la oscuridad del fondo contribuye a resaltar la escena central. La textura parece ser rica y detallada, especialmente en la representación de la piel y los tejidos vegetales.
Subtextos potenciales:
La imagen evoca temas relacionados con la maternidad, el amor filial y la inocencia. El gesto de ofrecer una fruta podría interpretarse como un símbolo de nutrición, tanto física como emocional. La presencia de las figuras masculinas a modo de protectores sugiere una idea de cuidado y vigilancia sobre esta escena familiar.
El marco floral y la inscripción IDYLLE (idilio) indican que se trata de una representación idealizada de la vida doméstica o un momento de felicidad perfecta. Sin embargo, el carácter monumental de las figuras y la rigidez de sus posturas podrían sugerir también cierta distancia o formalidad en esta representación del afecto. La composición general, con su énfasis en la simetría y el equilibrio, podría aludir a conceptos clásicos de belleza y armonía.