Konstantin Alekseevich Korovin – Hammerfest. Northern Lights. 1894-1895
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La obra presenta una escena nocturna dominada por un ambiente frío y austero. En primer plano, se distingue un bote de madera desgastado, amarrado a lo que parece ser un muelle o embarcadero construido con tablones oscuros y toscos. La embarcación, vacía y aparentemente abandonada, refleja en sus tablas la luz tenue que emana del entorno.
El espacio se comprime entre el bote y una serie de edificaciones verticales, construidas también en madera y pintadas en tonos sombríos de marrón y gris. Estas estructuras sugieren un asentamiento humano pequeño y aislado, posiblemente costero. La iluminación artificial es escasa; pequeñas luces amarillentas titilan desde algunas ventanas, indicando la presencia de vida dentro de los edificios, pero sin romper la sensación general de oscuridad y soledad.
El elemento más llamativo del cuadro es el cielo. Bandas verticales de luz pálida, en tonos rosados, violetas y blancos, se extienden a lo largo de toda la composición superior. Estas luces no parecen provenir de una fuente natural convencional como la luna o las estrellas; su forma irregular y su intensidad sugieren un fenómeno atmosférico inusual. La reflexión de estas luces se aprecia en el agua oscura del canal o puerto, creando un efecto vibrante y casi espectral.
La paleta cromática es restringida, con predominio de tonos fríos y apagados. El uso de la luz y la sombra es dramático, enfatizando las texturas rugosas de la madera y la profundidad del espacio. La composición vertical acentúa la sensación de altura y aislamiento.
Subtextos potenciales:
La pintura evoca una atmósfera de melancolía y quietud. El bote abandonado puede simbolizar el paso del tiempo, la soledad o incluso la fragilidad de la existencia humana frente a las fuerzas de la naturaleza. La presencia de luces tenues en las edificaciones sugiere una lucha por mantener viva la esperanza en un entorno hostil.
El fenómeno luminoso en el cielo podría interpretarse como una representación de lo sublime: la belleza y el poder abrumador de la naturaleza que inspiran tanto temor como admiración. La escena, en su conjunto, transmite una sensación de introspección y contemplación sobre la condición humana y su relación con el mundo natural. La obra parece explorar temas relacionados con la soledad, la resistencia y la búsqueda de significado en un paisaje remoto y desafiante.