Northern idyll Konstantin Alekseevich Korovin (1861-1939)
Konstantin Alekseevich Korovin – Northern idyll
Editar atribución
Descargar a tamaño completo: 2048×1519 px (0,5 Mb)
Pintor: Konstantin Alekseevich Korovin
Ubicación: The State Tretyakov Gallery, Moscow (Государственная Третьяковская галерея).
Tras participar en la expedición al norte de Savva Mamontov, el artista ruso Konstantin Korovin concibió la idea de realizar una serie de cuadros sobre la vida en el norte. En 1886, Korovin pintó El idilio nórdico, cautivado por la belleza natural de la dura tierra del norte y la pureza de sus habitantes. El lienzo representa las primeras horas del atardecer: la luna nueva ya ha aparecido en el cielo ligeramente oscurecido.
Descripción del cuadro de Konstantin Korovin "El Idilio del Norte".
Tras participar en la expedición al norte de Savva Mamontov, el artista ruso Konstantin Korovin concibió la idea de realizar una serie de cuadros sobre la vida en el norte. En 1886, Korovin pintó El idilio nórdico, cautivado por la belleza natural de la dura tierra del norte y la pureza de sus habitantes.
El lienzo representa las primeras horas del atardecer: la luna nueva ya ha aparecido en el cielo ligeramente oscurecido. Todo alrededor es verde; la alfombra de hierba está sembrada de campanillas maravillosas; la suave melodía de la flauta la toca un pastor de la aldea tumbado en la hierba. Tres campesinas con vestidos de verano de vivos colores se deleitan con el frescor de la noche y se balancean ligeramente al compás de la melodía que suena. El pintor ha impregnado sus rostros de severidad y lirismo al mismo tiempo. Y con su pincel representó brillantemente el esplendor de los ornamentos nacionales y los detalles de sus atuendos.
Su forma de pincelada amplia nos permite ver las figuras bien definidas de las niñas contra el fondo de cielo nublado y árboles bajos del norte.
El color rojo es el protagonista. Sin embargo, en este lienzo Korovin combina armoniosamente el contraste de tres colores -blanco, verde y rojo-, tan queridos por los rusos. Parece que el pintor ha dado al cuadro una orientación folclórica, subrayando el vínculo inseparable entre la belleza nacional y la naturaleza.
Es cierto que las fotos de las chicas parecen un poco manipuladas. El propio Korovin sintió que las figuras no encajaban de alguna manera con el paisaje, así que decidió reunirlas con la belleza de las margaritas blancas en la hierba verde. En "Idyllia" tenemos la oportunidad de observar la saturación de los colores incluso en el período previo al amanecer.
Korovin nos ha regalado una obra maestra verdaderamente majestuosa al crear un escenario tan impresionante con sus trazos amplios y extensos.
Кому понравилось
Пожалуйста, подождите
На эту операцию может потребоваться несколько секунд.
Информация появится в новом окне,
если открытие новых окон не запрещено в настройках вашего браузера.
Necesitas iniciar sesión
Для работы с коллекциями – пожалуйста, войдите в аккаунт (abrir en nueva ventana).



















No se puede comentar Por qué?
En el lienzo se observa una escena campestre al atardecer. Predomina un vasto prado cubierto de hierba y pequeñas flores blancas, que ocupa casi toda la extensión inferior del cuadro. La luz tenue del crepúsculo baña el paisaje, creando sombras alargadas y una atmósfera melancólica.
El autor ha representado a tres mujeres jóvenes y un hombre recostado en el césped. Las mujeres visten ropas tradicionales de colores vivos – predominantemente rojo y blanco – con elaborados bordados y tocados florales. Sus posturas sugieren una conversación íntima, aunque no se puede discernir su contenido específico. El hombre, tendido boca abajo, parece estar tocando un instrumento musical, posiblemente una flauta o similar; su posición relajada contrasta con la verticalidad de las figuras femeninas.
El horizonte está marcado por una línea de árboles y colinas difusas, que se desvanecen en la distancia bajo un cielo crepuscular donde apenas se distingue una luna creciente. La paleta cromática es rica pero apagada, con tonos terrosos y verdosos predominantes, acentuados por los destellos rojos de las vestimentas.
Subtextualmente, la obra parece evocar temas relacionados con la juventud, el amor cortés y la conexión con la naturaleza. La escena sugiere un momento de serenidad y contemplación en un entorno rural idílico. El contraste entre la actividad del músico y la quietud de las mujeres podría aludir a la dualidad entre la expresión artística y la receptividad emocional.
La elección de vestimentas tradicionales, junto con el ambiente bucólico, puede interpretarse como una idealización de la vida campesina o un intento de preservar costumbres ancestrales. La luz crepuscular y la atmósfera melancólica añaden una capa de nostalgia y reflexión a la composición, insinuando quizás la fugacidad del tiempo y la belleza efímera de la juventud.