Konstantin Alekseevich Korovin – Black cat on a windowsill. 1902
На эту операцию может потребоваться несколько секунд.
Информация появится в новом окне,
если открытие новых окон не запрещено в настройках вашего браузера.
Для работы с коллекциями – пожалуйста, войдите в аккаунт (abrir en nueva ventana).
Поделиться ссылкой в соцсетях:
No se puede comentar Por qué?
La obra presenta una escena interior que se centra en un alféizar de ventana como punto focal. A través del cristal, se vislumbra un paisaje invernal con árboles desnudos bajo un cielo claro y luminoso; la luz natural inunda el espacio, contrastando con las sombras más profundas del interior.
En primer plano, una mesa redonda de color verde sostiene una disposición de frutas, posiblemente manzanas o peras, que sugieren abundancia pero también cierta fragilidad debido a su posible estado maduro. Junto a ella, un florero repleto de flores variadas – blancas y rojas predominantes – aporta vitalidad y color al conjunto. La pincelada es visible y enérgica, creando una textura rica y palpable.
Un gato negro se encuentra posicionado sobre el alféizar, mirando hacia el exterior. Su silueta oscura actúa como un contrapunto a la luminosidad del paisaje y a los colores cálidos de las flores y frutas. La presencia felina introduce un elemento de misterio y observación silenciosa.
El uso de tonos terrosos en las paredes y el mobiliario, junto con las cortinas que caen a ambos lados de la ventana, sugieren un ambiente hogareño y acogedor, aunque ligeramente desordenado. La silla vacía a la derecha podría evocar una sensación de soledad o espera.
Subtextualmente, la pintura parece explorar la dualidad entre el interior y el exterior, lo cálido y lo frío, la vida y la inmovilidad. El gato, como observador privilegiado, puede interpretarse como un símbolo de introspección y conexión con la naturaleza. La combinación de elementos – frutas, flores, luz invernal – podría aludir a la fugacidad del tiempo y la belleza efímera de la existencia. La escena no se presenta como una representación idealizada, sino más bien como un instante capturado en su crudeza y autenticidad.