Leonardo da Vinci – The Virgin and Child with Saint Anne
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En esta composición se observa a tres figuras femeninas y un infante en primer plano, dispuestas en una formación piramidal sutilmente definida. La figura central, sentada con las piernas cruzadas, sostiene al niño pequeño sobre sus rodillas; su mirada está dirigida hacia el espectador, aunque con una expresión de introspección melancólica. Viste una túnica azul pálido y un manto rojizo que contrasta con la palidez general del conjunto cromático.
A la izquierda de esta figura principal se encuentra otra mujer, presumiblemente mayor por su rostro y el velo que cubre su cabello. Su postura es más erguida y observa a las otras dos figuras con una actitud serena y contemplativa. Su vestimenta también es sobria, en tonos grises y blancos.
El niño, desnudo y de piel clara, interactúa activamente con un pequeño animal, posiblemente un cordero o cabrito, que se encuentra a su derecha. Su cuerpo presenta un movimiento dinámico, contrastando con la quietud de las figuras adultas.
El fondo es un paisaje rocoso difuminado, dominado por montañas y una atmósfera brumosa. La luz incide suavemente sobre los personajes, creando sombras delicadas que modelan sus formas y enfatizan el volumen de sus cuerpos. La vegetación se limita a un árbol oscuro en la esquina superior derecha, lo cual acentúa la sensación de aislamiento y recogimiento.
Subtextos potenciales:
La disposición de las figuras sugiere una relación generacional compleja. La mujer mayor podría representar la sabiduría o la tradición, mientras que la figura central simboliza la maternidad y la juventud. El niño, con su interacción con el animal, evoca imágenes de inocencia y vulnerabilidad.
El paisaje austero y la luz tenue contribuyen a crear una atmósfera de misterio y espiritualidad. La palidez general de los colores y la ausencia de elementos decorativos sugieren un enfoque en lo esencial: la conexión humana y la contemplación interior. La interacción entre las figuras, especialmente el contacto visual y físico, parece transmitir un sentido de afecto y protección.
El uso del sfumato, visible en la difuminación de los contornos y la suavidad de las transiciones tonales, contribuye a crear una sensación de idealización y trascendencia. La escena podría interpretarse como una representación alegórica de la familia o la divinidad, aunque sin elementos explícitamente religiosos que confirmen esta hipótesis.