June Holiday (Summer). 1890 Isaac Ilyich Levitan (1860-1900)
Isaac Ilyich Levitan – June Holiday (Summer). 1890
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Pintor: Isaac Ilyich Levitan
Una imagen familiar para Levitan de un ligero paisaje forestal. La naturaleza, el bosque ruso, es una imagen familiar para el espectador desde la infancia. La naturaleza de Rusia no ha cambiado mucho a lo largo de los años. En nuestros pueblos todavía hay bosques de este tipo: con amplios prados sin segar de flores silvestres, con árboles altos sin cortar, en los que abundan las setas y las bayas.
Descripción del cuadro "Verano" de Isaac Levitan.
Una imagen familiar para Levitan de un ligero paisaje forestal. La naturaleza, el bosque ruso, es una imagen familiar para el espectador desde la infancia.
La naturaleza de Rusia no ha cambiado mucho a lo largo de los años. En nuestros pueblos todavía hay bosques de este tipo: con amplios prados sin segar de flores silvestres, con árboles altos sin cortar, en los que abundan las setas y las bayas. Levitan ha intentado plasmar en el lienzo toda la alegría de la jubilosa naturaleza estival. La naturaleza vive, se apresura a vivir - el tiempo de verano es efímero, por desgracia.
¿Quién no querría acabar en un bosque así? El espectador percibirá la fragancia de este prado: brillantes acianos, setas, campanillas, margaritas... un mar de flores: parece que puedes estirar la mano y coger un ramo, como en tu infancia, o atarte una corona en la cabeza de flores silvestres. Si uno pudiera encontrar un lago cercano y darse un baño, qué espléndida sería la vista alrededor del agua.
Más adelante, más allá de la pradera, se puede ver una carretera forestal, un camino de arena bastante ancho. Es probable que los carros de caballos no la utilicen a menudo. Es una buena idea recorrerlo al atardecer en verano o por la mañana temprano, cuando el rocío de la pradera te hará cosquillas en los pies descalzos.
Detrás de la brillante y colorida pradera se extienden frondosos árboles verdes. A la derecha, crece un abedul solitario y densos arbustos. Y más allá, más allá de la carretera, un bosque enorme y denso, lleno de bayas y setas. Quién de vosotros no ha ido a un bosque así a por setas, bayas. Allí puedes encontrarte con una ardilla o una liebre. Sentarse en la hierba, tumbarse y soñar, picar orejas, mirar al cielo. ¡Es una belleza!
El cielo era claro, azul y a veces azul brillante. Un par de nubes ligeras en el cielo acentúan la plenitud del paisaje; destacan su ligereza e ingravidez. Incluso se puede sentir el aire fresco del bosque y el aroma de las flores silvestres al observar el cuadro. Es una lástima que no se puedan alcanzar y tocar, aunque sólo sea para coger uno, un fragante trozo de naturaleza virgen.
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Comentarios: 2 Ответы
Ну разве не охота прилечь в такой красивый ковер который приготовила земля?
нет
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En este óleo, el autor presenta una escena campestre dominada por la exuberancia del verano. El primer plano está ocupado por un prado florido, con una variedad de especies silvestres que sugieren una naturaleza indómita y prolífica. La pincelada es suelta y vibrante, capturando la textura irregular de la hierba y las flores, así como los sutiles cambios de color bajo la luz del sol.
A la izquierda, un campo de cereal maduro se extiende hacia el horizonte, ofreciendo una sensación de amplitud y fertilidad. La tonalidad dorada del trigo contrasta con el verde intenso del prado, creando un equilibrio cromático agradable a la vista.
En el centro de la composición, un grupo de árboles, principalmente abedules con sus característicos troncos blancos, actúa como punto focal. Su follaje denso proporciona sombra y profundidad al paisaje. La luz se filtra entre las hojas, generando juegos de luces y sombras que añaden dinamismo a la escena.
El cielo azul claro, salpicado por algunas nubes blancas dispersas, completa el panorama. La atmósfera es serena y tranquila, evocando una sensación de paz y armonía con la naturaleza.
Subtextos potenciales:
La pintura podría interpretarse como una celebración de la vida rural y la belleza natural. El prado florido simboliza la abundancia y la fertilidad, mientras que el campo de cereal representa el trabajo y la prosperidad. La presencia de los árboles sugiere un vínculo entre el hombre y la naturaleza, así como la importancia de preservar el entorno natural.
La escena evoca una sensación de nostalgia y melancolía, posiblemente reflejando el deseo del autor por escapar de la vida urbana y reconectar con la simplicidad y la tranquilidad del campo. La luz suave y cálida podría interpretarse como un símbolo de esperanza y optimismo, mientras que las sombras sutiles sugieren la fugacidad del tiempo y la inevitabilidad del cambio.
En general, la pintura transmite una profunda apreciación por la belleza natural y una reflexión sobre la relación entre el hombre y su entorno. La obra invita al espectador a contemplar la serenidad del paisaje y a conectar con sus propias emociones y recuerdos.