1885 Misty Morning 108h146 Ivan Ivanovich Shishkin (1832-1898)
Ivan Ivanovich Shishkin – 1885 Misty Morning 108h146
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Pintor: Ivan Ivanovich Shishkin
Shishkin tiene dos lienzos con el mismo título Misty Morning. Pero ambos lienzos son tan hermosos que uno quiere hablar de ellos. En el primer lienzo, vemos un río lleno de agua y un bosque que crece en sus orillas. En algún lugar de la distancia, el bosque está envuelto en la niebla, pero aquí la niebla es apenas visible. Y si ya ha estado aquí o aún está por sumergir estas costas en este velo blanco. Pero como es por la mañana, es más probable que la niebla ya haya abandonado esta orilla y se esté alejando.
Descripción del cuadro de Ivan Shishkin "Misty Morning".
Shishkin tiene dos lienzos con el mismo título Misty Morning. Pero ambos lienzos son tan hermosos que uno quiere hablar de ellos.
En el primer lienzo, vemos un río lleno de agua y un bosque que crece en sus orillas. En algún lugar de la distancia, el bosque está envuelto en la niebla, pero aquí la niebla es apenas visible. Y si ya ha estado aquí o aún está por sumergir estas costas en este velo blanco.
Pero como es por la mañana, es más probable que la niebla ya haya abandonado esta orilla y se esté alejando. Después de todo, pronto saldrá el sol, y a la niebla no le gusta esa proximidad. La naturaleza viva en el lienzo y la sensación de que todo se mueve y se balancea no desaparece. Las nubes matutinas del cielo pronto se separarán y comenzará un nuevo día, pero por ahora el silencio reverente de la mañana.
En el segundo lienzo también es de mañana, sólo que aquí el río es más pequeño y no hay tanta madera. Pero la niebla es más visible y está casi cerca de nosotros, los espectadores. Había estado aquí hace poco y ahora sólo se ve de lejos, envolviendo suavemente la extensión del bosque. El sol aún no había salido y, por lo tanto, la niebla tuvo la oportunidad de animar la orilla del río. La niebla tiene muchas ganas de mojarse.
En ambos lienzos se percibe una actitud especial hacia la Madre Patria, un amor especial por estas interminables extensiones. No en vano dicen que Shishkin fue y es un verdadero patriota de su país. Como nadie fue capaz de transmitir todo el encanto, toda la belleza, toda la elegancia de la naturaleza rusa. Todo lo que pintaba en sus lienzos siempre resultaba maravillosamente sencillo y el tema interesante.
Los extranjeros llevan mucho tiempo diciendo que siempre han juzgado la belleza de Rusia por los paisajes de Shishkin. Aunque siempre ha habido bastantes pintores en Rusia, pero este artista destaca claramente entre ellos la capacidad de transmitir la belleza natural de la tierra, la capacidad de no embellecerla, sino de retratarla realmente. No todos los artistas son capaces de evitar la tentación de un dibujo barato, Shishkin afortunadamente lo evitó.
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La obra presenta una escena campestre dominada por un río que serpentea a través de un paisaje ondulado. El primer plano está ocupado por una pradera verde y exuberante, salpicada de vegetación silvestre y algunos arbustos bajos. La luz del sol incide sobre esta zona, resaltando los tonos dorados y creando contrastes sutiles con las áreas más sombrías.
El río actúa como un eje central, reflejando el cielo matutino y la vegetación circundante. El agua exhibe una calma aparente, interrumpida solo por leves ondulaciones que sugieren una brisa suave. A ambos lados del río se extienden densos bosques de árboles frondosos, cuya tonalidad verde oscura contrasta con la luminosidad del cielo y la pradera.
El horizonte está difuminado por una neblina tenue, lo que confiere a la escena un aire de misterio y quietud. Esta bruma envuelve las colinas lejanas, reduciendo su nitidez y creando una sensación de profundidad espacial. El cielo, predominantemente claro, presenta algunas nubes dispersas que añaden dinamismo a la composición.
La paleta cromática es suave y naturalista, con predominio de tonos verdes, azules y ocres. La pincelada es fluida y delicada, lo que contribuye a crear una atmósfera serena y contemplativa.
Subtextos potenciales:
La pintura evoca un sentimiento de paz y armonía con la naturaleza. El río, como símbolo de flujo y transformación, podría representar el paso del tiempo o los cambios inevitables en la vida. La neblina sugiere una cierta incertidumbre o ambigüedad, invitando a la reflexión sobre lo desconocido.
La ausencia de figuras humanas en la escena acentúa la sensación de soledad y aislamiento, pero también puede interpretarse como una invitación a conectar con la naturaleza en su estado más puro. El paisaje se presenta como un refugio tranquilo, alejado del bullicio y las preocupaciones del mundo moderno. La obra podría ser una meditación sobre la belleza efímera de la naturaleza y la importancia de preservar el entorno natural.