"Némesis" de Agatha Christie, resumen
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La señorita Jane Marple, una anciana residente en el pueblo de St Mary Mead, pasa sus días en paz, tejiendo y leyendo periódicos. Su ritual matutino consiste en hojear el Daily Stuff (como llama al Daily News tras su cambio de formato), mientras que las tardes las dedica a una lectura más reflexiva de The Times. A pesar de los cambios en ambos periódicos, que le resultan algo irritantes debido al cambio de énfasis de las noticias a la moda, la sociedad y otros temas, la señorita Marple mantiene sus hábitos.
Un día así, mientras consultaba las esquelas de The Times, la sección que, según admite, le resultaba más interesante a su edad, se topa con el nombre de «Rafiel». El nombre de Jason Rafiel y la dirección de Belford Park, Maidstone, le traen un vago recuerdo. Tras un breve esfuerzo mental, recuerda al Sr. Rafiel, un hombre muy rico y poderoso, pero físicamente débil, a quien había conocido aproximadamente un año antes durante unas vacaciones en la isla caribeña de St. Honoré, adonde la había enviado su sobrino Raymond.
Los recuerdos dan vida a la imagen: el azul del mar Caribe, el sol, la playa y el propio Sr. Rafiel, rodeado de su personal: la secretaria Esther Walters y el masajista asistente Jackson. La señorita Marple recuerda cómo ella y el Sr. Rafiel se convirtieron en aliados improbables para resolver un asesinato ocurrido en un hotel. Él sabía que iba a morir, pero aguantó con valentía. La señorita Marple reflexiona sobre su carácter: difícil, a veces grosero, pero con una bondad y una fuerza subyacentes. Recuerda el momento en que corrió hacia él por la noche, con un chal de lana rosa (una "pañuelo"), para insistir en que actuara de inmediato, y cómo él, al principio riéndose de su apariencia y de la palabra "Némesis" con la que se autodenominaba, luego tomó en serio su petición y ayudó a prevenir otro crimen.
La señorita Marple lamenta su muerte, sintiendo que el mundo ha perdido a una figura significativa a pesar de su enfermedad física. Se pregunta por su familia, a la que nunca mencionó, y reflexiona sobre su extraño vínculo: el de los aliados, el de los barcos que cruzan en la noche. De repente, se le ocurre: ¿no era un rasgo común — la crueldad, la capacidad de ser cruel en nombre de la justicia — lo que los unía? Una conversación con su asistente Cherry confirma que quienes la rodean la ven no solo como una «cordera mansa», sino también como una «leona» en lo que respecta a la justicia.
Más tarde, mientras paseaba por el jardín y se quejaba del color equivocado de las bocas de dragón que había plantado, la señorita Marple conoció a una desconocida, la señorita Bartlett, quien se presentó como la compañera y jardinera de la señora Hastings, quien vivía cerca en una casa nueva. La señorita Bartlett ofreció sus servicios para cuidar el jardín de la señorita Marple, criticando al jardinero actual. La señorita Marple reflexionó sobre la oferta, aunque el nombre de la señora Hastings le resultaba desconocido. Por la noche, sus pensamientos volvieron al señor Rafiel, a su fugaz pero brillante unión y al misterio de su identidad.
Recibir la tarea
Aproximadamente una semana después de leer la esquela, la señorita Marple recibe una carta formal del despacho de abogados londinense de los señores Brodribb & Schuster. La carta la invita cortésmente a visitar su oficina para tratar un asunto que podría serle útil, mencionando que son los abogados del difunto señor Rafiel. La señorita Marple se sorprende. Pospone la reunión prevista debido a una reunión del Instituto de la Mujer y parte hacia Londres el día señalado.
En la oficina, la reciben el Sr. Brodribb, el socio principal, un caballero delgado y algo melancólico, y su socio, el Sr. Schuster, más joven y regordete. Tras un intercambio de cumplidos, el Sr. Brodribb va al grano. Confirma que la Srta. Marple conoce al Sr. Rafiel de su encuentro en las Indias Occidentales. El abogado le informa que el Sr. Rafiel, siendo un hombre muy rico, le ha dejado una considerable herencia de veinte mil libras esterlinas, libre de impuestos. Sin embargo, la recepción de esta suma está condicionada a que la Srta. Marple acepte una oferta contenida en una carta sellada que el Sr. Brodribb le entrega.
La señorita Marple lee una carta escrita en nombre del señor Rafiel. En ella, este se dirige a ella, recordándole su encuentro y la palabra clave "Némesis". Escribe que valora su "sentido natural de la justicia" y su "talento natural para la criminología". Le ofrece investigar cierto crimen, sin especificar su naturaleza. Si acepta la oferta y su investigación esclarece el caso en el plazo de un año, recibirá la suma prometida. También promete cubrir todos los gastos de la investigación, ofreciéndola como una alternativa a su tranquila vida actual tejiendo. La carta termina con una cita bíblica sobre la justicia.
La señorita Marple se queda atónita tanto por la cantidad como por la vaguedad de la oferta. Le pregunta al señor Brodribb si tiene alguna explicación, pero él responde que el señor Rafiel ha sido deliberadamente impreciso, queriendo mantener el asunto "entre él y ella". El señor Brodribb confirma que ha intentado persuadir a su cliente para que sea más específico, pero sin éxito. Le pregunta si la señorita Marple tiene experiencia en la resolución de crímenes. Ella explica que su experiencia es poco profesional, pero menciona un caso en el que ella y el señor Rafiel trabajaron juntos en el Caribe, donde actuaron como aliados para evitar un segundo asesinato. Confirma que la palabra "Némesis" tiene un significado especial para ambos; se ha llamado así, para gran diversión del señor Rafiel.
La señorita Marple lleva la carta a casa para considerar la oferta. Aún le desconciertan los motivos del señor Rafiel y duda de su capacidad para llevar a cabo la tarea, dada su edad y falta de información. Sin embargo, admite que la perspectiva de tal suma es atractiva: le permitiría ayudar a sus seres queridos y disfrutar de algunos placeres. También pregunta por Esther Walters y se alegra al saber, por el señor Brodribb, que ha heredado cincuenta mil libras y se ha vuelto a casar, convirtiéndose en la señora Anderson. Esa noche, al releer la carta, la señorita Marple se siente decidida a aceptar el reto.
Búsqueda del punto de partida
Tras tomar su decisión, la señorita Marple le escribe al señor Brodribb informándole de que ha aceptado hacerse cargo del caso, a pesar de la total falta de instrucciones y la incertidumbre del éxito. Le pide al abogado que le informe si tiene conocimiento de alguna situación criminal reciente que haya preocupado al señor Rafiel, o de algún problema entre sus conocidos, pero sabe que es improbable que reciba una respuesta. El señor Brodribb y el señor Schuster discuten su decisión; Schuster cree que se trata de una broma pesada, pero Brodribb confía en que Rafiel habla en serio, aunque no comprende su plan. Menciona la presencia de instrucciones selladas que solo pueden abrirse en determinadas circunstancias.
La señorita Marple, sin más instrucciones, se siente perdida. Se pregunta cómo esperaba el señor Rafiel que actuara. Decide que no pudo haberla dejado sin pistas y concluye que debe seguir las instrucciones. Reacia a quedarse de brazos cruzados, decide actuar por su cuenta. Cree que su primer paso es encontrar a Esther Walters (ahora Anderson), la exsecretaria de Rafiel, quien podría saber algo sobre sus recientes aventuras o preocupaciones.
Le escribe a la señorita Prescott, hermana del canónigo, a quien también conoció en el Caribe, con el pretexto de obtener información agronómica para Esther, y le pide su dirección. La señorita Prescott responde de inmediato, dando la dirección de la señora Anderson: Winslow Lodge, Elton, condado de Hants, no muy lejos de St. Mary Mead.
La señorita Marple decide hacerle una visita sorpresa a Esther para que parezca casual. Se le ocurre un plan: su asistente Cherry llama a la señora Anderson, haciéndose pasar por la secretaria del señor Brodribb, para concertar una cita. Así, se asegura de que Esther esté en casa durante el día y evita que la reconozcan. Al enterarse de que Esther volverá para comer, la señorita Marple pide un taxi y se dirige a Elton.
Conversación con Esther Anderson
La señorita Marple organiza un encuentro casual con Esther Anderson a la salida de un supermercado en Elton. Esther, sorprendida pero amable, la invita a volver después de las tres. A la hora acordada, la señorita Marple llega a Winslow Lodge, una casa cómoda y bien amueblada, indicio de riqueza, probablemente debido a una herencia de Rafiel.
Durante la conversación, la señorita Marple felicita a Esther por su matrimonio (su esposo, Edmund Anderson, es ingeniero, algo más joven que ella) y expresa su alegría por la herencia que Esther ha recibido. Con cautela, intenta averiguar más sobre el señor Rafiel: sobre su familia, sobre su estado de ánimo antes de morir. Esther nos cuenta que la esposa de Rafiel murió hace muchos años de cáncer; él tenía dos hijas (una vive en Estados Unidos, la otra murió joven) y un hijo. Rafiel nunca habló de su hijo, aparentemente debido a algún escándalo; Esther sugiere que el hijo era un fracasado y murió en el extranjero hace varios años.
Esther señala que Rafiel era un hombre muy reservado, que jamás compartía sus experiencias personales y estaba completamente absorto en sus negocios. No notó ninguna ansiedad particular en él antes de su muerte, aunque admite que dejó su trabajo unos meses antes, tras conocer a su futuro esposo. También menciona que Jackson, el asistente de Rafiel, renunció poco después de regresar de las Indias Occidentales y se fue a trabajar a una de las Islas del Canal; Rafiel no le dejó nada en su testamento, pero es posible que le haya hecho grandes donaciones en vida.
La señorita Marple intenta abordar el tema del posible interés de Rafiel por la criminología o los crímenes sin resolver, refiriéndose a los sucesos del Caribe, pero Esther reacciona con frialdad y le pide que no mencione esa "horrible historia". Afirma que a Rafiel solo le interesaba el aspecto financiero, quizás una especie de estafa astuta.
Al darse cuenta de que seguir interrogando es inútil y podría despertar sospechas, la señorita Marple da por terminada la conversación y se marcha, decepcionada. La visita a Esther no ha aportado ninguna pista. Reflexiona sobre su misión: ¿qué cualidades valoraba Rafiel en ella? La curiosidad, la capacidad de hacer preguntas bajo la apariencia de una anciana común y corriente, una comprensión de la naturaleza humana basada en la experiencia vital y analogías con los habitantes de St. Mary Mead. Llega a la conclusión de que su "ordinariedad" es su camuflaje. Con la sensación de haber hecho todo lo posible en esta etapa, mentalmente cede la iniciativa al difunto Sr. Rafiel, esperando más instrucciones.
Nuevas instrucciones y el comienzo del viaje
Unos días después, la señorita Marple recibe una segunda carta, enviada por orden del señor Rafiel tras su muerte. En la carta, escrita con su característico estilo irónico, este confirma que sabe que ella podría aceptar la oferta. Le dice que recibirá una invitación de una agencia de viajes en dos días y le aconseja mantener la mente abierta y cuidarse, insinuando un posible peligro y mencionando a su "ángel de la guarda".
Pronto recibe una carta de la agencia Famous Houses and Gardens of Britain. La invitan a unirse al Tour n.º 37, pagado íntegramente por el Sr. Rafiel antes de su fallecimiento. El tour incluye visitas a edificios históricos y jardines en una zona de Inglaterra donde Rafiel cree que aún no ha estado. La señorita Marple queda en la oficina de la agencia en Londres.
En la oficina, la recibe la Sra. Sandburn, quien la acompañará en la gira. Confirma que todos los gastos están pagados y le cuenta las palabras de Rafiel: quería darle a su "viejo amigo" la oportunidad de viajar. La Srta. Marple se prepara para el viaje, informando a Cherry de su intención de hacer una gira por Inglaterra, a pesar de la preocupación de la asistente por su salud.
El día señalado, la señorita Marple se une a un grupo de turistas en un cómodo autobús. Recibe un folleto con un horario y una lista de pasajeros. Hay quince personas en el grupo, además de ella y la señora Sandburn. La señorita Marple se da cuenta de que la clave del misterio de Rafiel probablemente reside en una de estas personas. Comienza a observar atentamente a sus compañeros, tomando notas en su cuaderno:
- Señora Risley-Porter: Una dama poderosa y rica de unos sesenta años.
- Joanna Crawford: Su sobrina, de unos 18-19 años, de carácter empresarial y atractiva.
- El coronel Walker y su esposa: una típica pareja inglesa de mediana edad, personal militar retirado.
- El señor y la señora GT Butler: estadounidenses de mediana edad, amigables turistas.
- Señorita Elizabeth Temple: Una mujer atractiva e inteligente de sesenta y pocos años, exdirectora de un prestigioso colegio. Da la impresión de tener una personalidad fuerte.
- Profesor Wanstead: Un hombre alto, de espeso cabello gris y cejas pobladas, un erudito que mantiene una animada conversación con el señor Caspar.
- El señor Richard Jameson: Un joven arquitecto, alto y delgado, con inclinación por las largas conferencias.
- La señorita Lumley y la señorita Bentham: dos señoras mayores (de unos 70 años) que viajan juntas, las típicas "ancianas" que hablan de enfermedades y viajes.
- Señor Caspar: Un extranjero de cabello oscuro, nervioso, que habla inglés con acento y gesticula activamente.
- La señorita Cook y la señorita Barrow: Dos mujeres de mediana edad que viajan juntas. La señorita Cook (una mujer rubia y corpulenta) le resulta familiar a la señorita Marple, y ambas parecen evitarla.
- Sr. Emlyn Price: Un joven de unos 19 o 20 años, con una abundante cabellera, vestido al estilo de su generación, posiblemente un estudiante con opiniones radicales.
El primer día, el grupo visita Blenheim. La señorita Marple observa la interacción de los pasajeros. Emlyn Price y Joanna Crawford encuentran puntos en común. La señorita Marple intenta mencionar casualmente el nombre de Rafiel, pero nadie reacciona. Por la noche, analiza sus observaciones, intentando comprender qué pasajeros podrían estar relacionados con la misión de Rafiel. Especula sobre los motivos y capacidades de cada uno, anotando sus pensamientos. La señorita Temple le resulta particularmente interesante, quizá la persona que Rafiel tenía en mente. También observa el extraño comportamiento de la señorita Cook y la señorita Barrow. Llega a la conclusión de que debe buscar una conexión con el crimen, probablemente un asesinato, entre estas personas.
El enigma del amor
Al día siguiente, el grupo visita una pequeña casa de estilo Reina Ana con un hermoso jardín. Durante el recorrido, el cuidador narra la trágica muerte del joven amante de la señora, apuñalado a muerte por su esposo, quien regresó inesperadamente del extranjero. Esta historia evoca románticos suspiros en la Sra. Butler.
Más tarde, en el jardín, la señorita Marple descansa en un banco con la señorita Elizabeth Temple. Desarrollan una comprensión y un afecto mutuos. Hablan de jardines, del tedio de las excursiones y reflexionan sobre la vida y la muerte. La señorita Temple cita a T. S. Eliot sobre la igualdad entre «el brillo de la rosa y el brillo del tejo». La señorita Marple comenta que la vida puede ser incompleta si se trunca de forma antinatural.
La señorita Marple explica que el viaje es un regalo del difunto Sr. Rafiel y pregunta si la señorita Temple lo conocía. La señorita Temple responde que lo conocía como filántropo y que había donado a su proyecto, pero que no lo conocía personalmente. Sin embargo, añade que conocía a una chica que iba a su escuela (Fallowfield) y que estuvo comprometida con el hijo del Sr. Rafiel. La señorita Marple pregunta si la boda se celebró. La señorita Temple responde negativamente, diciendo que el hijo de Rafiel era de esos jóvenes que "no merecían casarse". Añade que la chica era encantadora, pero murió. Cuando la señorita Marple pregunta por la causa de la muerte, la señorita Temple, tras una pausa, pronuncia dos palabras llenas de amargura y tragedia: "Por amor".
Una invitación inesperada
Por la tarde, la señorita Marple decide saltarse la visita a la antigua iglesia y relajarse en un salón de té en la calle principal. Cuando el grupo se reúne para tomar el té, se sienta deliberadamente a la mesa con las señoritas Cook y Barrow. Le dice a la señorita Cook sin rodeos que está segura de su encuentro anterior y, tras un cierto esfuerzo, "recuerda" la conversación que mantuvieron frente a su casa en St. Mary Mead. La señorita Cook confirma el encuentro, aunque con cierta vacilación, mencionando que estaba visitando a la señora Hastings. La señorita Barrow confirma enfáticamente el nombre "Hastings". El señor Caspar, sentado con ellas, se anima al mencionar la ciudad de Hastings. Después del té, la señorita Marple reflexiona sobre esta "coincidencia". ¿Fue una coincidencia el encuentro con la señorita Cook en St. Mary Mead? ¿Por qué la señorita Cook cambió su apariencia (se tiñó el pelo)? ¿Por qué ella y la señorita Barrow parecen cautelosas? Recuerda las advertencias de peligro de Rafiel.
Al día siguiente, planean un largo paseo por el sendero costero. La señorita Marple está a punto de aceptar la alternativa de alojarse en el Hotel Golden Boar. Sin embargo, sus planes cambian. Al bajar a almorzar, se le acerca una extraña mujer de mediana edad con traje de tweed. Se presenta como la señora Lavinia Glynne y dice que vive cerca con dos hermanas. Explica que un viejo amigo suyo, el señor Rafiel, les escribió hace unas tres semanas pidiéndoles que se reunieran con un amigo (o familiar) que llegaba ese mismo día para una visita guiada a Casas y Jardines Famosos. La señora Glynne confirma que están al tanto del reciente fallecimiento del señor Rafiel. Parece que la señorita Marple ha recibido las siguientes instrucciones de su difunto jefe.
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