Grafiti medieval del Cenáculo de Sión descifrado con nuevas tecnologías
Traductor traducir
Un equipo internacional de investigadores ha descifrado con éxito decenas de grafitis medievales hallados en los muros del Cenáculo de Jerusalén, lugar donde, según la tradición cristiana, tuvo lugar la Última Cena. Los investigadores descubrieron una rica variedad de inscripciones, escudos familiares y dibujos que datan de los siglos XIV al XVI y que hasta entonces habían permanecido ocultos para los visitantes del sitio histórico.
.jpg)
Un tesoro de evidencia histórica bajo capas de yeso
Durante siglos, la sala rectangular en la cima del Monte Sión ha atraído a cruzados y peregrinos cristianos. Situado en la última planta de un edificio fuera de las murallas de Jerusalén, se cree que el Cenáculo fue el lugar de la última cena de Jesucristo con sus doce apóstoles antes de su arresto y crucifixión.
Según datos históricos, el Cenáculo de Sión se encuentra sobre el supuesto lugar de enterramiento del rey David y sigue siendo un lugar de peregrinación hasta nuestros días. Los visitantes modernos pueden contemplar una sala de piedra con elementos de mármol y bóvedas de crucería góticas, probablemente construida a finales del siglo XII.
Durante mucho tiempo, las paredes del aposento alto guardaron un secreto: numerosos grafitis dejados por peregrinos cristianos entre finales del siglo XIV y principios del XVI, cuando esta sala formaba parte del monasterio franciscano del Monte Sión. Tras la expulsión de los franciscanos de Jerusalén tras la toma de la ciudad por los otomanos en 1517, las paredes se cubrieron con una gruesa capa de yeso blanco, que permaneció hasta las obras de restauración a mediados de la década de 1990.
Tecnologías avanzadas al servicio de la arqueología
En la primera parte de un estudio exhaustivo, investigadores de la Autoridad de Antigüedades de Israel y la Academia Austriaca de Ciencias documentaron y analizaron 30 inscripciones y nueve imágenes en los muros del Cenáculo. Los resultados se publicaron en la revista Liber Annuus , especializada en teología y arqueología bíblica.
Para identificar y descifrar las inscripciones antiguas, los investigadores emplearon diversas tecnologías modernas. Tras una minuciosa inspección visual de la sala con filtros ultravioleta e infrarrojos, los científicos se basaron principalmente en dos técnicas fotográficas. La primera, la Imagen por Transformación de Reflectancia (RTI), resaltó la superficie física de las paredes y ayudó a revelar las marcas borradas. La segunda, la fotografía multiespectral, identificó las sustancias químicas específicas utilizadas en la tinta, el carbón y la pintura. Los datos resultantes fueron procesados y analizados digitalmente por expertos lingüistas.
Estos métodos han permitido ver lo que es imposible ver a simple vista y reconstruir fragmentos de la historia que parecían irremediablemente perdidos.
Geografía de la peregrinación: la diversidad de los visitantes medievales
En conjunto, las lápidas ofrecen una vívida imagen de la diversidad de cristianos que visitaron el Cenáculo. Entre ellos se encuentran Johannes Poloner, un peregrino alemán cuyo relato de su visita a Tierra Santa a principios de la década de 1420 se ha conservado hasta nuestros días; Adrian I von Bubenberg, un caballero suizo famoso por defender Berna en 1476 (su hijo también dejó una lápida 20 años después); Jacomo Querini, perteneciente a una familia patricia veneciana; y Lamprecht von Seckendorf, un conde de Franconia.
Estos son solo algunos de los visitantes que se hicieron reconocibles por una palabra o un escudo familiar pintado. Las inscripciones en latín, armenio, cirílico y árabe indican una amplia gama de cristianos que visitaron el sitio.
“En conjunto, las inscripciones ofrecen una perspectiva única sobre los orígenes geográficos de los peregrinos”, afirmó Ilya Berkovich, uno de los autores del estudio. “Eran mucho más diversos de lo que la perspectiva de investigación occidental moderna nos haría creer”. El grupo incluía armenios, checos, serbios y cristianos de habla árabe residentes en Oriente.
Hallazgos especiales: escudos de armas, dibujos y símbolos
Entre los hallazgos más interesantes se encuentra la identificación de un escudo de armas perteneciente a la noble familia Tristram von Teuffenbach, originaria de la región de Murau, en Estiria, Austria. Probablemente fue tallado en uno de los muros por un compañero durante una peregrinación en 1436. Ese año, el futuro emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, el archiduque Federico de Habsburgo, peregrinó a Tierra Santa acompañado de una numerosa comitiva de unos 100 nobles austriacos.
Otro hallazgo es un escudo de armas que recuerda al escudo de armas moderno de la ciudad alemana de Altbach, perteneciente a la familia del caballero suabo Albert von Altbach. Sobre este escudo, los investigadores encontraron imágenes de una copa de vino, un plato de comida y pan con un agujero en el centro, posiblemente representando el bagel de Jerusalén. Según los autores del estudio, estos objetos podrían haber sido dibujados como referencia a la Última Cena.
La inscripción armenia, que dice "Navidad de 1300", puede haber sido dejada por un soldado que luchaba por el rey armenio Hethum II en una batalla en Siria el 22 de diciembre de 1299.
De particular interés es la representación de un escorpión, que probablemente hace referencia a la tradición sufí, en la que los creyentes entran en un estado especial de trance y manipulan animales venenosos. Los autores del estudio creen que el dibujo se realizó en honor al jeque Ahmad al-Ajami (apodado el Persa), quien desempeñó un papel importante en la confiscación del Cenáculo de Sión a los franciscanos y su conversión en mezquita.
Contexto histórico: Monasterio franciscano y conquista otomana
El Cenáculo, destruido y reconstruido varias veces, se encuentra al sur de la Puerta de Sión, dentro de las murallas de la Ciudad Vieja de Jerusalén. La mayoría de los grafitis encontrados datan de finales de la Edad Media, cuando el Cenáculo funcionaba como centro de un monasterio franciscano que atendía a peregrinos católicos, aunque también lo frecuentaban visitantes de diversas confesiones.
En 1517, poco después de la conquista otomana, los franciscanos fueron expulsados del Cenáculo, que permaneció bajo control musulmán hasta 1948. Rastros de este período son evidentes en los grafitis de las paredes. Los grafitis islámicos descubiertos por el proyecto incluyen una inscripción y el dibujo de un escorpión en honor a al-Ajami, la primera figura religiosa de Jerusalén bajo el dominio otomano.
“No sabemos exactamente cuándo se revocaron las paredes del Cenáculo, pero suponemos que ocurrió poco después de la toma musulmana, ya que es poco probable que los nuevos propietarios hubieran dejado a la vista numerosas inscripciones cristianas, símbolos heráldicos y registros de peregrinos”, escriben los investigadores.
“A diferencia de sus contrapartes cristianas, que en su mayoría estaban escritas o dibujadas con carboncillo, todas las inscripciones musulmanas, así como la imagen de un escorpión, estaban talladas en la superficie de la pared”, añaden. “Al parecer, esto se hizo como declaración de propiedad, para asegurar que las inscripciones musulmanas no se borraran si el edificio volvía a manos cristianas”.
Grafitis en lugares sagrados: ¿vandalismo o tradición?
Aunque los investigadores quedaron entusiasmados con la riqueza de información que pudieron extraer de los muros, persistía una pregunta desconcertante: ¿por qué se permitía a los peregrinos profanar un lugar considerado uno de los más sagrados de Jerusalén? De hecho, dado que algunas de las inscripciones más complejas habrían requerido muchas horas de trabajo, parece posible que los franciscanos aprobaran los grafitis.
“La actitud de los franciscanos ante este asunto fue ambigua”, escribieron los autores. “La situación en el Cenáculo coincide con lo que se conoce sobre el fenómeno de los grafitis en las iglesias de Europa Occidental”.
En la era moderna, la idea de un grafiti junto a una iglesia es motivo de preocupación, y quienes profanan sitios históricos se enfrentan a consecuencias legales. Sin embargo, este tipo de grafitis no era infrecuente en la época medieval. Los autores del estudio señalan que «el grafiti en las iglesias de Europa occidental se popularizó a finales del siglo XIII» y ha atraído considerable atención académica en las últimas generaciones.
Aunque muchas de las inscripciones descifradas parecen haber sido raspadas apresuradamente con carbón o un cuchillo, otras demuestran un nivel de habilidad artística y probablemente fueron creadas con el conocimiento, si no la aprobación, del monasterio.
La importancia del estudio para la ciencia histórica
Estas inscripciones antiguas recién descubiertas amplían significativamente nuestro conocimiento sobre la peregrinación a la Jerusalén medieval. Proporcionan evidencia física excepcional que complementa las fuentes escritas y nos ayuda a aprender más sobre las personas que emprendieron los largos y peligrosos viajes a los lugares sagrados.
Lo que resulta particularmente significativo es que los grafitis revelan una diversidad geográfica y cultural de peregrinos mucho mayor de lo que se creía. Como señalan los investigadores: «Si bien la literatura académica se ha centrado principalmente en las experiencias de los peregrinos de Europa occidental, las inscripciones del Cenáculo sirven como un recordatorio vital de la rica diversidad entre los peregrinos cristianos de finales de la Edad Media que llegaban a Jerusalén».
Los hallazgos también arrojan luz sobre la compleja historia religiosa y política de Jerusalén, donde las tradiciones cristiana, judía y musulmana se entrelazan y se superponen. Las tensiones entre las comunidades religiosas y el poder cambiante sobre los lugares sagrados se reflejan en las paredes del Cenáculo, donde inscripciones cristianas en carboncillo o tinta se encuentran junto a inscripciones musulmanas talladas en piedra.
Avance tecnológico en la investigación histórica
El éxito del proyecto de descifrado de grafitis en el Cenáculo demuestra el potencial de la tecnología moderna para la investigación histórica y arqueológica. Los métodos desarrollados para estudiar los Rollos del Mar Muerto en Qumrán se están aplicando ahora para revelar inscripciones ocultas en los muros de edificios históricos.
Estos nuevos descubrimientos fueron posibles gracias a las nuevas capacidades tecnológicas desarrolladas por la Autoridad de Antigüedades de Israel como parte de su estudio de los Rollos del Desierto de Judea (en el yacimiento de Qumrán). El método utiliza fotografía multiespectral para revelar inscripciones que se han desvanecido con el paso de los años y se han vuelto invisibles al ojo humano, explicaron los líderes del proyecto, Michael Chernin y Shai Halevi, de la Autoridad de Antigüedades de Israel.
Tecnologías como estas pueden revolucionar nuestra comprensión del pasado, haciendo visible lo que antes estaba oculto. Permiten a los investigadores "leer" las paredes de edificios históricos como una especie de archivo que registra sus complejas historias y las de quienes los visitaron.
El Cenáculo de Sión es un lugar sagrado para tres religiones
El Cenáculo tiene un significado especial no solo para el cristianismo, sino también para otras religiones monoteístas. Judíos y musulmanes veneran este lugar como la tumba del rey bíblico David, que, según la leyenda, se encuentra en el sótano del edificio. Los cristianos lo veneran como el lugar de la Última Cena.
El sitio tiene un significado religioso excepcional para el judaísmo, el cristianismo y el islam; judíos y musulmanes lo veneran como la tumba del rey David, que se dice que está ubicada en el sótano.
Esta superposición de diferentes tradiciones religiosas es característica de Jerusalén en su conjunto y da lugar a que muchos lugares de la ciudad tengan una historia compleja de cambios de manos, destrucción y restauración, replanteamientos y reinterpretaciones.
Perspectivas de investigación futuras
El estudio publicado es solo la primera parte de un estudio exhaustivo del Cenáculo de Sión. Se espera que trabajos posteriores revelen aún más inscripciones y dibujos, además de permitir un análisis más profundo de los ya descubiertos.
Además, los métodos aplicados con éxito en este proyecto pueden utilizarse para estudiar otros edificios históricos de Jerusalén y otros lugares. Miles de muros históricos podrían contener inscripciones ocultas que podrían revelarse mediante fotografía multiespectral y otras tecnologías modernas.
Estos estudios pueden enriquecer significativamente nuestro conocimiento del pasado, proporcionando una oportunidad única de escuchar las voces de gente común de épocas distantes cuyos nombres rara vez aparecen en las crónicas históricas oficiales.
La contribución de la cooperación internacional a la ciencia histórica
El éxito del proyecto para descifrar los grafitis del Cenáculo fue posible gracias a la colaboración internacional de científicos de diferentes países. El equipo de investigación, dirigido por Shai Halevi y Michael Czernin, incluyó científicos de la Academia Austriaca de Ciencias (ÖAW) y la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA).
Esta colaboración es especialmente importante al estudiar un sitio de importancia para múltiples culturas y religiones. Las diferentes perspectivas y conocimientos que aportan académicos de distintos países contribuyen a crear una visión más completa y equilibrada del pasado.
Además, la cooperación internacional facilita el intercambio de tecnologías y metodologías, lo que acelera el progreso en la investigación histórica y arqueológica.
La importancia de un enfoque interdisciplinario
El proyecto para descifrar los grafitis del Cenáculo también demuestra la importancia de un enfoque interdisciplinario en la investigación moderna. El éxito de la investigación fue posible gracias a la colaboración de arqueólogos, historiadores, lingüistas, expertos digitales y conservacionistas.
Los arqueólogos e historiadores determinaron el contexto histórico y el significado de los hallazgos, los lingüistas ayudaron a descifrar las inscripciones en diferentes idiomas, los expertos digitales aplicaron técnicas avanzadas para revelar imágenes ocultas y los especialistas en conservación aseguraron la preservación de frágiles rastros del pasado.
Este tipo de colaboración interdisciplinaria se está volviendo cada vez más común y necesaria en la ciencia moderna, ya que los problemas complejos a menudo requieren diferentes tipos de conocimientos para resolverlos.
El legado del pasado en el presente
La historia del Cenáculo, con su compleja combinación de grafitis cristianos y musulmanes, es un microcosmos de la historia de Jerusalén y de Oriente Medio en su conjunto. Nos recuerda las complejas relaciones entre las diversas tradiciones religiosas y culturales de la región, que perduran hasta nuestros días.
Al mismo tiempo, el grafiti de los peregrinos nos recuerda la necesidad humana universal de dejar huella, un testimonio de la propia existencia y fe. Desde los peregrinos medievales hasta los turistas modernos, las personas buscan conectar de alguna manera con lugares que consideran sagrados o de importancia histórica.
El estudio de los grafitis del Cenáculo nos permite comprender mejor estos aspectos de la experiencia humana y cómo se manifestaron en el contexto histórico específico de finales de la Edad Media y principios de la Edad Moderna.
Un lugar de peregrinación a través de los siglos
La historia del Cenáculo como lugar de peregrinación continúa hasta nuestros días. Aunque el contexto religioso y político ha cambiado, personas de todo el mundo siguen visitando el lugar, atraídas por su significado histórico y espiritual.
Un estudio de grafitis medievales muestra que estas peregrinaciones tienen una historia larga y variada, y que los peregrinos siempre han provenido de diferentes países y culturas. Esto nos recuerda que Jerusalén siempre ha sido una ciudad internacional, un punto de encuentro de diferentes culturas y tradiciones.
Quizás una de las cosas más valiosas que podemos sacar de este estudio es comprender que incluso en una época de conflictos religiosos y cruzadas, personas de diferentes culturas podían visitar pacíficamente los mismos lugares sagrados, dejando sus huellas unas al lado de otras en las paredes del Cenáculo.
Preservación y estudio del patrimonio cultural
El estudio de los grafitis del Cenáculo resalta la importancia de preservar y estudiar el patrimonio cultural. Estas inscripciones y dibujos se habrían perdido para siempre de no ser por las obras de restauración de la década de 1990 y la posterior investigación científica.
Esto nos recuerda la necesidad de cuidar los monumentos históricos e invertir en su conservación y estudio. Cada edificio histórico, cada muralla antigua, contiene potencialmente evidencia invaluable del pasado que puede revelarse con la ayuda de la tecnología moderna.
También destaca el valor de los archivos y registros históricos, que han permitido a los investigadores identificar a algunos de los grafiteros y contextualizar sus hallazgos. Sin los registros supervivientes de la peregrinación de Johannes Poloner ni los escudos de armas conocidos de las familias nobles, muchas de estas inscripciones habrían permanecido anónimas y su significado se habría perdido.
No se puede comentar Por qué?