Cristo expulsando a los comerciantes del templo, El Greco:
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Cristo expulsando a los comerciantes de
el templo
Por el greco.
Considerado como uno de los
Las mejores pinturas de la historia.

Descripción

Nombre : Cristo expulsando a los comerciantes del templo (1600)
Artista El Greco (1541-1614)
Medio : Pintura al óleo sobre lienzo
Género : Pintura de la historia
Movimiento : Manierismo
Ubicación : National Gallery, Londres

Para el análisis de otras imágenes importantes de la era manierista, consulte: Pinturas famosas analizadas (1250-1800).

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Basado en un tema popular en Arte bíblico – la limpieza del templo – Cristo expulsando a los comerciantes del templo es uno de los más conocidos de El Greco pinturas religiosas y un gran trabajo de Arte de la Contrarreforma católica desde finales del siglo XVI. El Greco pintó al menos otras cuatro versiones de la historia, todas tituladas " Cristo conduciendo a los cambistas del templo ". Incluyen: una versión de 1568, en la Galería Nacional de Arte, Washington DC; una versión de 1570, ahora en el Instituto de Arte de Minneapolis; una versión 1600 que forma parte de la Colección Frick en Nueva York; y una versión de 1609 en la Iglesia de San Ginés, Madrid. Al igual que la pintura en Londres, todas estas obras se ejecutan en el estilo único de El Greco de Pintura manierista, marcado por sus figuras alargadas, uso dramático del color y un borde ascético característico de Pintura española de finales del siglo XVI.

Cristo expulsando a los comerciantes del Templo (completado en Toledo alrededor de 1600) describe la historia de la Limpieza o Purificación del Templo, que ocurre en los cuatro Evangelios: Mateo 21: 12-17; Marcos 11: 15-19; Lucas 19: 45 – 48; y Juan 2: 13-16. La escena tiene lugar en el pórtico del Templo en Jerusalén, que albergaba un mercado y una instalación de cambio de dinero. La imagen muestra la figura de Cristo vestido con una túnica roja que azota a los comerciantes y cambistas, declarando: "Mi casa se llamará casa de oración, pero la has convertido en una cueva de ladrones".

La pintura está dominada por la figura central de Cristo. A la izquierda, vemos a los comerciantes; a la derecha, los apóstoles. En el fondo, hay dos bajorrelieves de piedra que aluden a los temas gemelos del castigo y la redención: el alivio de la izquierda muestra la expulsión de Adán y Eva del Paraíso (lo que indica la expulsión de los comerciantes); el de la derecha ilustra el sacrificio del hijo de Abraham, Isaac (que predice el sacrificio del mismo Cristo en la cruz). Pero Cristo sigue siendo la figura clave, infligiendo castigo a los comerciantes con su mano derecha, mientras señala a los apóstoles con su mano izquierda.

La imagen toma prestados algunos elementos de grabados de Artistas del alto renacimiento, y especialmente de Dibujos renacentistas por Miguel Ángel. Aun así, es en gran medida una creación de El Greco. La figura alargada de Cristo se resalta en rojo, el único uso del rojo en la imagen, mientras se aísla aún más de los demás por los reflejos más fuertes y las sombras más negras. Él es el centro alrededor del cual giran los demás.

Es una composición minimalista, sin ninguno de los bueyes de sacrificio, ovejas o palomas de la historia bíblica. Además, las filas de comerciantes y cambistas se han reducido a unas pocas personas que se encogen y una sola persona que lucha por levantar una caja de monedas. Para acentuar la calidad onírica de la imagen, el interior del templo está iluminado por una luz fantasmal, lo que hace que las túnicas de colores que usan Cristo y otros parezcan parpadear con una carga interna. Azules irregulares y amarillos ácidos se combinan en diferentes patrones contra un fondo gris omnipresente, que une los colores de la carne y la piedra del edificio. Las figuras están pintadas más grandes que las de tamaño natural y la escala no es naturalista. La figura arrodillada de San Pedro, si se paraba, se alzaría sobre los demás.

La pintura tiene dos dimensiones básicas. Por un lado, el tema elegido, la limpieza del templo, era una metáfora común en el momento de la purificación de la Iglesia Católica Romana, como lo exigían tanto la Inquisición como la Contrarreforma. Los objetivos son la herejía interna y los bárbaros externos. En la atmósfera ferviente y fundamentalista de la España de Felipe II, este habría sido un mensaje inconfundible.

Por otro lado, la naturaleza visionaria y no mundana del pintura refleja la inmersión de El Greco en el ambiente profundamente religioso de Toledo. De hecho, tal fue la influencia de su intensidad devocional que se convirtió debidamente en un representante clave del misticismo español y sus seguidores más devotos. Por lo tanto, su estilo de pintura con su resplandor interior, luz parpadeante y formas y colores de otro mundo, parece estar a punto de transformar la materia en espíritu puro. Para decirlo de otra manera: El Greco creía apasionadamente que las imágenes de otro mundo eran una mejor ayuda para la comprensión espiritual y la fe que el naturalismo más realista.

Las influencias artísticas en su pintura provienen de varias fuentes diferentes. Las tradiciones de Arte bizantino (formas alargadas y plano de imagen aplanado), por ejemplo, que absorbió durante su estudio juvenil de íconos en la isla de Creta, permaneció con él por el resto de su vida. Su posterior conocimiento de Retablos venecianos, junto con su experiencia de Pintura veneciana por los gustos de Tintoretto (1518-94) y Jacopo Bassano (1515-92), también tuvo un impacto de por vida, al igual que ciertas características manieristas en el trabajo de Miguel Ángel (1475-1564) y Parmigianino (1503-40) – vea, por ejemplo, su obra maestra: Virgen con el largo cuello (1535, Uffizi, Florencia), que recogió en Roma.