Exposición fotográfica de Sergei Shandin "Carretera, viento, nubes" Traductor traducir

¿Qué captura una fotografía: objetos, caras, figuras o solo la luz reflejada de ellos? ¿Puede una imagen congelada transmitir los sentimientos, el estado de ánimo, la emoción, la belleza de una mujer, la sonrisa de un niño? Gallery Gallery presenta una exposición fotográfica personal de Sergei Shandin, invitando al espectador a ver los cimientos ocultos de nuestro mundo.

“Una fotografía nace no en el momento en que se abre el obturador, sino cuando se examina. Es en este momento que cambia de un conjunto de puntos y líneas multicolores a imágenes y emociones familiares. Es bastante simple mirar imágenes "hermosas", desplazándose a través de ellas, sin detenerse en nada especial. Pero para sumergirse en una fotografía, debe detenerse y escuchar los sentimientos que despierta. El nacimiento de la fotografía, su revitalización, reconocimiento requiere un cierto esfuerzo. "

Al mismo tiempo, Sergey Shandin parece romper ligeramente el caparazón de lo familiar, y algo comienza a penetrar en la realidad a través de estas divisiones. A veces entendemos exactamente lo que tenemos que enfrentar. Por ejemplo, con lava volcánica, que, por supuesto, es peligrosa, pero comprensible y, por lo tanto, no causa miedo. Pero con mayor frecuencia, ¿ni siquiera podemos imaginar qué es exactamente lo que se romperá a través de un caparazón delgado? Sergey Shandin: tampoco sabe la respuesta a esta pregunta. Sin embargo, su trabajo una y otra vez confirma que la base de las cosas habituales, cotidianas, lugares ordinarios es inaccesible para los sentidos. Pero para mirar debajo de la máscara, ni a la cámara ni a la persona se les da. Después de todo, solo los gatos pueden recorrer todo el camino del viento y las nubes.

Sergey Shandin

Cuando era niño, me gustaba ver el juego de luces, los reflejos en los charcos, mirar las hojas. Qué gran mundo increíble comenzó cerca de la casa. Crecí, subí más y más, al principio eran patios vecinos, luego otras ciudades, países distantes. Tomé fotos de todo lo que vi, tratando de captar la sensación cuando ves algo nuevo. Y al final, me di cuenta de que no importa en absoluto si has ido lejos o estás sentado en la puerta. Lo principal es la capacidad de sorprenderse.

La tarea del fotógrafo es recolectar recuerdos. Y luego sacarlos de una pila de negativos o archivos, eligiendo consonantes, para hacer pares y transiciones. La exposición es como una orquesta: cada instrumento suena a su manera, pero están unidos por un ritmo común.