A. Pushkin in St. Petersburg. 1930 Kuzma Sergeevich Petrov-Vodkin (1878-1939)

El retrato presenta a un hombre de mediana edad, con rasgos marcados y una expresión compleja en el rostro. La paleta cromática es sombría, dominada por tonos oscuros de verde oliva, marrón y gris, lo que confiere a la obra una atmósfera melancólica e introspectiva. El autor ha empleado pinceladas rápidas y expresivas, especialmente visibles en el cabello y la vestimenta, sugiriendo movimiento y un cierto dinamismo interno del personaje.
El hombre viste un abrigo oscuro con un cuello alto, y sostiene un sombrero de ala ancha en su mano izquierda; este detalle podría indicar una posición social definida o, quizás, un estado de transición. La mirada es directa, aunque no desafiante, sino más bien pensativa e incluso ligeramente triste. Se percibe una tensión sutil en los labios y la frente, como si el retratado estuviera sumido en profundas reflexiones.
En el fondo, se vislumbra un paisaje urbano difuso, probablemente una ciudad costera con estructuras que sugieren puentes o edificios industriales. Este telón de fondo no está definido con precisión, lo que podría interpretarse como una representación del entorno social y político que rodea al personaje, un contexto quizás turbulento o en transformación.
La iluminación es desigual; la luz incide principalmente sobre el rostro y el torso del hombre, resaltando sus facciones y creando sombras pronunciadas que enfatizan su individualidad y complejidad psicológica. La composición general se centra en la figura humana, pero el paisaje urbano en segundo plano añade una capa de significado adicional, insinuando una conexión entre el individuo y su entorno.
La obra parece explorar temas como la soledad, la introspección y la relación del artista con su tiempo. El uso de colores apagados y pinceladas expresivas sugiere un estado emocional alterado o una profunda sensibilidad. La figura retratada no se presenta como un héroe idealizado, sino como un individuo complejo, vulnerable y en conflicto consigo mismo y con el mundo que lo rodea.