Vincent van Gogh – Child with Orange
Ubicación: Private Collection
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Comentarios: 1 Ответы
у меня в школе исскуств девочка лиза рисует этот рисунок. я на этот сайт захожу уже второй раз и я здесь оставляла свои коментарии.
No se puede comentar Por qué?
En el lienzo se observa a un niño pequeño, probablemente de unos cuatro o cinco años, sentado en un campo. El autor ha empleado una pincelada densa y visible, característica de su estilo, que confiere textura y movimiento a la composición. La figura infantil ocupa casi todo el espacio pictórico, lo cual enfatiza su presencia y centralidad.
El niño sostiene una naranja redonda entre sus manos, abrazándola con delicadeza. Su rostro muestra un leve sonrojo en las mejillas, sugiriendo calidez o quizás timidez. Sus ojos, de un azul pálido, miran directamente al espectador, estableciendo un contacto visual que invita a la contemplación.
El fondo está compuesto por una vegetación exuberante, representada con tonos amarillos y verdes vibrantes. La luz parece filtrarse entre las hojas, creando un ambiente luminoso y naturalista. Se distinguen algunas flores blancas dispersas en el campo, añadiendo un toque de frescura y vitalidad a la escena.
La elección del color es notable. El naranja de la fruta contrasta con los tonos más fríos del vestido del niño y el fondo, atrayendo la atención sobre este objeto central. La paleta general, aunque intensa, no resulta estridente; por el contrario, transmite una sensación de armonía y serenidad.
Subtextos potenciales:
La naranja puede interpretarse como un símbolo de inocencia, vitalidad o incluso fertilidad. El abrazo del niño a la fruta sugiere afecto, protección o posesión. La mirada directa al espectador podría indicar una búsqueda de conexión o aceptación. El entorno natural, con su exuberancia y luminosidad, evoca ideas de crecimiento, renovación y alegría.
La pintura parece capturar un momento fugaz de intimidad y sencillez en la vida de un niño. No obstante, la intensidad de los colores y la pincelada expresiva sugieren que el autor ha transmitido también una carga emocional subyacente, quizás relacionada con la fragilidad de la infancia o la belleza efímera de la naturaleza. La composición sencilla pero efectiva invita a reflexionar sobre temas universales como el amor, la inocencia y la conexión humana.