Children in the woods Ivan Ivanovich Shishkin (1832-1898)
Ivan Ivanovich Shishkin – Children in the woods
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Pintor: Ivan Ivanovich Shishkin
Ivan Ivanovich Shishkin fue un gran artista ruso que ganó fama con sus pinturas que representan la naturaleza autóctona. Shishkin se inspiró especialmente en el bosque. En las pinturas del artista es diferente: coníferas y mixtas, verano e invierno, pero siempre representadas con una exactitud, precisión y amor sorprendentes. "Niños en el bosque" es uno de estos cuadros, característicos de la obra de Shishkin.
Descripción del cuadro Niños en el bosque de Ivan Shishkin
Ivan Ivanovich Shishkin fue un gran artista ruso que ganó fama con sus pinturas que representan la naturaleza autóctona. Shishkin se inspiró especialmente en el bosque. En las pinturas del artista es diferente: coníferas y mixtas, verano e invierno, pero siempre representadas con una exactitud, precisión y amor sorprendentes.
"Niños en el bosque" es uno de estos cuadros, característicos de la obra de Shishkin. Una mirada fugaz al lienzo es suficiente para identificar al artista por su estilo y tema. Casi todo el espacio del cuadro está ocupado por las imágenes de la hierba y los árboles. En primer plano hay un prado, ligeramente amarillento por el calor del verano, con apreciadas cabezas de diente de león.
A ambos lados de la imagen están los poderosos troncos de los árboles: a la izquierda están los troncos marrón oscuro de los pinos, y a la derecha la corteza clara del abedul ruso. Los árboles parecen enmarcar el cuadro y darle plenitud compositiva. Sus troncos rectos apuntan hacia arriba y sus coronas se pierden fuera del cuadro.
El fondo es también un muro verde continuo de árboles y arbustos. A través de las ramas de los árboles se puede ver un trozo del cielo azul pálido tan típico de un día de verano en la parte central de Rusia. Pero un cielo así no deja la impresión de ser excesivamente frío. Se equilibra con los reflejos del sol en la hierba.
La perspectiva del cuadro es maravillosa. Se puede ver cómo el borde del bosque que comienza en el primer plano se extiende en la distancia, llevándonos a los árboles del fondo. En el centro de la composición hay dos figuras infantiles, sorprendentemente pequeñas e indefensas en este reino verde del bosque. La ropa roja de uno de los niños destaca sobre el fondo general del cuadro y atrae involuntariamente la mirada. El segundo hijo es casi imperceptible en comparación.
Shishkin utiliza diferentes tonos de verde en el cuadro. Aquí vemos la oscuridad saturada en la representación de las coníferas, así como la calidez, casi amarilla, en el dibujo de la hierba. Los colores se alternan, creando una armonía y un realismo sorprendentes.
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Comentarios: 3 Ответы
красивая
Дети в русской доброй сказке.
Какие яркие краски!!!
No se puede comentar Por qué?
En esta obra, el autor presenta una escena boscosa dominada por una exuberante vegetación. El primer plano está ocupado por un prado cubierto de hierba alta y flores silvestres, pintadas con pinceladas sueltas que sugieren movimiento y vitalidad. La paleta cromática se centra en diversos tonos de verde, desde los más oscuros y profundos hasta los más claros y luminosos, creando una sensación de profundidad y frescura.
El bosque propiamente dicho se compone de árboles altos y delgados, principalmente coníferas y algunos árboles de corteza clara que contrastan con la oscuridad del follaje. La luz solar penetra a través de las copas de los árboles, iluminando selectivamente ciertas áreas del prado y creando un juego de luces y sombras que añade dinamismo a la composición.
En el centro distante de la pintura, se distinguen dos figuras humanas pequeñas: presumiblemente niños. Su presencia, aunque discreta, es fundamental para comprender la narrativa implícita en la obra. Vestidos con ropas de colores vivos –un rojo llamativo destaca–, estos personajes sugieren una actividad lúdica o un paseo inocente dentro del bosque.
La atmósfera general evoca tranquilidad y serenidad, pero también cierta melancolía. La profundidad del bosque y la lejanía de las figuras podrían interpretarse como una metáfora de la infancia perdida o de la transición hacia la madurez. El contraste entre la luz y la sombra podría simbolizar los aspectos duales de la vida: alegría y tristeza, seguridad y peligro.
La pincelada visible y el tratamiento naturalista del paisaje sugieren un interés por capturar la belleza efímera de la naturaleza y la experiencia subjetiva de estar inmerso en ella. La obra no se limita a representar un bosque; parece invitar al espectador a reflexionar sobre su propia relación con la naturaleza, la memoria y el paso del tiempo.