Punishment of Marsyas Titian (Tiziano Vecellio) (1488/90-1576)
Titian – Punishment of Marsyas
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Pintor: Titian (Tiziano Vecellio)
Ubicación: Archdiocesan Museum (Arcidiecézní muzeum), Kroměříž.
Tiziano Vechellio es un famoso pintor italiano que trabajó durante el Renacimiento. Es reconocido no sólo como pintor, sino también como un consumado escultor. Seguidor de Giovanni Bellini, creó en el estilo tradicional de la época: bocetos del natural. Sólo con la llegada de Giorgione surge su singular estilo autoral. El cuadro El castigo de Marsius está ejecutado con una técnica de dibujo perfecta, perfeccionada a lo largo de muchos años.
Descripción del cuadro de Tiziano Vechellio El castigo de Marsius
Tiziano Vechellio es un famoso pintor italiano que trabajó durante el Renacimiento. Es reconocido no sólo como pintor, sino también como un consumado escultor. Seguidor de Giovanni Bellini, creó en el estilo tradicional de la época: bocetos del natural. Sólo con la llegada de Giorgione surge su singular estilo autoral.
El cuadro El castigo de Marsius está ejecutado con una técnica de dibujo perfecta, perfeccionada a lo largo de muchos años. El artista continúa la tradición de representar mitos y leyendas. Se basa en el mito de Apolo y Marcia, que se enzarzan en una larga discusión: ¿qué es mejor, la cífara o la flauta? ¿Qué artesanía es mayor, la del dios o la del sátiro? Tal vez el artista quería mostrarse como su mente lo imaginaba. Se puede ver en el cuadro cómo Marsius, antes orgulloso y altivo, se arrepiente de lo que ha hecho.
El cuadro está realizado en sólo tres colores, que delatan con increíble precisión el horror de la situación presentada. El sátiro es desollado por su arrogancia. El propio Apolo aparece como el verdugo de Marción, rebajándose a la terrible crueldad del hombre: está en cuclillas con un cuchillo en la mano, habiéndolo sentenciado ya al castigo. Al mismo tiempo, la mirada se ve atraída por la figura sentada a la derecha de la protagonista: se parece a un artista que se complace incomprensiblemente en la escena que observa.
La aparición de perros en el lienzo tampoco es casual: en la mayoría de las culturas un perro es un amigo humano y un fiel protector. Aquí, en cambio, se representa a un perro desalmado y orgulloso sentado a distancia, mientras un segundo perro se aferra con avidez a la sangre que fluye del mártir.
El rostro de Marción no muestra muchas emociones: sólo su lenguaje corporal ayuda a reconocer lo que ocurre en su mundo interior. Sus enemigos, que le atormentan, están sentados todos en la sombra, y sólo se ve un atisbo de esperanza de perdón en su lado izquierdo: el joven con el violín muestra su sumisión a Apolo y complace sus oídos con música con la esperanza de que el dios perdone al sátiro por lo que ha hecho. Pero en su cara se ve claramente que el castigo le repugna. Levantando el rostro hacia arriba, el violinista parece apartarse de la escena como si quisiera evitar observar toda la escena que se desarrolla.
El lienzo El castigo de Marción fue pintado como último cuadro del artista. Tiziano decidió dejar el mensaje como una parábola del orgullo y la arrogancia.
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Comentarios: 1 Ответы
А народу-то, народу! Просто праздник какой-то: сдирают кожу!
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La escena representada exhibe un grupo de figuras en un entorno boscoso oscuro y denso. El foco central lo ocupa una criatura híbrida, mitad hombre, mitad animal – posiblemente un sátiro o una figura similar –, que se encuentra sometido a un acto de desmembramiento. Varios personajes participan activamente en este proceso cruel: uno sostiene un instrumento musical, quizás un violín, mientras otros emplean herramientas para separar la piel del cuerpo de la víctima.
La composición es dinámica y caótica. Las figuras están agrupadas estrechamente, creando una sensación de tensión y violencia. La iluminación es dramática, con fuertes contrastes entre luces y sombras que acentúan el sufrimiento de la criatura y la brutalidad de los ejecutores. El color predominante es un tono terroso oscuro, reforzado por pinceladas sueltas y texturizadas que sugieren movimiento y visceralidad.
En primer plano, se observa una figura anciana con un recipiente en las manos, posiblemente recolectando sangre o fluidos corporales. Un niño pequeño, desnudo, asiste a la escena con una mirada curiosa, lo cual introduce un elemento perturbador de inocencia frente a la barbarie. La presencia del instrumento musical sugiere una conexión entre el arte y el castigo, tal vez aludiendo a una competencia fallida o una ofensa relacionada con las artes.
El árbol central, adornado con objetos que parecen trofeos o símbolos de victoria, podría representar un lugar de juicio o ejecución. Los lazos rojos atados a sus ramas añaden un toque de teatralidad y ritualismo.
Subyacentemente, la pintura parece explorar temas como el poder, la humillación, la crueldad humana y los límites del arte. La desmembración puede interpretarse como una metáfora de la destrucción de la individualidad o la supresión de la creatividad. El entorno natural, aunque exuberante, se presenta como un espacio hostil donde prevalece la violencia. La escena en su conjunto evoca una sensación de horror y desesperación, invitando a la reflexión sobre la naturaleza oscura del ser humano y las consecuencias de desafiar el orden establecido.