Part 5 Louvre – Jan Frans van Dael -- Vase of flowers, grapes and peaches
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En el lienzo se presenta una exuberante composición floral sobre un fondo oscuro y neutro que intensifica el brillo cromático del conjunto. El autor ha dispuesto un gran jarrón, presumiblemente de metal bruñido, rebosante de flores variadas en plena floración. Se distinguen amapolas rojas vibrantes, tulipanes amarillos y blancos, iris morados y azules, rosas pálidas y otras especies menos identificables, todas representadas con un detalle minucioso que sugiere una observación directa de la naturaleza.
La abundancia floral no se limita al interior del jarrón; las ramas y hojas sobresalen en diversas direcciones, creando una sensación de desbordamiento vital. Junto a las flores, el autor ha incluido racimos de uvas maduras –tanto blancas como moradas– y melocotones aterciopelados, dispuestos sobre un paño que sirve de base para la composición. La presencia de estos frutos añade un elemento de riqueza sensorial y materialidad a la escena.
La luz incide sobre los objetos con una suavidad particular, resaltando las texturas delicadas de los pétalos, el brillo de las uvas y la piel aterciopelada de los melocotones. Esta iluminación contribuye a crear un ambiente de intimidad y contemplación.
Más allá de la representación naturalista, la pintura parece evocar temas relacionados con la fugacidad del tiempo y la belleza efímera. La profusión floral, combinada con la presencia de frutos maduros, puede interpretarse como una metáfora de la vida en su máximo esplendor, pero también como un recordatorio de su inevitable decadencia. El jarrón, como recipiente, podría simbolizar la contención artificial de esta belleza natural, enfatizando aún más su carácter transitorio. La inclusión de insectos, aunque sutil, refuerza esta idea de la naturaleza efímera y el ciclo vital.
La composición se caracteriza por un equilibrio formal y una armonía cromática que sugieren una cuidadosa planificación por parte del artista. El uso de colores intensos y contrastados, junto con la atención al detalle en la representación de las texturas, denota un dominio técnico considerable y un interés por capturar la belleza intrínseca de los objetos representados.