Peter Von Cornelius – Hagen Sinks the Nibelungen Treasure into the River Rhine
Ubicación: Old and New National Galleries, Museum Berggruen (Alte und Neue Nationalgalerie, Museum Berggruen), Berlin.
На эту операцию может потребоваться несколько секунд.
Информация появится в новом окне,
если открытие новых окон не запрещено в настройках вашего браузера.
Для работы с коллекциями – пожалуйста, войдите в аккаунт (abrir en nueva ventana).
Поделиться ссылкой в соцсетях:
No se puede comentar Por qué?
La escena representada se desarrolla en un paisaje agreste, dominado por montañas escarpadas y una masa de agua turbulenta que presumiblemente es un río. En primer plano, presenciamos un acto violento: un guerrero corpulento, ataviado con armadura completa y un casco imponente, hunde una espada larga en el cuerpo de un hombre postrado. La víctima, vestida con ropas más sencillas, parece suplicar clemencia o implorar piedad mientras se desploma hacia las aguas.
Alrededor del guerrero, la composición se llena de figuras que reaccionan a la brutalidad del momento. A la izquierda, dos personajes observan con angustia; uno, una figura masculina musculosa coronada de laurel, y otra, una mujer joven con un gesto de desesperación. En el lado derecho, dos ancianos parecen ser testigos impotentes del suceso, mostrando expresiones de dolor y resignación.
El río mismo está poblado por figuras femeninas semidesnudas que podrían interpretarse como espíritus acuáticos o ninfas. Estas figuras, en actitudes de lamento y súplica, sugieren una conexión entre el acto violento y la naturaleza misma, como si el agua estuviera sufriendo junto con las víctimas.
La paleta cromática es oscura y terrosa, con predominio de tonos marrones, grises y ocres que refuerzan la atmósfera sombría y trágica de la escena. La luz se concentra en los cuerpos de los personajes principales, acentuando su dramatismo y enfatizando el contraste entre la violencia física y la vulnerabilidad emocional.
Subtextos potenciales:
La pintura parece explorar temas relacionados con la traición, la codicia y las consecuencias destructivas del poder. El acto de hundir una espada en el cuerpo de un hombre sugiere no solo un asesinato físico sino también una pérdida irreparable de honor o integridad. La presencia de las figuras acuáticas podría simbolizar la pureza corrompida por la violencia o la pérdida de la inocencia.
La acumulación de personajes que observan sin intervenir plantea interrogantes sobre la responsabilidad moral y la complicidad silenciosa ante la injusticia. El paisaje agreste y turbulento puede interpretarse como un reflejo del caos interno y la desolación emocional que acompañan a los actos violentos. La escena, en su conjunto, evoca una sensación de fatalismo y desesperanza, sugiriendo que el ciclo de violencia es inevitable o perpetuo.