Cossacks (Detail of Composition IV) Vasily Kandinsky (1866-1944)
Vasily Kandinsky – Cossacks (Detail of Composition IV)
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Pintor: Vasily Kandinsky
El título del cuadro de Wassily Kandinsky, el artista ruso, uno de los fundadores del movimiento de arte abstracto, no fue sacado de la nada, sino que se basa en una historia real: durante la Primera Revolución Rusa, los cosacos entraron triunfalmente en Moscú. Impresionado por esta llegada, el artista creó este lienzo. Como ocurre con la mayoría de los cuadros abstractos, a primera vista puede parecer que representa un conjunto de líneas, figuras y colores incomprensibles.
Descripción del cuadro de Vasily Kandinsky "Los cosacos".
El título del cuadro de Wassily Kandinsky, el artista ruso, uno de los fundadores del movimiento de arte abstracto, no fue sacado de la nada, sino que se basa en una historia real: durante la Primera Revolución Rusa, los cosacos entraron triunfalmente en Moscú. Impresionado por esta llegada, el artista creó este lienzo.
Como ocurre con la mayoría de los cuadros abstractos, a primera vista puede parecer que representa un conjunto de líneas, figuras y colores incomprensibles. Sin embargo, no es así; el pintor tiene todo en su sitio.
Aquí vemos realmente a cinco cosacos. En la parte superior izquierda hay dos a caballo con espadas. En la parte inferior derecha hay tres más con sombreros rojos sobre el fondo de una montaña azul. Dos de ellos sostienen picas negras levantadas hacia arriba, el tercero sostiene un sable (espada) azul hacia abajo. Los hombres parecen nobles e importantes.
Los colores desempeñan un papel especial en la pintura. Mucho blanco y azul representa la vida, la novedad, el renacimiento y la serenidad. Al mismo tiempo, la presencia del negro habla de la tragedia, de la muerte (que inevitablemente se deriva de las sangrientas revoluciones). El rojo puede simbolizar tanto la valentía y la intrepidez de los guerreros masculinos como la sangre, como una extensión del negro.
Las líneas son siempre esenciales en la abstracción. En Kandinsky, las horizontales representan la debilidad, la cobardía y el miedo; las verticales son, por el contrario, el coraje, la intrepidez, la valentía, el patriotismo y la fuerza...
En resumen, el pintor, aplicando sus pinceladas una a una, creó este cuadro de forma fácil, libre e incluso ligeramente descuidada, sin pretensiones y sin excesivo brillo. El espectador, al mirar a los cosacos, siente esa ligereza, la libertad envuelve su ser y se convierte en un participante involuntario de los acontecimientos representados en el lienzo.
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La obra presenta una composición abstracta dominada por formas geométricas y líneas dinámicas sobre un fondo predominantemente blanco. Se observa una marcada ausencia de representación figurativa tradicional; en cambio, el autor construye una escena a partir de elementos visuales no objetivos.
En primer plano, destaca un arco policromático –azul, rojo, amarillo– que se extiende diagonalmente, sugiriendo movimiento y tensión. Este arco contrasta con la disposición más caótica de formas irregulares y manchas de color en el resto del lienzo. A la izquierda, se identifican figuras oscuras, casi siluetas, delineadas por trazos negros audaces. Estas formas parecen estar en interacción o conflicto, aunque su naturaleza precisa permanece ambigua.
En la parte superior, una agrupación de elementos rojizos y amarillos recuerda vagamente estructuras orgánicas o quizás fragmentos de un paisaje descompuesto. A la derecha, se alzan líneas verticales negras que evocan árboles estilizados o figuras alargadas, contribuyendo a la sensación general de inestabilidad y dinamismo.
La paleta cromática es vibrante pero no excesivamente saturada; el predominio del blanco acentúa la luminosidad y permite que los colores contrastantes resalten. La pincelada es enérgica y expresiva, con trazos sueltos y texturas visibles.
Subtextualmente, la pintura parece explorar temas relacionados con la disrupción, el caos y la búsqueda de un nuevo orden. La ausencia de referencias concretas invita a una interpretación subjetiva, sugiriendo quizás una representación del conflicto interno o las tensiones sociales. El arco iris, aunque tradicionalmente asociado con la esperanza y la reconciliación, se presenta aquí como un elemento dinámico e inestable, lo que podría indicar una visión más compleja y ambivalente de estos conceptos. La interacción entre formas oscuras y luminosas sugiere una lucha constante entre fuerzas opuestas, mientras que la fragmentación general de la composición refleja una sensación de desintegración o transformación. Se intuye una energía primordial, un impulso vital en proceso de manifestación, pero sin una forma definida.