Liu Yi – 22
На эту операцию может потребоваться несколько секунд.
Информация появится в новом окне,
если открытие новых окон не запрещено в настройках вашего браузера.
Для работы с коллекциями – пожалуйста, войдите в аккаунт (abrir en nueva ventana).
Поделиться ссылкой в соцсетях:
No se puede comentar Por qué?
La obra presenta tres figuras femeninas desnudas en un espacio que sugiere una celda o prisión antigua. El fondo está construido con mampostería rústica y se distingue una puerta de madera maciza, reforzada con elementos metálicos, y ventanas pequeñas con barrotes. La iluminación es tenue, creando fuertes contrastes entre las zonas iluminadas y las sombras profundas, lo que acentúa la sensación de encierro y opresión.
Las tres mujeres exhiben numerosos tatuajes que cubren gran parte de su cuerpo. Estos no parecen ser decorativos; más bien, sugieren una narrativa visual compleja, posiblemente relacionada con experiencias traumáticas o marcadores de identidad forzada. La mujer a la izquierda se presenta erguida, con una mirada directa y desafiante al espectador, mientras que las otras dos adoptan posturas más sumisas o vulnerables. La figura en el centro mira hacia un lado, con una expresión ambivalente, y la sentada parece retraída, casi escondiéndose.
La desnudez de las figuras no se presenta como erótica, sino como una exposición de fragilidad y despojo. Las proporciones anatómicas son realistas, pero hay una cierta palidez en los tonos de piel que refuerza la idea de enfermedad o privación. La composición general es estática y simétrica, lo que contribuye a la sensación de inmovilidad y desesperanza.
Subtextos posibles incluyen la exploración del trauma femenino, la pérdida de control sobre el propio cuerpo, la identidad construida a través del dolor y la resistencia frente a la opresión. El entorno carcelario puede interpretarse como una metáfora de las limitaciones sociales o psicológicas que enfrentan las mujeres. Los tatuajes podrían representar cicatrices emocionales, marcas de pertenencia a un grupo marginado o símbolos de rebelión silenciosa. La mirada directa de una de las figuras sugiere una confrontación con el espectador, invitándolo a reflexionar sobre su propia complicidad en la perpetuación de estas dinámicas de poder.