Adoration of the Magi, closed wings – Mass of Saint Gregory with donors from the Scheyfve family Hieronymus Bosch (1450-1516)

Análisis de la pintura
La composición se presenta como un retablo cerrado, estructurado verticalmente y enmarcado por un arco ojival que recuerda las capillas góticas tardías. En el centro, sobre un altar ricamente decorado, se observa una escena de adoración. Una figura femenina, presumiblemente la Virgen María, sostiene a un niño pequeño; ambos están rodeados por un halo luminoso y se sitúan dentro de una estructura arquitectónica que simula un templo o baldaquino.
Por encima de esta escena central, el espacio se llena con una representación compleja del Calvario. Se distingue claramente la crucifixión de Cristo, flanqueada por numerosas figuras en movimiento, algunas observando con dolor y otras participando activamente en los acontecimientos. La multitud parece dividida entre personajes que muestran signos de sufrimiento y otros más distantes o indiferentes.
En el primer plano, a ambos lados del altar, se encuentran cuatro figuras vestidas con atuendos formales y oscuros. Su posición sugiere que están asistiendo a una ceremonia religiosa; uno de ellos inclina la cabeza en señal de reverencia mientras otro parece sostener un cáliz dorado. La presencia de estos personajes, probablemente donantes o miembros de una familia noble, se enfatiza por su ubicación prominente y sus ropajes elaborados.
La paleta cromática es sobria, dominada por tonos oscuros como el negro, el marrón y el gris, con destellos dorados en los objetos litúrgicos y los halos. La luz parece provenir de la escena central, iluminando a la Virgen y al Niño y creando un contraste marcado con las áreas más sombrías del Calvario.
Subtextos:
La obra establece una clara conexión entre el sacrificio de Cristo en la cruz y la Eucaristía, representada por la figura que sostiene el cáliz. La escena central de la adoración puede interpretarse como una anticipación o prefiguración de la Última Cena y la institución del sacramento.
La inclusión de los donantes sugiere un deseo de asociar su propia salvación con el acto de patrocinio religioso. Su presencia en la pintura no es meramente decorativa, sino que implica una participación activa en la redención ofrecida por Cristo. La representación detallada del Calvario y la multitud circundante enfatiza la universalidad del sufrimiento humano y la necesidad de la gracia divina.
La estructura arquitectónica elaborada y el uso de símbolos religiosos refuerzan la importancia de la fe y la devoción como caminos hacia la salvación. El retablo cerrado, en su conjunto, funciona como un microcosmos del universo cristiano, donde la adoración, el sacrificio y la redención se entrelazan para ofrecer una visión completa de la experiencia religiosa medieval.