Hieronymus Bosch – The Seven Deadly Sins and the Four Last Things - Gluttony (workshop or follower)
Ubicación: Prado, Madrid.
На эту операцию может потребоваться несколько секунд.
Информация появится в новом окне,
если открытие новых окон не запрещено в настройках вашего браузера.
Для работы с коллекциями – пожалуйста, войдите в аккаунт (abrir en nueva ventana).
Поделиться ссылкой в соцсетях:
No se puede comentar Por qué?
La escena representada se desarrolla en el interior de una habitación austera, posiblemente una vivienda humilde. El punto focal es un hombre corpulento, sentado a una mesa cubierta con un mantel blanco sobre la cual se dispone comida y utensilios para comer. Este individuo consume alimentos con avidez, sosteniendo una jarra en su mano derecha y mostrando una expresión facial de placer exacerbado.
A su alrededor, otros personajes participan en actividades que refuerzan el tema central. Una mujer, vestida con un tocado blanco, se acerca portando un plato lleno de comida, mientras que otro hombre, a la derecha del cuadro, parece estar sufriendo algún tipo de malestar físico, sosteniendo su cabeza entre las manos y mostrando una expresión de angustia. Un niño pequeño intenta alcanzar algo en el regazo del hombre glotón.
El espacio se caracteriza por una perspectiva inusual, con un plano inclinado que permite visualizar simultáneamente diferentes elementos de la escena. En el fondo, a través de una ventana, se observa un paisaje sencillo y objetos cotidianos colgados en la pared, como utensilios de cocina y armas. El suelo está cubierto de diversos objetos dispersos: instrumentos musicales rotos, herramientas, y restos de comida.
La composición sugiere una crítica a la gula y sus consecuencias. La figura central, inmersa en su excesivo consumo, contrasta con el sufrimiento del otro hombre, posiblemente aludiendo a los efectos negativos de esta práctica tanto físicos como morales. El niño que intenta alcanzar algo en el regazo del hombre glotón podría simbolizar la inocencia corrompida por la avaricia y el egoísmo.
La presencia de objetos rotos y dispersos en el suelo refuerza la idea de desorden y decadencia asociada a este pecado capital. La palabra “gula” inscrita en la parte inferior del cuadro confirma esta interpretación, funcionando como una etiqueta explícita para el espectador. En conjunto, la pintura parece ser una advertencia moral sobre los peligros de la indulgencia excesiva y sus repercusiones en la vida humana.