Portrait of Jeanne Hebuterne in a wide-brimmed hat Amedeo Modigliani (1884-1920)
Amedeo Modigliani – Portrait of Jeanne Hebuterne in a wide-brimmed hat
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Pintor: Amedeo Modigliani
Era joven, hermosa, encantadora. Miraba al mundo con ojos enormes, como un joven y frágil cervatillo. Nació en la magnífica capital de Francia. Murió en París, justo 21 años después de su nacimiento. La inscripción en su lápida de piedra gris decía que la fiel esposa simplemente no pudo sobrevivir a la separación de su amado esposo. La chica se llamaba Jeanne Ebuterne. Era una mujer hermosa y la última pasión del genial pintor Amedeo Modigliani. El artista llevaba un estilo de vida disipado.
Descripción del cuadro de Amedeo Modigliani "Retrato de Jeanne Ebuterne con un gran sombrero".
Era joven, hermosa, encantadora. Miraba al mundo con ojos enormes, como un joven y frágil cervatillo. Nació en la magnífica capital de Francia. Murió en París, justo 21 años después de su nacimiento.
La inscripción en su lápida de piedra gris decía que la fiel esposa simplemente no pudo sobrevivir a la separación de su amado esposo. La chica se llamaba Jeanne Ebuterne. Era una mujer hermosa y la última pasión del genial pintor Amedeo Modigliani.
El artista llevaba un estilo de vida disipado. Fumaba mucho, bebía mucho, era aficionado al juego. Esto no podía sino afectar a su salud. Pronto cayó enfermo de tuberculosis. Cuando Amedeo conoció a Jeanne, se dio cuenta inmediatamente de que estaba perdido. Ella tenía 19 años y él ya tenía más de 30. Realizó más de veinte retratos de ella. Todas eran similares y todas eran muy diferentes.
En 1918, Amedeo terminó su "Retrato de Jeanne Ebuterne con un gran sombrero". Es una de las imágenes más coloridas y extrañas de su joven esposa. Jeanne está vestida con un vestido negro que le abre los hombros. Su mano se toca la barbilla con un ligero gesto, como si la chica estuviera pensando un poco en algo. Su cabello oscuro y pesado está recogido en un montón, lo que permite apreciar la gracia de su cuello. En la cabeza lleva un enorme sombrero, cuyo ala ancha está pintada en beige de contraste.
Esta técnica permite resaltar especialmente la expresividad de su rostro. Lo más llamativo del retrato, por supuesto, son los ojos. Las rendijas están pintadas en verde claro, mientras que las manzanas en sí no están dibujadas. Esto da una extraña impresión al espectador.
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Comentarios: 1 Ответы
Обалденная картина... с первого взгляда влюбился в нее)
No se puede comentar Por qué?
En este óleo sobre lienzo se presenta el busto de una mujer joven, capturada en un primer plano que enfatiza su rostro y cuello. La figura femenina está representada con una marcada simplificación formal, característica de las vanguardias tempranas del siglo XX.
La paleta cromática es cálida, dominada por tonos ocres, amarillos y rojos suaves, aplicados con pinceladas visibles pero no excesivamente texturizadas. El fondo se resuelve en un degradado que sugiere una atmósfera íntima y envolvente, aunque carece de detalles concretos.
El elemento más llamativo es el sombrero de ala ancha que cubre gran parte del espacio superior de la composición. Este accesorio, de color negro intenso, contrasta con los tonos más claros del rostro y el cuello de la modelo, atrayendo la atención sobre su figura. La forma alargada del rostro, junto con los ojos almendrados y ligeramente inclinados hacia abajo, confieren a la retratada una expresión melancólica y distante. Los labios finos y rojos sugieren un cierto refinamiento, pero también una cierta frialdad emocional.
La postura de las manos, delicadamente entrelazadas sobre el pecho, denota una actitud reservada e introspectiva. La ausencia de adornos o elementos contextuales en la vestimenta o el entorno refuerza esta sensación de aislamiento y concentración en la figura humana.
Se percibe un interés por explorar la forma pura y la expresión interior del modelo, más que por reproducir fielmente su apariencia física. El tratamiento estilizado de los rasgos faciales y la simplificación de las formas sugieren una búsqueda de lo esencial, despojando a la figura de cualquier elemento superfluo. La composición, aunque aparentemente sencilla, transmite una profunda sensación de soledad y vulnerabilidad. Existe un contraste entre la elegancia formal del retrato y la tristeza implícita en la mirada y la actitud de la retratada, generando una tensión emocional que invita a la reflexión sobre la condición humana.