Autumn. Alley in Zhukovka. 1888 Konstantin Alekseevich Korovin (1861-1939)

Análisis de la pintura
La obra presenta un sendero que se adentra en un paisaje otoñal. El camino terroso, cubierto de hojas caídas, actúa como eje central y guía visual hacia el fondo de la composición. A ambos lados del sendero, árboles desnudos y otros con follaje amarillento y rojizo flanquean el espacio, sugiriendo una transición entre las estaciones.
La paleta cromática se centra en tonos ocres, marrones, dorados y verdes apagados, evocando la melancolía y el declive característicos del otoño. La pincelada es suelta y visible, con texturas que transmiten la sensación de movimiento y la fugacidad del tiempo. El cielo, difuminado en grises y azules pálidos, contribuye a una atmósfera sombría y contemplativa.
En segundo plano, se vislumbra una estructura con un techo verde, posiblemente una vivienda o cobertizo, lo que introduce un elemento humano discreto en el entorno natural. La luz tenue y la ausencia de figuras sugieren soledad y reflexión.
La pintura parece explorar temas relacionados con la caducidad, la memoria y la belleza efímera de la naturaleza. El camino podría interpretarse como una metáfora del viaje de la vida, mientras que las hojas caídas simbolizan el paso del tiempo y la inevitabilidad del cambio. La atmósfera general invita a la introspección y a la contemplación sobre la fragilidad de la existencia. Se percibe un cierto sentimiento de nostalgia y quietud, acentuado por la ausencia de actividad o dinamismo en la escena.