Egon Schiele – Portrait of the Artists Wife, Seated
На эту операцию может потребоваться несколько секунд.
Информация появится в новом окне,
если открытие новых окон не запрещено в настройках вашего браузера.
Для работы с коллекциями – пожалуйста, войдите в аккаунт (abrir en nueva ventana).
Поделиться ссылкой в соцсетях:
No se puede comentar Por qué?
En esta obra, se presenta una mujer sentada, ocupando casi toda la extensión del lienzo. La figura femenina es el foco principal, aunque su representación no busca un realismo fotográfico sino más bien una interpretación expresiva a través del color y la pincelada.
La paleta cromática está dominada por tonos azules intensos en la vestimenta superior –una chaqueta ajustada– que contrastan con los colores más apagados y fragmentados de la falda, donde se observan manchas ocres, verdes y grises. El fondo es un mar de azul oscuro, casi negro, lo cual acentúa la presencia de la figura y sugiere una cierta introspección o aislamiento.
La mujer viste un traje que, aunque no se puede determinar con precisión su época, parece indicar una clase social acomodada. Su cabello rojizo está recogido de manera sencilla, y su rostro muestra una expresión serena pero distante; sus ojos miran directamente al espectador, sin embargo, la mirada carece de calidez o conexión emocional.
La técnica pictórica es notablemente suelta y vibrante. Las pinceladas son visibles y enérgicas, especialmente en el fondo y en la falda, creando una textura rica y dinámica. Esta forma de pintar sugiere un interés por capturar no solo la apariencia externa del sujeto sino también su estado anímico o emocional.
La composición es relativamente simple: la figura central ocupa la mayor parte del espacio, con poca atención a los detalles del entorno. La postura de la mujer –sentada con las manos entrelazadas– transmite una sensación de quietud y reserva.
Subtextos potenciales podrían apuntar a un retrato que va más allá de la mera representación física. El contraste entre el azul intenso y los tonos terrosos podría simbolizar una tensión interna o una dualidad en la personalidad del sujeto. La mirada directa, combinada con la expresión distante, sugiere una cierta complejidad psicológica; se percibe una mujer consciente de sí misma pero al mismo tiempo inaccesible. La falta de adornos o elementos que contextualicen su vida personal refuerza esta idea de un retrato centrado en el estado interior y no en el estatus social o las circunstancias externas. La pincelada expresiva podría interpretarse como un reflejo del propio estado emocional del artista al momento de crear la obra, transmitiendo una sensación de empatía o incluso melancolía hacia el sujeto retratado.