Bayan (Old Russian singer-poet) Viktor Vasnetsov (1848-1926)
Viktor Vasnetsov – Bayan (Old Russian singer-poet)
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Pintor: Viktor Vasnetsov
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Una de las últimas obras maestras del artista, trabajada en un ambiente alarmante: en esta época, la de las "Guerras de los Balcanes", en la que los descendientes de los bogatyrs-eslavos de Vasnetsov luchaban entre sí, se hacía evidente que también Rusia se enfrentaría pronto a una gran guerra. De ahí el argumento y la combinación policromática e inquietante de los colores del cuadro. Al atardecer, los soldados rusos se trasladan de los bosques al campo, donde, obviamente, por la mañana tendrán una batalla decisiva.
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Descripción del cuadro "Bayan" de Victor Vasnetsov.
Una de las últimas obras maestras del artista, trabajada en un ambiente alarmante: en esta época, la de las "Guerras de los Balcanes", en la que los descendientes de los bogatyrs-eslavos de Vasnetsov luchaban entre sí, se hacía evidente que también Rusia se enfrentaría pronto a una gran guerra.
De ahí el argumento y la combinación policromática e inquietante de los colores del cuadro. Al atardecer, los soldados rusos se trasladan de los bosques al campo, donde, obviamente, por la mañana tendrán una batalla decisiva. Decisivo - porque, de lo contrario, el príncipe no se habría llevado al pequeño heredero: a juzgar por la camisa del niño (¡sin hebillas!), visible por debajo del caftán de "adulto", el hijo del mariscal ruso tiene alrededor de siete años, la edad a la que en Rusia un niño sólo se transfiere excepcionalmente del cuidado de la madre al padre.
Sí, todo en el cuadro habla de la inminente batalla decisiva: las ropas limpias del Príncipe y sus dos aparentes voivodas, la ansiedad en sus rostros, el armamento marcial más que de desfile de los soldados que van llegando. Añade la ansiedad y hábilmente "atrapado" por el viento del artista (narrador barba en desarrollo, la ropa congelada oyentes), y magistralmente poner Vasnetsov en el paisaje del resplandor del día moribundo.
El cuadro tiene colores rojos y grises y, a pesar de que casi todos los personajes que aparecen en él (salvo Bayan, que no está en absoluto en el centro del cuadro) son estáticos, los colores nos ayudan a gritar el peligro inminente y la ansiedad y la resolución con la que el pueblo ruso espera la batalla que está por llegar. Pero no todo es tan lúgubre; el símbolo de la vida -unas ramitas verdes en la ladera protegida del viento- pretende dar esperanza al espectador. Y la audaz solución compositiva (innovadora para aquellos años), al situar al héroe del cuadro, el propio Bayan, inspirando a los guerreros, casi en la esquina derecha, nos permite ver la determinación sustituyendo a la ansiedad en los rostros de los guerreros en primer plano.
El propio narrador, guardián de la memoria del pueblo, sabio consejero y poeta (todas estas cualidades se atribuyen al bayán en la tradición folclórica rusa) hace todo lo posible. Uno podría pensar, ¿para qué? Porque su función antes de la batalla suele ser sólo animar a las tropas, dar consejos al Príncipe. Pero, aparentemente, una batalla verdaderamente fatídica aguarda por la mañana - y Bayan recuerda claramente a sus oyentes la firmeza de la tierra rusa, y tal vez también las trágicas derrotas, después de las cuales estos soldados rusos, que ahora le escuchan, siguieron adelante con una batalla desesperada, al parecer, y convirtieron la derrota en una victoria final.
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Alrededor del personaje central se agrupan otros hombres, en gran parte vestidos con armaduras y atuendos que denotan estatus militar. Sus expresiones faciales varían: algunos muestran atención concentrada, otros parecen absortos en la interpretación musical, mientras que uno levanta el brazo en un gesto de entusiasmo o aprobación. La presencia de lanzas apoyadas contra el suelo refuerza la idea de una compañía guerrera.
El cielo nublado y amenazante contrasta con la vivacidad del grupo y el verde intenso del paisaje. Esta dicotomía podría interpretarse como una alusión a la fragilidad de la paz o la belleza en tiempos turbulentos. La disposición circular de las figuras alrededor del músico central sugiere un sentido de comunidad y camaradería, pero también puede evocar la idea de un círculo ritual o ceremonial.
La riqueza de los detalles en el vestuario y las armas, junto con la calidad de la ejecución pictórica, apuntan a una representación de personajes importantes, posiblemente nobles o líderes militares. La escena no parece ser una batalla en curso, sino más bien un momento de tregua, reflexión o celebración cultural dentro de un contexto bélico. El instrumento musical se convierte así en un símbolo de identidad y cohesión social frente a la adversidad. Se percibe una tensión entre el poderío militar representado por las armaduras y la delicadeza artística encarnada por el músico, sugiriendo que ambos aspectos son esenciales para la cultura representada.